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Madre de Norberto: él era parte de un plan divino

Se reunieron amigos, maestros y familiares, algunos que viajaron desde su ciudad natal, Meoqui, Chihuahua para recordar al joven que fue secuestrado y asesinado

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Escrito en METRÓPOLI el

“Norberto es y será un niño especial, yo sé que no se merecía esto, pero también sé que hay un plan divino y sé que por algo, quizá ahorita no lo entiendo, tengo esa certeza de que algo va a resultar muy positivo de todo esto. Quiero que quede muy claro que esto que está en redes, la verdad es el hablar del pueblo de México, que estamos cansados”, sentencia Norelia Hernández, mamá de Norberto Ronquillo. Lo dice con la voz entrecortada, en una conferencia de prensa en el funeral del joven de 22 años.

Aquí se reunieron amigos, maestros y familiares, algunos que viajaron desde su ciudad natal, Meoqui, Chihuahua.

Norberto Ronquillo Hernández vino a la Ciudad de México a cumplir un sueño: estudiar y prepararse. Él nació y vivió su adolescencia en esa ciudad pequeña de 60 mil habitantes, ubicada a una hora de la capital de Chihuahua. En ese lugar la población se dedica a la agricultura y no hay muchas opciones para los jóvenes.

Meoqui es conocida porque en la actualidad aloja la planta cervecera Heineken más grande de América Latina. En lo general se caracteriza por ser una metrópoli tranquila. El Ayuntamiento declaró tres días de luto.

“La mayoría de los jóvenes o se dedican a la agricultura, otros que no estudian trabajan en las empresas maquiladoras, ponen negocios propios o en su caso salen a estudiar, muchos sí regresan”, explica Blanca, una amiga de la familia quien acudió al funeral de Norberto a dar el pésame.

Los Hernández, la familia materna de Norberto, son muy conocidos en Meoqui porque hace unos años, antes de mudarse a la capital de Chihuahua, tenían un restaurante de comida típica. “Ese negocio era uno de los emblemas del pueblo. Se llamaba Casa Hernández”.  

Norberto estudió la primaria en Meoqui, la secundaria y preparatoria en Delicias, el pueblo contiguo. Sus papás son muy unidos. “La mamá es la que trae ahorita todo el liderazgo por el caso de su hijo", señala.

“Todo el estado de Chihuahua está conmocionado, como ya pasó la inseguridad allá, la gente encarnó todo el dolor de la familia, hicieron muy propio esos dolores, los asumieron como suyos”, agrega Blanca.

Norberto, además de que quería estudiar, vino a la Ciudad de México porque aquí vive una de las hermanas de su mamá y ahí residía, en la colonia Arenal Tepepan.

Sus papás y hermano menor se mudaron desde hace unos años a la capital de Chihuahua, pero le tienen mucho cariño a Meoqui, por eso le harán un homenaje en esa ciudad. Se tiene contemplado que lleguen este miércoles y serán recibidos por una valla humana con paños blancos como símbolo de exigencia de Justicia y Paz. Después se regresarán a su casa donde descansarán los restos de Norberto.

La familia pidió en Meoqui no recibir ofrendas florales o globos, sino depositar dinero en efectivo en urnas para destinarlo a una obra social.

Este lunes, luego que se diera a conocer la localización sin vida de Norberto en un paraje de Xochimilco, sus padres se reunieron con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y la procuradora General de Justicia, Ernestina Godoy.

“Fui para alzar la voz por todas las Norelias y Norbertos. Lo que pasó atrás, si hubo gobiernos que no hicieron nada, eso ya no importa, sino lo que importa es de la muerte de Norberto para acá, qué viene, quién va a cubrir esas leyes que están con tantos huecos, quién va a hacer que las coas funcionen mejor, que todo se agilice, quién va a agilizar todo esto que no tiene pies ni cabeza. De aquí en adelante vamos a ponernos a trabajar como sociedad, vamos a levantar la voz”, reitera Norelia en su mensaje a medios.

Para Miguel Gómez la noticia de su secuestro y asesinato fue fatal. Fueron compañeros en el último año de la carrera. “Fue terrible darse cuenta que ya no está. A dos días de graduarnos es muy difícil asimilarlo”.

Miguel asegura que si la autoridad no realiza algo por la seguridad, “nosotros tenemos que empezar a hacer algo para cuidarnos. Me quedo contento porque la comunidad en la Universidad fue maravillosa, ese apoyo nunca lo había visto, me quedo con eso”.

Recuerda que era una chavo muy tranquilo, alegre y atento. “La otra vez estábamos muy nerviosos por entregar un proyecto, simplemente me dijo que nos calmáramos porque ya íbamos a salir y era el último jalón”.

Andrea Raigoza, amiga de Norberto, lo recuerda con cariño también. “Me siento muy impotente, era muy buena persona y el hecho de vivir esta situación muy cerca es impresionante, es horrible. No me imagino cómo se siente la familia, todos estamos expuestos, me gustaría que como alumnos y amigos de Norberto concientizáramos más el tema de la inseguridad”.

Otra de las mejores amigas de Norberto asegura que tratará de sonreír siempre por él. “Solo Dios sabe por qué hace las cosas, le agradeceré toda la vida su apoyo. Siempre lo voy a recordar”.

AJ