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La angustiante búsqueda de Pamela, desaparecida en el Ajusco

A más de 700 días de que fue privada de su libertad, la Procuraduría General de Justicia no ha presentado avances en la investigación

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Escrito en METRÓPOLI el

Guadalupe Pamela Gallardo Volante desapareció cuando acababa de cumplir 23 años de edad el 5 de noviembre de 2017 en el kilómetro 13.5 de la carretera al Ajusco, alcaldía de Tlalpan. A más de 700 días de que fue privada de su libertad, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) no ha presentado avances en la investigación. 

Los pocos indicios del caso que sabe la familia ha sido gracias a que sus papás y hermanos no han dejado de buscarla y han tomado parte de la batuta en la investigación. De lo último que hicieron fue exigir a las autoridades de la PGJ que analizara si uno de los restos hallados por agentes capitalinos en Parres podría ser de Pamela. 

“Nosotros nos enteramos por los medios de comunicación que al estar buscando a Daniela (Ramírez) encontraron su ropa y dos cuerpos, y que uno podría ser de mi hija. Fuimos a preguntar y a exigir que le hicieran pruebas de ADN para estar seguros. Pero fue hasta que nosotros fuimos, nadie nos comunicó nada”, relató María del Carmen Volante Velásquez, mamá de Pamela. 

Sin embargo, la PGJ confirmó el pasado 2 de agosto que los restos encontrados en el paraje del Ajusco pertenecen a Daniela y a un hombre, y descartó que hubiera ADN de Pamela. 

“El genotipo que se obtuvo de los (otros) restos, tejidos óseos, correspondía a una persona del sexo masculino que hasta el momento no lo tenemos identificado. Entonces de inicio descartamos de que pudiera tratarse de Pamela en ese sentido”, señaló María Seberina Ortega López, coordinadora general de Servicios Periciales de la PGJ.

La última vez que su mamá vio a Pame, así le dice su familia, fue cuando se despidió de ella para ir al Festival de Música Electrónica Soultech en la zona del Ajusco. Fue acompañada de su novio y cuatro amigos. Ya no regresó a casa. 

Cuando María del Carmen se percató que su hija no había llegado, le llamó en varias ocasiones, entraba el buzón y luego se comunicó con su novio. Él le dijo que había discutido con Pamela en la fiesta y que cada quien se había ido por su cuenta. 

La mamá de la joven levantó el acta en el entonces Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea), luego de que visitara varios Ministerios Públicos y nadie le dijera a ciencia cierta a donde acudir. Fue declarada como persona ausente y así estuvo casi un año.

Las autoridades cambiaron el estatus a desaparecida cuando cerró Capea y en su lugar abrió la Fiscalía Especializada en Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (Fipede). 

Al mes de que se levantara el acta en Capea se abrió otro expediente en la Fiscalía Antisecuestros gracias a las presiones de la familia, que pidió el cambio debido a que ésta área de la PGJ contaba con más tecnología y facultad de búsqueda. Ahora parte de la batalla de la familia es que la carpeta de investigación se traslade a la Fipede y ahí se lleve todo el caso. 

Pese a que en el expediente no está asentado que Pamela fue víctima de una desaparición por particulares, los primeros policías de investigación aseguraron que la joven “fue privada de su libertad, levantada por una red”, apuntó Volante Velásquez. 

“Al paso de 709 días yo te puedo decir como mamá que a Pamela la pudo haber levantado la delincuencia organizada, ya sea trata o que la tengan para sus servicios personales”.

María del Carmen señaló que llegaron a esas conclusiones por cómo desapareció Pamela. Se comprobó por medio de las cámaras del lugar y declaración de testigos que la joven sí estuvo en el festival, aunque no se sabe cómo salió. El novio dijo que la había dejado en la fila de los autobuses, servicio que ofrecía el evento, pero no fue así, porque no coincidieron los horarios. 

“Los mismos policías me dijeron a los tres meses que posiblemente pudo haber sido una red. Eso nos lo comentaron, aunque no está judicializado. Han ido a buscar a las personas que también iban y han investigado al novio que trabaja en Tepito, pero hasta ahí, no quieren meterse más”. 

 

Al inicio de la desaparición, sus familiares y amigos organizaron una búsqueda en la zona y al mes, ya con la Fiscalía Antisecuestros se autorizó un operativo en campo, junto con Capea. 

“El problema es que no están homologadas en las Fiscalías las búsquedas de mujeres desaparecidas y cuando la buscaron no era para encontrar a una persona viva. Desde ese entonces no ha habido otro rastreo. Quieren que yo y mi hijo Esteban les demos las terminales por donde se haga la búsqueda, cuando ellos deberían de tener un plan”. 

María del Carmen refirió que a pesar de que ella tiene la esperanza de encontrar a su hija con vida, solicitaron a las autoridades realizar un rastreo de restos en el Ajusco.  

“Sigo esperando de la Fipede que me manden llamar, a cuatro meses de que hicimos la petición, para ir al Ajusco y no la han podido concretar. Ya vamos hacer una búsqueda que no esté en vida. Voy a seguir buscando lo que la delincuencia me robó”.

El pasado 10 de julio, se difundió, primero en medios de comunicación y luego por parte de la PGJ que derivado de un operativo en Parres, zona del Ajusco, agentes capitalinos hallaron dos osamentas, restos humanos y la ropa presuntamente de Daniela Ramírez, una chica de 18 años que desapareció al abordar un taxi. 

Aunque ya se informó que aquellos restos corresponden a Daniela y a un hombre, el fiscal Especializado en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas, Willy Zuñiga Castillo, aseguró que luego del operativo que se hizo el 10 de julio ahora se extenderá en esa misma zona la diligencia por el caso Pamela. 

“Los trabajos cuando se realizan en esta mecánica de búsqueda en campo, se realizan de todas las maneras, desde una observación inicial hasta un pique o perforación que nos permita confirmar o descartar hallazgos. Precisamente la ampliación de las búsquedas en esta zona es uno de los casos motivados, por el de Pamela”, dijo el fiscal. 

CAMBIO DE GOBIERNO RETRASÓ INVESTIGACIÓN

Comentó que de por si la investigación iba lenta, con la entrada del nuevo gobierno casi se empezó de cero. “Cada que un Ministerio Público comienza a hacer un trabajo para una desaparecida, nos cuesta meses. Para nosotros el cambio no ha sido en la práctica, las cosas siguen igual”. 

No hay personal capacitado para atender este tipo de casos y para la búsqueda. Su trabajo se refleja en los pocos avances y en la forma en cómo han retomado las pesquisas. También la familia ha batallado en la Fipede.  

Cuando desapareció, Pamela tenía 23 años, ahora cuenta con 24. Trabajaba en un restaurante por su casa en la alcaldía Gustavo A. Madero. Se había dado un tiempo antes de entrar a estudiar medicina forense. 

A 709 días de que Pamela no está en su hogar, María del Carmen dejó de trabajar y se dedica en un 100 por ciento a buscar a su hija y otras mujeres. Hace como un año fundó, junto con seis mamás, el colectivo Hasta Encontrarlxs CDMX, cuyo objetivo es acompañar a familias víctimas indirectas de desaparición, así como visibilizar este fenómeno en la Ciudad de México. 

Como parte de las acciones de dicho colectivo han pintado tres murales en las alcaldías donde desaparecieron tres mujeres, hijas de las madres que integran el grupo. Uno de ellos fue el dedicado a Pamela en Insurgentes Sur a la altura de la estación Caminero del Metrobús.  

fmma