Durante nuestra niñez aprendemos la rivalidad entre sexos, sustentada por los roles de género asignados socialmente. Las niñas se juntan con las niñas, y los niños con los niños. Entre niñas se juega a las muñecas, mientras que los niños acaparan el patio de fútbol en el recreo. 

Crecemos aprendiendo que las amistades sinceras entre hombres y mujeres son casi imposibles. Cuando llegamos a la adolescencia escuchamos cosas como “los mejores amigos hombres no existen; se junta contigo porque le gustas” o “si ya te friendzoneó, por qué sigues siendo su amigo”. 

Es casi como si todo indicara que nadie puede, genuinamente, establecer un vínculo amistoso con alguien del sexo opuesto sin tener una intención romántica o sexual. Mientras los hombres se quejan de que las mujeres los dejan en la famosa friend zone, las mujeres han comenzado a señalar las intenciones detrás de los amigos varones con las que, más de una vez, han lidiado.

La friend zone no existe

El término friend zone se ha popularizado a tal grado que existen, en internet, decenas de artículos dedicados a los hombres sobre cómo evitar esa zona. La escritora Christine Estima explica, en un artículo publicado por VICE, que este término dice más sobre la dinámica social entre hombres y mujeres de lo que se podría pensar. 

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Para Christine, la creencia de una friend zone coloca a las mujeres como deudoras de algún tipo de servicio hacia aquellos hombres que han decidido establecer amistad con las mujeres:

“Cuando los hombres usan el término friend zone, están intentando explícitamente avergonzar a las mujeres por herir sus sentimientos. Avergüenza a las mujeres por ejercer su derecho a decir no”, explica la novelista.

Así, cada vez que una mujer rechaza tener algun tipo de relación sexo-afectiva con un hombre lo dirije hacia la “zona del amigo”, y la culpa recae en las mujeres por “mal agradecidas”, como si las amistades honestas entre hombres y mujeres, donde no se espera alguna recompensa emocional o física, no puedieran ser reales. 

“Al decir que están en la zona de amistad, los hombres dicen a las mujeres que les debemos algo. Nos dicen que no tenemos autonomía en nuestras propias vida, y que alguien debería decidir por nosotras. Les debemos sexo o una relación romántica porque deberíamos alegrarnos de que un tío (cualquiera) sea simpático con nosotras. Cuando ser simpático es lo mínimo que deben hacer”, explica Christine Estima.

La autora concluye haciendo énfasis en la necesidad de que los hombres gestionen sus emociones y actitudes frente al rechazo como adultos, y señala: “la friendzone en realidad no existe”

Las ventajas de dejar de hacerse la víctima de la friend zone

Dejar de creer en la existencia de la friendzone trae ventajas tanto para hombres como para mujeres; cuestionar al amor romántico y, con ello, darle una cachetada al patriarcado es solo el inicio. 

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Quitarse la idea de sufrir por la friend zone permite establecer vínculos honestos y de lealtad entre hombres y mujeres. Crear amistades fuertes basadas en lo que la experta en amor romántico Coral Herrera llama “amores compañeros” es otro beneficio.  

Herrera explica que el amor compañero puede surgir de la atracción sexual, pero también de la amistad, y lo define como “una forma de quererse, basada en la solidaridad, la empatía, el respeto, la ternura y los cuidados.”

Por otra parte, dejar de lado los cuentos de la friend zone y animarse a crear vínculos de amistad verdadera entre hombres y mujeres también es un acto político. Coral Herrrera, en su libro Hombres que ya no hacen sufrir por amor, explica que la amistad entre hombres y mujeres puede ser revolucionaria:

“Se rebela contra las normas patriarcales que nos quieren enfrentados, divididos, unos encima de otros, follando, reproduciéndose y batallando en luchas de poder eternas. Por eso, cuando nos juntamos sin ningún tipo de interés personal, sin afán de dominarnos o de utilizarnos, movidos solo por el deseo de disfrutar y acompañarnos, el patriarcado se tambalea”.

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La amistad entre hombres y mujeres puede ser revolucionaria si pone en peligro las normas sociales que sostienen los roles de género en las relaciones sociales y que oprimen a hombres y, especialmente, a mujeres. 

La friend zone no existe; las mujeres no te deben nada. Ahora que lo sabes puedes establecer vínculos más horizontales, honestos y reales.

Con información de: Revista Brújula  y VICE