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Los atroces casos de tortura de la Unión Tepito

Cadáveres marcados, cuartos de tortura y cuerpos desmembrados son algunas de las prácticas presuntamente realizadas por dicha banda criminal

Escrito en METRÓPOLI el

Una disputa interna en la Unión Tepito ha derramado sangre en el centro y norte de la Ciudad de México.

Por una parte, los familiares y fieles al fundador y extinto líder de la Unión Tepito, Francisco Javier Hernández Gómez, mejor conocido como “Pancho Cayagua”.

Del otro lado un grupo desertor llamado la U de Tepito, liderado por Roberto Moyado Esparza, “El Betito”, quien habría estado tras el asesinado de “Pancho Cayagua” el 11 de octubre del año pasado.

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Levantones, enfrentamientos, ejecuciones y hasta desmembrados ha dejado esta disputa por el control de la organización delictiva y por lo tanto el narcomenudeo, así como la extorsión del centro y norte de la capital.

Con la disputa, salen a la luz casos de atroz violencia que no se veía en la Ciudad de México.

Cadáveres con el abdomen tasajeado

En una semana, el cuerpo de dos personas asesinadas fueron abandonados en dos colonias de la delegación Cuauhtémoc.

Ambos cadáveres tenía una particularidad: el abdomen tasajeado con la firma de la Unión Tepito.

El primer cuerpo fue hallado el 25 de abril en la colonia Morelos, entre las calles Claridad y Florida, dentro de unos puestos comerciales semifijos. La víctima tenía las letras “UT” navajeadas en el abdomen.

El segundo cuerpo fue encontrado este primero de mayo en la colonia Doctores en la esquina Doctor Vélez y Doctor Norma. Este sujeto tenía sólo la letra “U” marcada en el abdomen.

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Si bien, ambos serían víctimas de esta organización criminal, podría ser de cualquiera de sus dos partes: La Unión Tepito o La U de Tepito.

Esta práctica se ha visto antes en uno de los cárteles de la droga más sanguinarios del país: “Los Zetas”, quienes abandonaban los cuerpos de sus víctimas con una “Z” enorme marcada en el pecho o la espalda.

Desmembrado repartido en la CDMX y Edomex

 

Tanto en la Ciudad de México como en las zonas conurbadas con el Estado de México, el hallazgo de cuerpos desmembrados se ha vuelto común.

Sin embargo, un caso peculiar ocurrió en las últimas semanas. Martín, de 27 años, fue reportado como desaparecido el pasado 23 de abril.

Sus familiares aseguraron que hombres armados lo subieron por la fuerza a un vehículo y no supieron nada más de él.

Menos de dos semanas después su cuerpo fue encontrado desmembrado y esparcido en varios puntos de la capital y el Estado de México.  

La pierna fue descubierta en República de Costa Rica, casi esquina con República de Argentina en el Centro Histórico, delegación Cuauhtémoc.

La otra de sus piernas fue abandonada en la delegación Venustiano Carranza, su cabeza en la demarcación Gustavo A. Madero y el torso en el municipio mexiquense de Valle de Chalco.

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Habitante de la colonia San Juan de Aragón, versiones periodísticas aseguran que la víctima presuntamente tenía antecedentes penales por robo y venta de droga, así como parte del primer círculo de “El Betito”.

Esta práctica ha sido realizada por prácticamente todos las organizaciones del narcotráfico en el país.

El cuarto de tortura de La Unión Tepito

Además del narcomenudeo, las bandas del crimen organizado que operan en el centro de la Ciudad de México también se encargan de secuestrar y extorsionar no sólo a enemigos criminales, sino también a comerciantes que se nieguen a pagar el llamado “derecho de piso”.

El 8 de diciembre del año pasado, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSPCDMX) descubrieron un cuarto de tortura que pertenecía presuntamente a la Unión Tepito.

El hallazgo se dio luego de que dos hombres secuestrados escaparan y pidieran ayuda a los uniformados.

Este cuarto de tortura estaba ubicado dentro de un departamento en la vecindad número 72 de la calle pellón, en Tepito.

Los secuestrados, identificados como Julio y Fidel, tenían quemaduras en la cara, los brazos y hasta en las fosas nasales.

Sus cuerpos presentaban también huellas de torturas con armas punzo cortantes, sobre todo en el rostro. Incluso a Fidel le habían arrancado una parte de la piel de su brazo.

Si bien, nunca se aclaró el móvil del secuestro, se presume fue por venganza entre grupos rivales dedicados a la venta de drogas

 

rgg