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Alcalde de Chilpancingo pidió licencia al cargo por "estrategia jurídica" y ahora busca volver

En octubre de 2017 Marco Antonio Leyva solicitó una licencia para separarse del cargo, en medio de una crisis por labasura y un juicio político en su contra

Escrito en ESTADOS el

Chilpancingo (La Silla Rota). “Primero, por derecho, segundo, por dignidad”, es la frase con la que el alcalde con licencia de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, resume por qué no desistió en regresar a la alcaldía.

El 16 de octubre de 2017 solicitó una licencia para separarse del cargo, en medio de una crisis en la ciudad por la recolección y depósito de la basura, además de un juicio de revocación de mandato en su contra en trámite.

En enero pidió regresar, pero el Poder Legislativo, y después el Tribunal Electoral del Estado (TEE), se lo negaron, e inició un proceso que en este momento está situado en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), instancia que pidió a los diputados resolver su solicitudde reincorporación.

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Leyva Mena cuenta con seis meses, en caso de que los diputados está semana acaten la resolución, para cerrar la administración, y con ello los asuntos pendientes, como el de la basura. Este martes sesionan los diputados y se prevé que aborden el tema.

Este caso lo orilló a pedir licencia, lo reconoció en una entrevista, donde expone los pasos que ha seguido para volver a la alcaldía. Antes da razones pidió la licencia hace casi seis meses:

“(…) No tenía en ese momento la pruebas para demostrarle al Congreso, en el tema de la basura. Enfrentarse en ese momento, sin tener todas las pruebas, a un juicio de revocación de mandato sin una estrategia jurídica…en ese momento hubiera procedido. Entonces, lo que hice fue una salida lateral para reunir las pruebas y lanzar una estrategia jurídica”.

La semana pasada que se supo del dictamen del TEPJF, el Poder Legislativo respondió a través del secretario de Servicios Parlamentarios del Poder Legislativo, Benjamín Gallegos Segura, al decir que el dictamen no significa que tengan que reincorporarlo al cargo.

–¿Cómo vio la respuesta del Congreso del Estado?

–Es una interpretación errónea; entiendo y comprendo perfectamente que pueda existir alguna línea política, pero no jurídica. La interpretación jurídica es muy clara: hay una violación de un derecho humano, de haber sido votado y de ejercer un cargo. Esta violación por la omisión del Congreso solamente puede ser sustituida o subsanada devolviendo ese derecho humano a mi persona, para mi reinstalación. Derecho que me concedió el pueblo de Chilpancingo.

Enseguida dijo cuál es el procedimiento, desde su propia interpretación del dictamen, que debe seguir el Congreso del Estado para reinstalarlo: “tiene que darse a conocer a la Mesa Directora y la Mesa Directiva da vista al pleno, posteriormente se le informa al suplente que llegar el titular. No es un asunto de dictamen, proyecto o de votación, sólo es de dar vistas y reconocimientos”.

Ese mismo proceso se siguió con otros alcaldes con licencias.

“No entiendo porque mi asunto tiene que dar tantas vueltas, si las más de 50 reincorporaciones (de alcaldes) no fueron con ese procedimiento”, comentó.

Pero a Leyva Mena, a diferencia de los demás presidentes municipales, le seguían un juicio de revocación de mandato.

“El juicio de revocación de mandato es quitarte el mando, pero la ley dice que son 180 días; la resolución del juicio tiene una temporalidad de 30 días y debieron resolverlo en ese periodo, y ya van cerca de 200 días y no lo han resuelto; está sobreseído, terminó el plazo. De hacer otro juicio tendrían que tener el apoyo de más del 50 por ciento de los diputados”, mencionó.

–¿Además de enfrentarse a los diputados tuvo que enfrentarse a otro Poder del Estado? Me refiero particularmente al Ejecutivo.

–Quiero pensar que no. De manera formal estoy ante una situación ante el Congreso del Estado y ante el Tribunal Estatal Electoral, los cuales, yo espero, no hayan recibido una línea política, en el afán de ser condescendientes con algún Poder en particular o corriente que se pueda decir que los presionó.

En este momento volvió a cuestionar por qué los diputados regresaron a sus cargos a otros alcaldes en un plazo de tres días y a él lo llevan dando vueltas durante tres meses. Pero, dijo, si ya llegó hasta una resolución que tiene sustento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), también acudirá a los tribunales internacionales.

Está convencido de que el impedimento de regresar a la alcaldía tiene que ver con “fuego amigo”:

“(…) Durante todo este tiempo, unas corrientes internas de mi partido estuvieron atacándome de manera directa, lo que hizo que un segmento de la población estuviera manipulada, estuviera mal informada y, he de reconocer, los errores nuestros”.

 –¿Por qué regresar a una administración a un contexto político adverso?, además, tiene en contra el tiempo y el presupuesto.

Primero es el derecho, segundo por dignidad. Cuando yo solicito la licencia no pasaron ni 15 días cuando los adversarios políticos ya estaban diciendo auditorias, cárcel, investigación, delitos, en situaciones que yo de ninguna manera hice.

Enumeró lo que públicamente supo que se dijo él después que pidió licencia: incapaz para gobernar la ciudad, no pudo con el tema de la basura, se quedó con parte del recurso que el gobierno del estado le entregó para sanar la celda emergente para la basura en el predio de El Platanal, los conflictos por la evaluación no certificada de mandos policíacos y los señalamientos por la desaparición de jóvenes en diciembre, cuando ya estaba con licencia.

“Demostré que (los mandos policíacos) no habían sido evaluados acá, eso lo hizo una instancia estatal”, mencionó.

Con la licencia de Leyva Mena circuló la versión de una diferencia política con el gobernador Héctor Astudillo Flores.

–¿Cuál es su relación con Héctor Astudillo?

–Es una relación que he tenido con él de hace muchos años. Es una relación de altibajos, es una relación que cuando funciona, funciona muy bien y que de alguna manera hay situaciones en las que tenemos diferentes puntos de vista y de percepción en los ángulos de la política. Lo respeto, es el gobernador del estado y yo soy el presidente municipal, y también como presidente municipal le pido respeto.

Creo que tenemos que trabajar mucho, por el bien de él y el mío, pero sobre todo de los paisanos, de los chilpancingueños que añoraron a un gobernador de Chilpancingo, y hoy lo tienen; creo que podemos hacer juntos muchas cosas, siempre en el marco de la legalidad y coadyuvar entre todos. Pueden ser dos estilos diferentes, pero siempre hemos tenido la madurez para saltar temas de carácter personal y arreglarlos en términos institucional, espero que en esta ocasión tengamos los dos la voluntad para poder dejar atrás situaciones de carácter personal y vayamos en el trabajo institucional y coordinado.

Para el tema de la basura pensó ya en una estrategia: “cuando llegue a la presidencia voy a interponer un recurso al PoderJudicial, para que podamos hacer que un juez obligue al municipio de Tixtla judicialmente, para que nos hagan el basurero emergente de Matlalapa”.

Con esta medida también contempló la negociación política con el alcalde de Tixtla, Hossein Nabor Guillén.

El proyecto de Matlalapa estuvo planeado como un basurero colectivo (Chilpancingo, Eduardo Neri y Tixtla), pero no se concretó. Leyva Mena cree que faltó voluntad política del gobierno estatal para construir un mercado municipal en Tixtla de 80 millones de pesos, solicitud de la alcaldía para permitir que avanzara el tiradero intermunicipal.

Aun con sus planes para el tema de la basura, la decisión de que vuelva continúa en manos de los diputados.