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Las ratas asfixian a la ciudad de Nueva York

Se destinan en dos años 32 millones de dólares del presupuesto municipal a un programa de combate y erradicación de los roedores

Escrito en MUNDO el

NUEVA YORK. El hombre se inquieta cuando llega la primavera. Tiene días de vigilancia en torno a un agujero en un macetero frente al edificio al que da mantenimiento.

“Hay por lo menos ocho crías”, calcula. Aunque antes de coger la pala y empezar a destrozar la madriguera con la madre dentro, arranca cinta de un rollo de embalar para cerrarse el hueco del pantalón a la altura de los tobillos. “Las ratas buscan siempre un sitio para esconderse cuando están arrinconadas”, advierte.

La acción para exterminar dura unos segundos. “Verás como no vuelven aquí por unos años”, afirma convencido después de haber acabado con la familia de roedores al completo, “buscarán un sitio más seguro”.

El veneno y las trampas, dice, no sirven. Comenta que el acomodado barrio del Upper West Side de Nueva York está infestado. “Los neoyorquinos están acostumbrados a convivir con ellas”, dice, pero advierte que en los últimos años el problema ha ido en aumento y sabe que su batida en realidad no servirá de mucho.

Los altos precios obligan a más vecinos a abandonar la ciudad, mientras la población de ratas crece. Solo hay que fijarse en los últimos datos del servicio de asistencia telefónica de Nueva York. Las quejas de los vecinos al número 311 crecieron casi 40% en un año, hasta superar las 17 mil 350 llamadas. Y eso pese a que el alcalde Bill de Blasio declaró hace dos años la guerra a las ratas, destinando 32 millones de dólares del presupuesto municipal a un programa de combate y erradicación de los roedores.

Se incrementó la frecuencia con la que se recogen los cubos de basura y se instalaron en los parques nuevas papeleras de acero que compactan los desperdicios. Nueva York cuenta incluso con un equipo especial dedicado a exterminar las ratas. Su nueva arma de ataque es meter hielo seco en las madrigueras cuando los animales están dentro y taponar los orificios para que no puedan quedar vivas.

Pero a la vista de la situación, la ciudad de los rascacielos está perdiendo la batalla. No hay un barrio que se libre de esta peste, pese al esfuerzo que se está haciendo. Es un problema común en otras grandes ciudades, como Filadelfia, Washington, Chicago, Los Ángeles o Seattle. Los biólogos, sin embargo, dejan claro que las ratas nunca podrán ser erradicadas por completo en Nueva York.

De hecho, se les ve en la calle comiendo de la misma pila de basura, a la vez. La única manera de evitar que la población siga creciendo, señalan desde Arrow Exterminating, “es estar constantemente encima”. Hay un grupo de voluntarios conocidos como Ryders Alley Trencher Society —las siglas en inglés se leen como ratas— que por las noches hacen batidas por la ciudad con perros de la raza Terrier.

Es una buena excusa para salir a pasear cuando el tiempo acompaña en verano y poner a funcionar el instinto animal. Pueden llegar a cazar hasta una veintena de ratas en cada una de sus salidas. No hay un número fiable sobre los roedores que pueblan la ciudad. Se dice que duplican al de los humanos.

El artículo original en El País

JGM