El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado del mundo, según el Centro de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés). Se estima que una de cada ocho mujeres desarrolla dicho tumor y suele aparecer entre los 35 a 80 años de edad, aunque de los 45 a los 65 es la mayor incidencia, debido a los cambios hormonales que vive la mujer. 

Por esa razón la ginecóloga obstetra Maritza García recomienda revisiones periódicas ya que las posibilidades de curación pueden ser del cien por ciento si existe una detección temprana del cáncer de mamá. “Lo más importante es conocer nuestro propio cuerpo”, sostiene la ginecóloga, que para esto, recomienda empezar, a partir de los 20 años, con una exploración mamaria personal de forma mensual.  

Después de los 25 años se puede acudir con un especialista de forma anual para prevenir cualquier alerta, y a partir de los 40 años es importante realizarse mamografías de forma periódica. 

¿Cómo explorar mi cuerpo? 

Cuando las células mamarias crecen de forma anormal se acumulan y forman rápidamente un bulto. Muchas mujeres no presentan síntomas o signos pero sí pueden observar cambios en su cuerpo que deben consultar con un experto o profesional. Por ejemplo, la aparición de un bulto, sea doloroso o no, en la mama; cambios en la piel de la mama como enrojecimientos, cambios de color, hendiduras o ulceraciones; secremento; cambios en la forma o tamaño de la mama o su silueta; cambios en el pezón; un bulto en la zona de la axila o disminución en la movilidad de la mama al levantar el brazo. 

Para hacer la autoexploración, la doctora recomienda colocarse frente a un espejo con los brazos caídos y observa que tus mamas mantengan el tamaño y forma habitual. Después levanta los brazos de forma vertical y observa si existe alguna diferencia notable entre los senos o la zona de las axilas. Con los brazos en vertical gire su cuerpo y observe si existe alguna alteración. 

Foto: GyneMedic

Para la segunda parte de la exploración, recomienda estar acostada e imaginar que tu mama se divide en cuatro partes. Acostada de lado izquierdo levanta el brazo y coloqué la mano debajo de la cabeza, con la mano derecha y los dedos estirados juntos palpa cada cuadrante y recuerda también explorar la zona de tus axilas con las puntas de tus dedos. 

Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y pescados puede reducir hasta en un 30 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de mama, a diferencia de tener una dieta con un alto consumo de grasas, bebidas calóricas y dulces, señaló GEICAM, investigaciones sobre cáncer de mama en España. Por otro lado, también resaltó la importancia del ejercicio físico regular, ya que una vida sedentaria aumenta las probabilidades en un 70 por ciento, aparte de beneficiar al cuerpo y prevenir otras enfermedades. 

¿Cuáles son los factores de riesgo? 

Un factor de riesgo son aquellas situaciones que aumentan las probabilidades del desarrollo de una enfermedad, sirven como parámetros. Sin embargo, tener más de un factor de riesgo no significa tener la enfermedad o viceversa. 

Existen factores de riesgo modificables como el sedentarismo, el consumo del tabaco y alcohol o la obesidad; sin embargo existen otros factores de riesgo no modificables como el envejecimiento o los antecedentes familiares. Otro factor de riesgo no modificable es el sexo, o mejor dicho ser mujer, ya que únicamente el uno por ciento de los diagnósticos de cáncer de mama es diagnosticado a hombres. 

Con información de GEICAM y GyneMedic