Recientemente se viralizó en redes sociales la pelea de dos niñas en un cumpleaños. Se emitieron comentarios de todo tipo, y la acción fue fuente de inspiración para muchos memes, pero la pelea entre las pequeñas y la respuesta de la gente revelan una cosa: aún se aplaude la rivalidad entre mujeres. 

En el video se observa a dos niñas frente a un pastel: la cumpleañera y su hermanita. Cuando es momento de apagar la velita, la hermana se adelanta a la cumpleañera y sopla, la reta con el rostro e inmediatamente la cumpleañera la jalonea del cabello. 

A muchos les pareció graciosísimo, y sí, muchas cosas que los niños y niñas hacen resulta gracioso, pero también es un reflejo de lo que han aprendido y de cómo han socializado. El sistema social bajo el que vivimos nos ha enseñado a crear rivalidades entre mujeres. Las peleas se normalizan, y hasta se vuelven algo gracioso. 

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El verdadero antagonista es otro: el patriarcado

Los memes creados a partir del video iban desde asignarle un signo zodiacal a las niñas, hasta compararlas con las famosas villanas de telenovelas. Algunos memes señalaban a la niña que sopló la vela como Teresa o como la villana de la famosa frase: “Maldita lisiada”. Esa comparación nos remite a las narrativas telenovelescas, en las que la antagonista y la protagonista pelean por el amor de un hombre. La mala le hace imposible la vida a la buena.

Tanto en las novelas como en el video del pastel, el verdadero antagonista es otro: el patriarcado. Él promueve la rivalidad entre mujeres desde temprana edad, la cual entretiene a quienes se encuentran alrededor y las observan. 

El patriarcado, de acuerdo con Gerda Lerner, es “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio entre las mujeres en la sociedad en general”. Otras autoras, entre las que se encuentran María Milagros Rivera Garretas y Kate Millet, ponen como bases del patriarcado a la heterosexualidad obligatoria y el amor romántico, que nos enseñan a amar y servir a los hombres antes que a las mujeres. 

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Nos enseñaron a ser rivales, pero decidimos ser aliadas

Ese sistema llamado patriarcado, que empuja a depositar nuestra lealtad y amor en hombres en lugar de mujeres, provoca la competencia y rivalidad constante entre las niñas, desde competir por quién es la más bonita, hasta por quién tiene más novios o ropa bonita. Esas peleas a veces llegan a los insultos y los golpes entre mujeres. 

Muchas personas justifican la pelea al decir que “era algo muy común entre hermanos y hermanas”, pero las reacciones de los internautas destaparon algunas otras ideas, como que las peleas entre niñas son graciosas o que se asemejan a las historias de rivalidad telenovelesca. 

Al final, la mamá de las hermanitas hizo público el final de la historia: una foto de ambas cortando felizmente el pastel. Lo que nos recuerda que las relaciones entre mujeres aún tiene mucho que sanar y construir a través de la sororidad. Se debe enfrentar al patriarcado bajo la premisa de que “nos enseñaron a ser rivales, pero decidimos ser aliadas”.