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“Memín”, de militar a guardaespaldas personal de “El Chapo”

Desertor del Ejército, Isaías Valdez Ríos formó parte del círculo cercano de Joaquín Guzmán Loera

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Isaías Valdez Ríos fue llamado para un nuevo trabajo en medio de las montañas de Sinaloa: ser el guardaespaldas de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

Apodado como “Memín”, Valdez Ríos es el último testigo protegido presentado en el juicio contra “El Chapo”, en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos.

Esto de acuerdo con Keegan Hamilton, periodista de Vice, así como, Alan Feuer, reportero de The New York Times.

Desde 2004 y hasta 2007, “Memín” fue el guardaespaldas personal de Guzmán Loera, luego llegó a ser asistente personal y hasta piloto del Cártel de Sinaloa.

Antes de incursionar en el crimen organizado, Valdez Ríos era parte del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), un cuerpo militar de fuerzas especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

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El GAFE tiene un largo historial de desertores que formaron parte del crimen organizado de los cuales destacan “Los Zetas”, que nacieron como un brazo armado del Cártel de Golfo, para luego convertirse en una sanguinaria organización criminal independiente.

Un hombre apodado como “El Fantasma”, jefe de seguridad de “El Chapo”, lo llamó para que trabajara para el Cártel de Sinaloa.

"Me dijo que me preparaba y que había llegado el momento de ir a las montañas"

Pero no fue cualquier lugar de la sierra sinaloense, sino en “La Tuna”, Badiraguato, lugar donde nació Guzmán Loera.

Cuando arribaron, “Memín” fue recibido por 30 hombres fuertemente armados, portaban chalecos tácticos, AK-47, AR-15 y hasta lanzacohetes, así como lanzagranadas. 

Las tres decenas de sicarios eran parte del equipo de seguridad de “El Chapo”. Le entregaron chalecos antibalas, armas largas y demás explosivos.

Durante un mes Isaías Valdez Ríos estaría cuidado a “El Chapo”, día y noche, no podía separarse de él.

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En los primeros días del trabajo, Guzmán Loera no le tenía suficiente confianza, los demás no dejaban que se acercara mucho al capo.

No fue hasta dos semanas después cuando, en una conversación, “El Chapo” comenzó a confiar en “Memín”. Charlaron sobre su pasado en las Fuerzas Armadas y le advirtió que estuviera siempre atento de demás militares y enemigos.

El segundo mes “de trabajo”, se quedó en Culiacán, Sinaloa, a esperas de que el cártel lo llamara por si lo necesitaba.

Durante el tiempo que fue guardaespaldas de “El Chapo”, “Memín” aseguró que nunca protagonizó enfrentamiento alguno con las Fuerzas Armadas.

Esto se debió, dijo Valdez Ríos, a que la gente de las montañas avisaba a “El Chapo”, a través de radios, sobre movimientos de militares. "Ellos te dicen ‘el ejército está en el camino’.”

También, dijo, Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, avisaba a Guzmán Loera sobre operativos especiales.

Cuando soldados se acercaban a sus ubicaciones, "simplemente nos desviamos para que pudieran pasar, entonces regresaremos a ese lugar", según explicó “Memín”.

En un principio, el pago de Valdez Ríos fue de 2 mil pesos semanales, luego de 8 mil pesos, para finalmente recibir 14 mil pesos cada semana.