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'Las hieleras' y 'las perreras', los inhumanos centros de detención de EU

Organizaciones de derechos humanos han denunciado que los detenidos están allí por días e incluso meses, sufriendo temperaturas extremadamente frías y sin camas

Escrito en MUNDO el

Durante meses, incluso en el calor del desierto de más de 50 grados, Alejandro Castear siempre agarra un suéter pesado cuando sale de su casa en el sur de Arizona.

No se pondrá el suéter con este clima, sólo lo trae consigo para calmar los escalofriantes recuerdos del tiempo que pasó en un congelado centro de detención para personas sospechosas de estar en los Estados Unidos.

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Castear dice que experimentó lo que los grupos defensores de los derechos de los inmigrantes dicen que es una práctica común: detener inmigrantes incluso acompañados por menores y meterlos en celdas frías para presionarlos a aceptar la deportación. Entre los inmigrantes, las células se denominan peyorativamente  como "hieleras”, según dio a conocer un informe de Humans Rights Watch.

Castear puede imaginar el frío incluso ahora. "Cuanto más pienso en eso, más frío se pone", dijo el joven de 19 años, al que se le permitió quedarse en el país temporalmente después de que el gobierno de Obama inició una suspensión de dos años de la deportación de algunos jóvenes en los Estados Unidos ilegalmente.

“Las hieleras” son centros de detención de corto plazo en las cercanías de la frontera suroeste entre Estados Unidos y México donde las personas no deben permanecer más de 72 horas, según las directrices del gobierno.

Por años, sin embargo, organizaciones de derechos humanos han denunciado que los detenidos están allí por días e incluso meses, sufriendo temperaturas extremadamente frías y sin camas ni servicios sanitarios adecuados.

"Nos dieron algo que parecía papel de aluminio como sábanas. Había colchonetas en el piso, delgaditas, como un plástico", recuerda.

La luz, blanca como de quirófano, estuvo encendida siempre.

La celda que describe coincide con una descripción hecha en 2016 por el Consejo de Inmigración Estadounidense (AIC, por sus siglas en inglés): "Por lo general, son cuartos pequeños con bancos de cemento y sin camas".

Los que llegan a estos centros son detenidos primero por la Patrulla Fronteriza a lo largo de la frontera bajo sospecha de actividad delictiva, entrada ilegal a Estados Unidos. o presencia en ese país sin un estatus legal migratorio.

Las jaulas

Además de soportan las bajas temperaturas, nuevos reportes señalan que los menores son separados de sus padres o adultos que los acompañan y son enjaulados.

Una grabación en audio obtenida por ProPublica pone sonido al sufrimiento real de un polémico debate político en el que hasta ahora no han participado quienes tienen más en juego: los niños inmigrantes. Más de 2,300 de ellos han sido separados de sus padres desde abril, cuando la administración Trump lanzó su política migratoria de “”, que exige procesar a todas las personas que intenten ingresar de forma ilegal en el país y llevarse a los niños que trajeron consigo. Más de 100 de esos niños son menores de cuatro años. Los niños se encuentran inicialmente en almacenes, tiendas de campaña o grandes almacenes que se han convertido en centros de detención de la Patrulla Fronteriza.

La Patrulla Fronteriza permitió el domingo que la prensa ingresara brevemente a la instalación donde detiene a las familias arrestadas en la frontera con México, en respuesta a las nuevas críticas y protestas sobre la política de “tolerancia cero” del gobierno del presidente Donald Trump en cuestiones de inmigración y la resultante separación de familias.

Había más de mil 100 personas dentro de la amplia y oscura instalación dividida en secciones distintas para menores no acompañados, adultos que viajan solos, y madres y padres con niños. Las jaulas en cada sección desembocan en zonas comunes donde hay baños portátiles. Las luces en los techos están encendidas las 24 horas.

Las autoridades no permitieron que se tomaran fotos o videos dentro del centro, pero varias imágenes fueron dadas a conocer más tarde por el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos las hizo públicas.

La ex primera dama Laura Bush lo ha comparado con los campos de internamiento utilizados para los estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Un congresista demócrata que visitó el sitio dijo que era "nada menos que una prisión".

Las instalaciones de Texas se conocen como Ursula, aunque se dice que los inmigrantes la llaman La Perrera  en referencia a las jaulas utilizadas para albergar a niños y adultos que terminaron allí después de cruzar la frontera de México ilegalmente.

"Una jaula tenía 20 niños adentro. Dispersos en torno a ellos había botellas de agua, bolsas de papas fritas y hojas de láminas grandes destinadas a servir como mantas", informa Associated Press.

La crisis de 2014

Los cuestionamientos sobre las condiciones de estas celdas se incrementaron a partir del año 2014 por causa de las oleadas de menores de edad indocumentados que llegaron a Estados Unidos, explica Astrid Domínguez, directora del Centro de Derechos en la Frontera de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).

"Ese año las denuncias no eran aisladas, empezamos a ver que había muchas personas detenidas bajo condiciones abusivas que incluyen la temperatura fría extrema", dice.

