En marzo de 2020, algunas semanas antes de que la pandemia de covid causara el cierre de casi todas las actividades en México, Ticketmaster puso a la venta los boletos para el festival Tecate Emblema, que se llevaría a cabo los días 22 y 23 de mayo. Angélica Hernández y su mejor amiga se aventuraron a comprar sus entradas y fue así como comenzó una travesía que terminó en una demanda colectiva contra esta empresa.
Twenty One Pilots, Gwen Stefani y One Republic eran algunas de las bandas que encabezarían el festival, a Angélica y a su amiga les emocionaba poder verlos en vivo y no vieron venir que la pandemia de covid detendría durante dos años la vida de prácticamente todo el mundo.
Al principio, cuando se detuvieron las actividades en abril, el festival se pospuso para septiembre de ese año, llegó la fecha y ante el aumento en los contagios, el concierto quedó como en el limbo, ya que no había fecha nueva para realizarlo, pero tampoco se canceló.
"Dijimos qué onda, se van a querer clavar el dinero, se va a llevar a cabo, lo van a cancelar. Entonces yo me metí a quejarme en Facebook y vi que había un grupo", relató Angélica, quien descubrió así un grupo de Whatsapp de otros jóvenes que compraron boletos para el mismo festival y tenían la misma preocupación de si se realizaría o si les regresarían el dinero.
La demanda colectiva contra Ticketmaster
La joven, a quien le gusta mucho ir a conciertos, nunca había tenido un problema de este tipo con sus boletos de Ticketmaster, así que ni ella ni su amiga sabían cómo tenían que actuar. En 2021, comenzaron a mandar mensajes a Ticketmaster preguntándole por el concierto y la respuesta era que no había nueva fecha.
Cuando preguntaron a Ticketmaster por el reembolso de los boletos, la respuesta fue que no podían devolverles el dinero porque el evento no se había cancelado y tampoco había nueva fecha. Esto las dejó atadas de manos, por lo que recurrieron al grupo de WhatsApp en el que había más personas con el mismo problema.
"Dentro de ese grupo llegamos a ser 200 y tantas personas, unos entraban, otros salían, no sabíamos si había inflitrados o si había gente que sólo había entrado a ver el chisme. De toda de esa gente, una persona dijo: 'yo conozco una sociacón civil que revisa casos de fraudes y estafas por medio de compras de internet y ellos tratan de solucionar estos temas'", recordó.
Fue así que llegaron con la asociación civil Tec-Check, que se reunió con ellos, los escuchó y vio de qué manera podía apoyarlos, ya que era la primera vez que llevaban un caso así. Tuvieron que elegir un representante legal, quien se encargó de recabar toda la información de los compradores, así como de todos los correos y mensajes que enviaron a Ticketmaster que fueron ignorados En una segunda reunión les dijeron que irían con la Procuradora Federal del Consumidor para que les ayudara a tener una audiencia con Ticketmaster.
"El boleto costó como mil 900, pero menos cargos eran mil 600, ellos habían intentado recuperarlo todo, pero se estaban poniendo muy pesados en Ticketmaster para darnos lo que faltaba del servicio, que ni siquera nos lo dieron y se quedaron”, señaló.
"Nos regresaron el dinero, pero no completo. Nosotros como consumidores o clientes de ellos no tendríamos porque estar soportando que si pasa algo no nos devuelven el dinero", enfatizó Angélica.
Finalmente, Angélica y su amiga recuperaron parte del dinero que gastaron en el boleto y algunas semanas después Ticketmaster reprogramó el festival, aunque con cambios en el cartel original.
MRV