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El triángulo amoroso del hijo de “El Ojos"

La carrera delictiva de "El Felipillo", heredero del Cártel de Tláhuac, nació con su novia Karla y su historia de amor

Escrito en METRÓPOLI el

A casi un año de que la Marina abatiera a Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”, el Cártel de Tláhuac tiene un heredero del que las autoridades sabían poco, casi nada.

Su nombre es Luis Felipe Pérez Flores “El Felipillo”, hijo de “El Ojos” y Bertha Flores, cuya carrera delictiva inició, aunque parezca imposible de creer, con una historia de amor.

“EL PANTERITA” Y “EL FELIPILLO”: TRIÁNGULO AMOROSO POR KARLA

En los carnavales y fiestas de los barrios de Tláhuac, el grupo Los Panteras solía ser de los más solicitados.

A uno de sus integrantes le apodaban “El Panterita” -su nombre se omite por seguridad de su familia-, tenía 23 años de edad y sostenía una relación con Karla, nombre cambiado por no tener relación delictiva con el hijo de “El Ojos”. 

El noviazgo se desarrolló con normalidad hasta que otro muchacho puso sus ojos sobre ella: “El Felipillo”.

Así le decían por ser de complexión delgada, baja estatura y un rostro infantil que lo hacía parecer cualquier cosa menos el hijo de uno de los narcotraficantes más temidos de la ciudad: “El Ojos”.

Mientras, “El Panterita” era alto y atlético, pero “El Felipillo” era más bien tímido y aniñado, según lo recuerdan familiares del primero, entrevistados por La Silla Rota.

La caída de los líderes del Cártel de Tláhuac

“Este muchachillo (“El Felipillo”) tenía cara de niño bueno, hasta tenía voz como de chiqueado y nunca se lo tomó en serio “El Panterita”, hasta que se enteró que su papá era ‘El Ojos’”, relató un pariente del músico.

En una de tantas festividades donde se presentó su banda musical, “El Felipillo” se acercó a Karla y su insistencia por sacarla a bailar provocó a “El Panterita”.

Hubo cruce de amenazas, pero quien la cumplió fue “El Felipillo”. A partir de entonces surgió una enemistad que terminó con el asesinato del músico, en 2016.

El crimen, consta en informes de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-CDMX) en poder de La Silla Rota, sigue impune.

Pero “El Felipillo” lo lleva en la piel: se tatuó una daga en el lado derecho del abdomen y bajovientre, que busca aparentar que la trae fajada.

Según los informes de inteligencia, la daga significa ese primer asesinato que cometió y que lo llevó a seguir los pasos de su padre.

Tras la muerte de “El Panterita”, Karla inició una relación con “El Felipillo”.

Él es ahora el jefe del Cártel de Tláhuac, luego de que su padre cayera abatido y su medio hermano, Miguel Ángel Pérez Ramírez “El MK” fuera encarcelado.

LA BATALLA CON SUS ENEMIGOS AL ORIENTE 

Con la muerte de “El Ojos”, la organización criminal que fundara a principios de 2010 pasó por una transformación llena de traiciones y muertes.

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En informes de la SSP adelantaban que Miguel Ángel Pérez Ramírez “El MK” y su madre, María de los Ángeles “La Jefa” tomarían las riendas del cártel, el cual tenía como principal enemigo al Cártel del Oriente, encabezado por Gastón Montealegre Medina “El Gastón”.

Pero “El MK” no consolidó su liderazgo desde prisión y Ricardo Ferro Pérez, sobrino de “El Ojos”, el cual asumió temporalmente la cabeza del grupo, fue detenido en enero de este año.

Desde entonces y con el apoyo de más familiares y operadores que fueron leales al cártel luego de la muerte de “El Ojos”, su hijo “El Felipillo” llegó a la cima de la mafia de Tláhuac.

Testimonios de sicarios y distribuidores de drogas detenidos refieren que “El Felipillo” es más violento que su hermano “El MK”, del que aseguran se distrajo con su afición a las motocicletas de carreras, la fiesta y el gimnasio.

¿QUIÉN ES “EL FELIPILLO”?

En contraste, “El Felipillo” es padre de familia, algo importante en la mafia, pues tiene una niña de unos cuantos años de edad y no posee más distracción que el negocio.

Acorde con los trabajos de inteligencia de la Policía de Investigación, tiene su base de operaciones en las colonias Ampliación La Conchita, Del Mar y Agrícola Metropolitana.

Gusta de los coches deportivos, como el Mini Cooper y las camionetas blindadas. 

“El Felipillo” nunca ha estado en prisión y su reciente crecimiento se debe, en parte, a que algunas autoridades policiales lo subestimaron por su edad -22 años- y corta experiencia en el hampa.

Poco o casi anda se sabía de él. Desde junio, los reportes de agentes de inteligencia lo consideran ya un objetivo primario para atenuar la violencia al oriente de la ciudad.

También se le relaciona con el homicidio de los hermanos Juan Manuel y Carlos Amador Carreto, por quienes ya hay un hombre bajo proceso penal.

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Ambos eran presuntos vendedores de drogas y contrincantes del Cártel de Tláhuac y fueron ultimados el 23 de mayo de 2016, luego de salir de un ensayo para ser chambelanes en una fiesta de XV años.

El cártel se reorganizó tras la caída de su líder, y trazó alianzas con “Los Rodolfos”, amos y señores de Xochimilco.

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Perdió terreno en Iztapalapa, donde había incursionado “El Ojos” y que ahora tiene a un exagente federal, “El Nacho”, como oponente número uno de “El Felipillo” en esa demarcación.

En el Estado de México, principalmente en Valle de Chalco y Chalco, “El Gastón” recuperó territorios tras la muerte de “El Ojos”, quien se los había arrebatado con una serie de asesinatos entre 2016 y 2017.

Sin embargo, la pugna continúa y se extendió a Ixtapaluca, según los informes de la Procuraduría capitalina.