Estos centros de detención apodados por migrantes como "hieleras" han sido objeto de denuncia por parte de organizaciones durante años.

Astrid Domínguez, directora del Centro de Derechos en la Frontera de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha visitado varias de estas instalaciones en nombre de la ACLU entre 2014 y 2016.

Describe haber visto a personas durmiendo en el piso arropándose con mantas isotérmicas y a "agentes usando una prenda más de ropa por encima del uniforme".

Fue en 2016, sin embargo, que unas imágenes captadas por cámaras de seguridad en uno de estos centros arrojaron pistas más visibles sobre lo que allí ocurría.

El servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos las hizo públicas después de que un grupo de migrantes lo demandó por las condiciones de su detención.

En las fotos aparecen mujeres, hombres y niños en celdas de inmigración en la ciudad de Douglas, Arizona, en septiembre de 2015.

Los migrantes, con asesoría legal de la ACLU y AIC, alegaron que fueron detenidos "en celdas sucias, heladas y sobre pobladas durante días".

Denunciaron también que les negaron atención médica apropiada y artículos básicos de higiene, como jabón, pañales y suficiente papel sanitario.

El litigio todavía no termina, pero una orden judicial preliminar de diciembre de 2017 estableció que, en las celdas de Arizona, los detenidos deben tener acceso a colchonetas y artículos de aseo personal.

El propio gobierno, mediante la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos, constató detenciones de más de 72 horas y en un reporte de 2016 recomendó a CBP "evaluar completamente los datos sobre la cantidad de tiempo que las personas permanecen bajo custodia".

¿Cómo están ahora?

El manual de estándares de detención de CBP es del año 2015, cuando Barack Obama era todavía presidente de Estados Unidos.

Pero hay quienes se preguntan si el endurecimiento en las políticas migratorias de Donald Trump ha cambiado en algo la operatividad de estos centros.

De momento no ha habido anuncios oficiales sobre este respecto, pero la muerte en mayo de una migrante centroamericana volvió a centrar la atención sobre las "hieleras".

Activistas denunciaron que Roxana Hernández, quien era seropositiva, enfermó tras pasar cinco días en un centro de detención de corto plazo en San Diego (California).

Allí, señalan los grupos, "Hernández sufrió frío, falta de alimentación adecuada o la atención médica necesaria, con las luces prendidas las 24 horas del día, bajo llave".

Pero las autoridades aseguraron entonces que la mujer recibió atención médica en cuanto la necesitó.

Cero tolerancia: Menores arrancados de sus padres

Casi 2 mil niños han sido separados de sus padres desde que el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció la política, la cual ordena que los funcionarios de Seguridad Nacional refieran todos los casos de ingreso ilegal al país a fiscales para que les presenten cargos. Instituciones religiosas y activistas por los derechos humanos han criticado fuertemente la política, calificándola de inhumana.

Se han propagado historias de niños arrancados de los brazos de sus padres, y de padres que no saben a dónde han llevado a sus hijos. Un grupo de congresistas visitaron la misma instalación el domingo y tenían previsto inspeccionar un albergue donde hay unos mil 500 niños, muchos de los cuales fueron separados de sus padres. Esta instalación es para detenciones de largo plazo.

“Esos niños allí que han sido separados de sus padres ya están siendo traumatizados”, dijo el senador demócrata Jeff Merkley, a quien este mes se le negó el ingreso a un albergue infantil. “El hecho de que se barra el piso y se tiendan las camas no representa ninguna diferencia”.

En el Valle del Rio Grande, en Texas, el corredor de mayor tránsito de gente que intenta ingresar ilegalmente a Estados Unidos, funcionarios de la Patrulla Fronteriza argumentan que ellos tienen que tomar medidas severas contra los migrantes y separar a los adultos de los niños para desalentar a otras personas.

“Cuando exentas a un grupo de personas del cumplimiento de la ley… eso genera un atractivo”, dijo Manuel Padilla, agente a cargo de la Patrulla Fronteriza en esa región. “Eso crea las tendencias justo aquí”.

EU no será un campo de migrantes: Trump

En tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró hoy que su país no se convertirá en “un campo de inmigrantes”, al compararlo “con lo que está sucediendo en Europa”, e insistió en que un país necesita fronteras fuertes.

“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.

El mandatario estadounidense defendía así su política migratoria de mano dura ante la polémica desatada por la separación de menores de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera.

Trump insistió una vez más en “un país sin frontera no es un país para nada”.

Indicios de la fragmentación del apoyo del Partido Republicano se produjeron luego de que el reverendo Franklin Graham, aliado de Trump, calificó la política migratoria como “vergonzosa”. Varios grupos religiosos, incluidos algunos conservadores, han intentado frenar la práctica de separar a los niños de sus padres.

La presión sobre la medida migratoria va en aumento mientras funcionarios de la Casa Blanca intentan distanciarse de ella. Trump culpa erróneamente a los demócratas de la situación. El gobierno implementó la norma y podría revocarla con facilidad luego de que provocó un repunte en los casos de separaciones familiares.

Con información de Los Angeles Times, BBC, CNN, EFE, ProPublica y AP

kt/AJ