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Los datos

Hoy la revisión de los datos se antoja titánica, no olvidemos que estamos en la época de la posverdad, en la que cada quien tiene “sus datos”. | Pamela Cerdeira

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Escrito en OPINIÓN el

Bien dicen que lo que no se mide no se puede mejorar. Las autoridades miden los asesinatos para entender y dimensionar la violencia, para presumir que sus programas mejoran, y para compararse con otras administraciones.

Los ciudadanos medimos la violencia en las historias que nos alcanzan: el vecino asaltado, el pariente cuyo coche amaneció sobre ladrillos, la amiga secuestrada. La percepción construye nuestra realidad, los datos pueden corroborarla o desmentirla.

La semana pasada el periodista Jorge Ramos cuestionó al presidente López Obrador sobre su estrategia para evitar los asesinatos en México, con cifras elaboradas por las mismas autoridades. El presidente rebatió con un promedio diario de asesinatos, asegurando que las cosas van mejor.

¿Por qué habrían de ir mejor?


Hasta el día de hoy, el único cambio en materia de seguridad ha sido la dramática baja en decomisos de drogas al crimen organizado.

“Me levanto temprano”, respondió López Obrador. La misma respuesta que dio a unos pequeños que en la mañanera lo cuestionaron sobre su estrategia para evitar más desapariciones.

El presidente se despierta temprano, se reúne con su gabinete de seguridad, y revisa las cifras; poco importa si son las reales, a las que les falta un veinte por ciento de los homicidios, porque hasta hoy la estrategia consiste en eso, en verlas.

Estrategia


No hay que olvidar que la política social de la 4T está fundamentada en que la delincuencia es una consecuencia de la pobreza, por eso se otorgan becas a estudiantes y jóvenes que quieran capacitarse en el empleo. Supongo que para el presidente, esos recursos que ya se han entregado son los que han dado resultados, porque simplemente levantarse temprano suena como una estrategia endeble.

Medir la eficacia de los programas sociales que cuyos costos han justificado despidos de funcionarios y reducción en la inversión en promoción turística resulta vital para su continuidad. Habrá que seguir esas cifras con lupa, aunque hoy la revisión de los datos se antoja titánica, no olvidemos que estamos en la época de la posverdad, en la que cada quien tiene “sus datos”.

El lugar de la víctima

@PamCerdeira | @OpinionLSR | @lasillarota