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El poderoso empresario que se dice quedó encantado con AMLO

Larry Fink preside al gigante de gestión de inversiones Blackrock, que controla alrededor de 6 mil 288 mdd a nivel global; y vino a reunirse con los candidatos

Escrito en NACIÓN el

El presidente ejecutivo de BlackRock, Larry Fink y Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se reunieron el lunes en un encuentro descrito como "afable y extraordinario" por un asesor del político mexicano.

El designado secretario de Hacienda en caso de que López Obrador llegue a la presidencia, Carlos Urzúa, dijo a Reuters que la reunión, en la que él también participó en Ciudad de México, se llevó a cabo durante una hora por la mañana y describió el encuentro como muy bueno.

Larry Fink es el presidente Ejecutivo de BlackRock, una empresa de gestión de inversiones estadounidense cuya sede central se encuentra en Nueva York, propietario de PNC Financial Services, Banco de Noruega y Wellington Management, entre otras firmas.

La base de clientes de BlackRock está formada por planes de pensiones de empresas, administraciones públicas, sindicatos e industrias; gobiernos; compañías de seguros; fondos de inversión de terceros; dotaciones; fundaciones; organizaciones benéficas; empresas; organismos oficiales; fondos patrimoniales soberanos; bancos; profesionales financieros; y particulares de todo el mundo. Además, su voz pesa en la agencia calificadora Moody''s.

Los activos que maneja BlackRock ronda en la estratosférica cifra de los 6 mil 288 millones de dólares.

BlackRock es un líder mundial en gestión de inversiones, gestión del riesgo y servicios de asesoramiento en más de 30 países de todo el mundo.

En 2008 abrió su oficina en la Ciudad de México con Samantha Ricciardi como managing director, jefa regional de México. En ese año adquirió NAFTRAC y se volvió de la familia de ETF iShares con domicilio local en México.

En 2011, BlackRock ganó el primer mandato activo de fondos de pensión de México.

Para 2014, se completó el primer proyecto de asesoramiento para mercados financieros y ya para 2015, con la adquisición de Infraestructura Institucional se formó el primer equipo de inversión activa de BlackRock en América Latina.

Con ese contexto, Larry Fink ya se reunió con Enrique Peña Nieto. En 2015, el titular del ejecutivo e integrantes de su gabinete se reunieron con el Consejo Directivo de BlackRock, al que detallaron los alcances de las reformas concretadas en México.

Desde entonces tiene interés por la implementación de la reforma energética. Por el mes de julio, Blackrock acordó en días pasados la compra de la empresa de financiamiento Infraestructura Institucional que, junto con los fondos Riverstone y EnCap Investments, capitalizó a Sierra Oil and Gas para su nueva conformación, con la que en consorcio logró adjudicarse los dos únicos contratos de la primera fase de la Ronda Uno para exploración en campos petroleros mexicanos.

Fink ha sido consistentemente optimista sobre las perspectivas del país. El inversor tomó una participación de 900 millones en la segunda fase del proyecto del oleoducto Los Ramones con la firma de capital privado First Reserve, y Marco Antonio Slim Domit, el hijo del hombre más rico del país, Carlos Slim, es uno de los miembros de la junta directiva de BlackRock.

PARA SABER UN POCO DE ÉL

Larry Fink tiene el poder que muchos desean; el que no se nota. Su influencia en el mercado contrasta con el anonimato que disfruta fuera de los círculos financieros. El exbanquero y escritor William D. Cohan ha dicho de él:

“Es como el mago de Oz. El hombre detrás de la cortina”.

Larry Fink preside BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo. Si BlackRock fuese un país sería la cuarta economía del planeta detrás de Estados Unidos, China y Japón.

Su tarjeta de visita abre cualquier puerta, sea esta la de gobernantes, banqueros centrales o reguladores. En anteriores viajes a España, por ejemplo, se entrevistó en Zarzuela con el rey Juan Carlos.

“Siento la responsabilidad de ayudar a los gobiernos a adoptar las políticas adecuadas, a veces hablando claro y mostrando desacuerdo, pero siempre pensando en el interés de nuestros clientes”, publicó el diario español El País, hace más de tres años.

Su experiencia en Wall Street y, por qué no decirlo, dirigir un negocio basado en las comisiones, le ha llevado a elaborar una particular tesis sobre el mercado.

Ha dicho Fink:

“Especular es cuando tienes todo tu dinero en efectivo. Invertir es poner tu dinero a trabajar para lograr tus objetivos. Si piensas que el mundo va a ser mejor dentro de 30 años, algo sobre lo que estoy absolutamente convencido, una estrategia de inversión adecuada es diversificar con un horizonte temporal a largo plazo”.

Cultiva la imagen de un intelectual del mercado. El último concepto con el que trabaja BlackRock es el de la divergencia, es decir, que el mundo se mueve a diferentes velocidades (económicas, monetarias y financieras). Las consecuencias de ello son las de un juego de suma cero.

“Esta situación tendrá ganadores y perdedores entre los países y entre las propias empresas”, avisa Fink. En su opinión, el sector energético es un buen ejemplo de un planeta divergente. “Hay países que se benefician de la caída de los precios energéticos y otros como Rusia, Irán o Brasil que se ven perjudicados”.

AJ