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¿Más partidos políticos?

¿Acaso con la posible incursión de nuevas opciones partidistas se revertiría la mala opinión ante estas instancias de interés público? | Fernando Díaz Naranjo

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Escrito en OPINIÓN el

Sin lugar a dudas, un reflejo consistente de la estabilidad política de un país, es la confianza que la gente guarda respecto del gobierno en turno, así como de las diversas instituciones existentes. Por ello, conocer alguno de estos parámetros es importante por muchos motivos, destacando el sentir de la población.

La prestigiada empresa Consulta Mitofsky desde hace 15 años viene realizando un muy interesante ejercicio de medición de la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Así, en octubre del año pasado pudo evaluar a 18 instituciones cuyo promedio alcanzaron un disminuido 6.2% de la confianza ciudadana. De 2008 a 2018 la media se ubicó en 6.76%.

En el mismo sentido, de acuerdo con Consulta Mitofsky, sólo tres instituciones se ubicaron en un alto grado de la confianza ciudadana: las universidades, la Iglesia y el Ejército. El promedio de confianza ciudadana de estas instituciones alcanzó un 7.2%.

En un nivel de confianza medio se ubicaron 9 instituciones encabezando la lista los medios de comunicación, seguido de las estaciones de radio, las redes sociales, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral, los empresarios, los bancos, las cadenas de televisión y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El promedio de la confianza de los ciudadanos fue de 6.5%.

Finalmente, en un nivel de confianza bajo, Consulta Mitofsky basándose en las opiniones de los encuestados, se ubicaron 6 instancias, a saber: la policía, los sindicatos, los senadores, la presidencia, los diputados y, en el último peldaño los partidos políticos. Éstas 6 instancias guardan un promedio de calificación ciudadana del 5.25%.

Consecuentemente, con estas evaluaciones ciudadanas es claro que la población no le tiene confianza, entre otras instancias, a los partidos políticos y esto, lo entienden bien estas entidades por lo que es comprensible sus estrategias por posicionar más a un candidato que se constituye como su marca por encima de un emblema de determinado partido.

En la pasada elección federal de 2018 compitieron 9 partidos políticos nacionales y, luego de los resultados electorales manifestados por los ciudadanos en las urnas, 2 de ellos no alcanzaron el umbral mínimo de votación exigido por la legislación electoral.

En el mismo contexto, hace apenas unas semanas, el Instituto Nacional Electoral (INE) determinó el procedimiento que deberán seguir las organizaciones ciudadanas y agrupaciones políticas nacionales que estén interesadas en constituirse como partido político nacional, mismas que del 7 al 31 de enero de este año deberán manifestar su intención por escrito, así como cumplir con una serie de requisitos entre las que destacan las siguientes:

·                    La celebración de, al menos, 20 asambleas estatales en las que se acredite la participación de 3 mil ciudadanos en cada una de ellas; o bien, 200 asambleas distritales con la participación de al menos 300 ciudadanos.

·                    La acreditación, vía afiliación individual, de al menos 233 mil 945 ciudadanos que representan, el 0.26% del padrón electoral establecido en ley.

·                    La acreditación de diversos requisitos, así como del llenado de diversa documentación.

Así, las organizaciones o agrupaciones políticas que cumplan con todos los requisitos legales y procedimentales, podrán competir en las próximas elecciones “intermedias” del año 2021.

Visto lo anterior y ante el descrédito manifestado por los ciudadanos a las figuras de los partidos políticos, ¿no es ya tiempo de que el legislador analice el sentir de la población? ¿Acaso con la posible incursión de nuevas opciones partidistas se revertiría la mala opinión ante estas instancias de interés público?

Me parece que se está en una coyuntura apropiada para que nuestros señores legisladores revisen con todo detenimiento la legislación electoral y generen, en el rubro, al menos dos cambios importantes. Por un lado, la delimitación de mayores requisitos de transparencia y de rendición de cuentas por parte de los partidos políticos y, por el otro, el fortalecimiento de las llamadas candidaturas independientes, principalmente, en el sentido de devolverles su enfoque ciudadano, es decir, sin ningún vínculo partidista. ¡Hasta la próxima!

Los procesos electorales de 2019

@fdodiaznaranjo | @OpinionLSR | @lasillarota