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Maestros denuncian separación de 2,500 niños de sus familias

Bajo el lema “menos jaulas y más aulas” denuncian ante la ONU detención irregular de niños en la frontera, sin acceso a la educación

Escrito en ESTADOS el

GINEBRA.- Líderes de sindicatos educativos de Estados Unidos y México, así como el colectivo #FamiliesBelongTogether, se manifestaron este lunes ante la sede europea de la ONU en Ginebra para denunciar, bajo el lema “menos jaulas y más aulas”, la detención irregular de miles de niños en la frontera entre ambos países, separados de sus padres y sin acceso a la educación.

La protesta, que consistió en un mitin con varias jaulas en las que dentro se encontraban niños de la Escuela Internacional de Ginebra, es parte de una queja que la Federación Estadounidense de Maestros (AFT) puso ante el Consejo de Derechos Humanos contra la administración del presidente estadunidense Donald Trump por la política de cero tolerancia y de separación familiar, explicó Sandra Cordero, directora del colectivo #FamiliesBelongTogether.

En dicho acto, la presidenta de la Federación Estadounidense de Maestros (AFT), Randi Weingarten, y el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de México, Alfonso Cepeda, recordaron que en 2018 un total de 2 mil 500 niños fueron separados de sus familias en la frontera común.

“Esos niños están creciendo en cautiverio, lejos de sus familias, sufriendo y pidiendo ayuda, por lo que la comunidad internacional tiene que ayudarlos”, señaló Weingarten.

“Privan a los niños de su derecho a estar con su familia, a la educación, al libre tránsito, lo que hemos demandado los maestros de México y EU es que se haga lo posible por reunirlos con sus familias y se garanticen sus derechos universales”, dijo Cepeda.

Estas detenciones de menores y su separación de los padres son “delitos de lesa humanidad”, declaró Cepeda, quien subrayó que esos niños "no tienen ninguna protección, no se respeta su libertad de tránsito ni su derecho a una familia, y eso es algo que nos duele a todos".

Por otra parte, sobre los dos mil 500 casos, Cordero remarcó que el gobierno de Washington “nunca tuvo un sistema para registro de los niños que fueron separados de sus familias y detenidos”, así que se desconoce si esta cifra es correcta.

“Creemos que hay muchas más familias separadas y de las dos mil 500 que conocemos, todavía muchos niños siguen detenidos en EU o con familias que los acogieron y la mayoría de los padres fueron deportados a sus países”, deploró.

Cordero consideró que la situación seguirá empeorando, especialmente “porque esta administración es muy cínica” y el discurso contra migrantes “es para conmover a su base electoral”.

“Separar a los hijos de sus padres es muy grave, es inaceptable”, dijo a su vez Rosa Pavanelli, secretaria general de Public Services International, una organización que acoge a más de 700 sindicatos.

“Es necesario que las organizaciones internacionales se pronuncien en contra de una política tan violenta y tan inhumana. La comunidad internacional tiene que reaccionar muy fuerte, porque se ataca el principio mismo de la democracia”, remató Pavanelli. La protesta coincide con la presencia de numerosos líderes sindicales de todo el mundo en Ginebra, debido a la celebración estos días de la conferencia anual que conmemora el centenario de la Organización Internacional de Trabajadores (OIT).

Además se organiza en la misma semana en la que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU analiza una queja oficial presentada por la AFT el pasado año para denunciar la situación de estos niños, víctimas de la política de "tolerancia cero" hacia la inmigración del presidente estadounidense, Donald Trump.

“La xenofobia es el primer punto de su política”, comentó el estadounidense David Edwards, secretario general de Education International, federación que agrupa a 401 organizaciones de maestros de todo el mundo, quien recordó la tradición de Estados Unidos como país de acogida, a la cual Washington le está dando la espalda.

En la protesta muchos asistentes portaron fotografías silueteadas de los siete niños que han muerto bajo custodia estadounidense en los últimos 12 meses, como la guatemalteca Jakelin Caal, fallecida el pasado diciembre en El Paso (Texas) por deshidratación.