¿Alguna vez has sentido que tu amiga, amigo o amigue no te escucha? “Me di cuenta que, a veces, cuando una amiga comparte que está pasando por algo difícil, yo respondo con algo que me está pasando a mí. Y de repente, sin querer, dirijo la conversación hacia mí, cerrando la posibilidad de poder escuchar”, relató una influencer cuando se dio cuenta que las pláticas con su amiga siempre terminaban girando a su alrededor. ¿Por qué ocurre esto?

Existen personas que tienen rasgos narcisistas más acentuados que otras, y para ellas es más fácil satisfacer sus necesidades, responder a sus demandas y no a la capacidad de escuchar, explicó la psicóloga clínica Francisca Otero, “esto provoca que les cueste trabajo ver qué es lo que necesita el o la otra o qué es lo que le pasa”, dijo. 

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Por otro lado, este fenómeno de falta de escucha puede tener otras explicaciones; la periodista del New York Times y escritora, Kate Murphy, explicó que existe algo que se llama ‘sesgo de cercanía-comunicación’. ¿Alguna vez has sentido que dejas de escuchar porque conoces tan bien a la persona que ya sabes lo que va a decir? A esto se refiere la reportera, y lo define como una especie de venda que dificulta la capacidad de escucha, en la medida que nos sentimos cercanos a alguien. 

Sin embargo, las personas cambiamos todo el tiempo y la suma de interacciones, experiencias y actividades cotidianas nos van transformando, por lo que, nadie es la misma persona todo el tiempo. Además, la psicóloga Otero explicó que en general las personas tenemos poca tolerancia a oír las angustias de los demás porque “vivimos en una sociedad que tiende a echarse poco”. 

¿Cómo ejercer una escucha activa? 

“Muchas veces lo que las personas buscan en las conversaciones con amigas o amigos, es desahogarse, sentirse escuchados y acompañados por la otra persona y no necesariamente encontrar la solución a su problema”, explicó la psicóloga y afirmó que intentar dar soluciones puede generar que la persona no se sienta escuchada, sino criticada y/o juzgada. Utilizar expresiones como: “te entiendo, qué difícil debe ser lo que me estás contando”, “estoy aquí para apoyarte” o “que difícil, no imagino lo complejo que es pasar por esto” puede mostrar mayor empatía y señales de que queremos acompañar, sostuvo la psicóloga.

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Una escucha activa puede traer beneficios cerebrales, en el estado emocional y la salud mental, según el neuropsicólogo José Antonio Portellano, quien explicó para El País la importancia de no hacer comentarios innecesarios para que el interlocutor tenga la posibilidad de compartir y desahogarse; no interrumpir ni hacer juicios sobre lo que se dice; además de, mantener una postura empática donde no nos centremos en nuestros sentimientos u opiniones. 

Por último, guardar silencio no es la única manera de comenzar con la escucha activa, algunas recomendaciones son parafrasear, hacer preguntas, y también, podemos mostrar interés mediante el lenguaje no verbal, como mover la cabeza al estar escuchando. 

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Con información de La Tercera 

ASL