A pesar de los diversos nombres que se le ha dado (vientres de alquiler, maternidad subrogada, madres sustitutas, etcétera), mujeres feministas denuncian que detrás de la renta de vientres persiste un sistema de explotación de las mujeres. 

No es una práctica nueva, afirmó Teresa Ulloa en la mesa de diálogo “Somos mujeres, no incubadoras” que fue transmitida a través del Facebook live del colectivo veracruzano Brujas del Mar.  “Ha llegado a convertirse en un negocio multimillonario a costa de una función que solo pueden tener las mujeres, que es estar embarazadas y dar a luz”, dijo Teresa Ulloa.

Las feministas denunciaron que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició una serie de conversaciones con la intención de quitar restricciones a las parejas extranjeras para alquilar vientres en nuestro país. 

De acuerdo con la maestra Ulloa, el verdadero interés de la SCJN se relaciona con la posibilidad de permitir a los extranjeros que paguen por vientres de alquiler, “son una serie de amparos que han estado interponiendo las agencias para quitar el candado de que no se permita a parejas extranjeras que adquieran o contraten un vientre de alquiler, y a un niño encargado por contrato”, afirmó. 

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Las feministas recalcaron que la decisión de la Suprema Corte podría ser muy grave, porque existen casos donde usan la legislación de Tabasco (estado donde está permitido alquilar vientres) y la mujer del vientre nunca estuvo en Tabasco. Además afirmaron conocer casos en los que les dejan la custodia a las mujeres que alquilaron su vientres para mantenerlas amenazadas por no dar pensión alimenticia y en cualquier momento pueden ser demandadas por abandono, todo con el propósito de mantenerlas calladas

Regulación y corrupción en los vientres de alquiler 

Melissa Amezcua, periodista que ha realizado investigaciones respecto a los vientres de alquiler, explicó que en los únicos dos Estados donde está regulado la venta de vientres de alquiler (Sinaloa y Tabasco), hay muy pocos casos que siguen las reglas establecidas por la ley. 

“Por más que se regule y por más que se legislen los temas que atañen a las mujeres, vivimos en un sistema de corrupción donde no se cumple absolutamente nada de esos temas”, agregó Amezcua.