Escribes un mensaje a tu crush, lo revisas de nuevo para ver si está bien escrito, lo envías, pasa una, dos, tres horas, un día… Lamentamos decirte que te dejó en visto. ¿Es violencia? Depende.

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De acuerdo con la investigadora española Ianire Estebañez Castaño dejar en visto en WhatsApp se puede considerar como violencia pasiva, porque es un tipo de daño psicológico que afecta la autoestima del otro.

La violencia pasiva, señala la investigadora Estebañez , produce daño con aquello que no se hace, es decir, al no responderle o llamarle a una persona. "El silencio o la indiferencia, por tanto, se utilizan como arma para dañar la autoestima. Y si este comportamiento de indiferencia proviene de alguien querido, el daño puede ser mayor”, expresa la experta.

Antes, hay que señalar que la respuesta podría no ser inmediata por las actividades del otro, pero si pasan horas o días, podríamos hablar de indiferencia, aún más por el vínculo.

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La angustia de esperar por la respuesta o mensaje un ser querido tiene historia, pasaba con las llamadas o las cartas. “Lo cierto es que las razones para leer y no responder pueden ser muchas, incluyendo – claro- el estar en lista de espera de otras prioridades”, dice la filósofa feminista Diana Maffía. El creer que somos la principal prioridad de nuestra pareja es un mito del amor romántico.

Sin embargo, señalar que “el dejar en visto” es un tipo de violencia, es un tema que ya se está trabajando en la academia. Un estudio piloto realizado en jóvenes universitarios de Nuevo Léon, por Antonio Lucio López y Ángel Salvador Pérez Blanco, sobre las relaciones sentimentales de los adolescentes en WhatsApp, revela que el ignorar los mensajes del otro, genera enojo y provoca conflictos en la pareja.

Como diría la canción del grupo Megah Música:

Pasaron los días y no volviste. No me, llamaste, no me escribiste. Pero en guatsap hasta el amanecer.

¿Y ahora qué flasheas? Ni un texto contestas. No sé qué hice o qué pasó. Pero me fantasemas -que en español mexicano sería- ¿Ahora qué traes? Ni un texto contestas. No sé que hice o qué pasó. Pero me sacas de onda.

Ahora abrázate vos, solito, hasta la vista baby. No va más. No quiero vivir esperando un guatsap.

La periodista Luciana Peker escritora del libro Putita Golosa  escribe y desdobla los pensamientos de varias feministas que señalan como la violencia también está presente en las nuevas tecnologías, entre ellas concuerdan que la indiferencia en lo digital toma forma de las simples palomitas azulas del WhatsApp, es decir, el dejar en visto.

“La no respuesta es una respuesta dada legitimada como una indiferencia válida en tiempos de coqueteo moderno donde todo vale y nada vale mucho”, escribe Peker.

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Es que el dejarse en visto no es una violencia como los feminicidios, pero “sí son primeras violencias, más cotidianas e invisibilizadas, que deben tenerse en cuanta”, señala la feminista Mariana Palumbo, “(…) como son parte de lo amoroso la gente no se escandaliza, pero al analizarlo y verlo seriado se ve un problema: las redes sociales disparan los celos y control en la espera, con mucha vehemencia y de modo vertiginoso”.

Un avance de esta era es que hoy “las chicas avanzan más… no esperan a que les calcen el zapatito para ir a buscar el baile, las mujeres están más dispuestas a empezar el vínculo e insistir”, escribe Peker.

Pero en ese insistir, muchas veces nos enfrentamos con la espera, con las palomitas azules que nos angustian. Peker dice que el ritual del amor aprendido, la posibilidad de la frustración o el rechazo también forma parte de la educación amorosa, pero no es así, hay que cambiar esta angustia por amor propio.

Coral Herrera, feminista y creadora del sitio Laboratorio del amor, cree que la indiferencia tecnológica en donde la mujer pasa de ocupar un lugar de seducción a no ser nadie –un fantasma sin entidad- también es una forma de maltrato. “No contestar los mensajes es una forma de maltrato total y absoluto”.

No solo la mujer espera, también hay hombres que viven la frustración de las palomitas azules. La violencia la vivimos y alimentamos todos, aunque la violencia hacia la mujer ha sido más invisibilizada, por eso nos dirigimos más a ellas.

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La pregunta que queda es cómo podemos dejar de sentir esa angustia de la espera de un mensaje, Coral Herrera señala que el problema está en la educación del “amor romántico” donde impera el sufrimiento y la renuncia, que  nos hace insistir en una relación donde nos ignoran.

“El problema es que la autoestima de las mujeres es muy frágil porque está construida sobre el reconocimiento de los hombres. Si un hombre que te gusta te hace caso, te sientes guapa y que mereces la pena y estás alta en el ranking y si el hombre no te ofrece el trono de la mujer más increíble te hundes en la miseria. Si la autoestima baja aumentan los celos, la inseguridad y el complejo de inferioridad y hace muchísimo daño”, señala Herrera.

El consejo que da Herrera es que si el tipo no quiere estar contigo que se vaya rápido y se vaya corriendo porque no merece la pena.

Sabemos que tanto hombres como mujeres pueden estar sufriendo la espera de un mensaje, así que recuerda nadie merece tu espera si le eres indiferente, como diría una mamá sabía “por favor, quiérete un poquito”, aunque la frase perfecta terminaría con "un muchito".