maCon emoción, Gris sigue su trayecto en la línea 2 del Metro. Es su primera marcha del 8M y quiere dejar huella. No aviso a su familia que iría a marchar, pensaron que iba a trabajar. "Soy la primera de la familia que rompe el esquema, vengo de una familia muy machista". Por seguridad, compartió su ubicación en tiempo real con amigos de confianza.

Gris no fue la única, como ella, muchas jóvenes llegaron por primera vez a celebrar el Día Internacional de la Mujer en la marcha que partió desde el Monumento a la Revolución a las 14:00 horas. Preparadas con carteles, ramos de flores y predominantemente vestimenta color morado, partieron de ahí al Zocalo capitalino.

“MI PRIMERA MARCHA”

La fuerza feminista que se suspendió en la pandemia volvió con vigor. “Tenemos sed de justicia”, dijo una de las jóvenes de 17 años que asistió a la marcha. “Ya estoy cansada del acoso constante”, declaró Jennifer para La Cadera de Eva quien asistió junto con su hermana a la marcha, quien apenas le lleva dos o tres años. 

Jennifer no avisó en casa que iba a la marcha. Sin embargo, ella considera que es importante pedir justicia, como es el caso de Sury Ponce, quien asistió junto con su madre.

“Es mi primera marcha, me siento muy segura y muy feliz”. La joven tiene 18 años, llegó junto con su madre quien pide igualdad en el campo laboral. “En el trabajo es difícil posicionarte, no escuchan tus propuestas como si fueras hombre y ellos sí tiene el derecho de sobajarte”, dice la madre de Sury.

Lo mismo pasa con la oftalmóloga Aline Astorga, quien se unió a uno de los contingentes de Avenida Reforma: “Siento que las mujeres siempre tenemos que estar a la defensiva para exigir igualdad y debemos de tomar una actitud varonil para que nos hagan caso, no te puedes poner zapatillas porque ya eres el blanco del doctor”. 

Aline Astorga también asistió a la marcha para alzar la voz por las mujeres que ya no están, como es el caso de su hermana quien fue víctima de violencia intrafamiliar. 

Las jóvenes asisten a su primera marcha porque buscan  justicia y quieren apoyar al movimiento. Las mujeres que ya tienen tiempo asistiendo van para seguir visibilizando la lucha de las mujeres. Un caso es el de Celia Flores, quien desde 1964 ha asistido a las marchas, desde su silla de ruedas.

“Me emociona mucho ver a las mujeres marchar y se den cuenta que no son un objeto”, dijo Celia Flores, activista desde hace casi 60 años.

En la “victoria alada” las colectivas se encontraban para seguir la marcha, cuando brincaban al cantar la consigna “el que no brinque es macho” el piso temblaba. La cita era alrededor de las 16:00 horas, pero algunas de las mujeres comenzaron avanzar  desde las 13:00 horas. 

AVANCE DE LA MARCHA 

A diferencia del 2020, la marcha transcurrió con tranquilidad en su trayecto por avenida Juárez y calle 5 de mayo hasta llegar a la plancha de la Constitución.  

Dado que no pudieron derribar ninguna de las vallas metálicas que las autoridades del gobierno capitalino y federal instalaron en monumentos y para protección de algunos negocios, integrantes del llamado Bloque Negro (también conocido como anarquistas) realizaron actos vandálicos con martillos y pintura afectando algunos puestos metálicos de periódicos.

En otros puntos como Bellas Artes fue suficiente con hacer notable su presencia al realizar golpes con sus martillos en las vallas y postes metálicos.

No obstante, en la esquina de Eje Central y 5 de mayo lograron abrir una de las vallas y pintar consignas en paredes y muros.

A su paso las manifestantes recibieron con alegría el respaldo de  dos mujeres, quienes desde un ventanal exhibieron un gran moño color morado. Entre aplausos y gritos, agradecieron el gesto.

LAS MUJERES DE LA PERIFERIA 

Las mujeres de la periferia se movilizaron en transporte público del Estado de México hacia la Ciudad. Es de las pocas veces que las niñas, adolescentes y mujeres se sienten seguras en una “combi”, de acuerdo con las manifestantes.

Desde la periferia asistieron  adolescentes a su primera marcha, se agrupan aunque sean desconocidas y no sepan sus nombres. Algunas otras van acompañadas de sus madres y hermanas quienes se integran a la marea morada que inundó  el monumento a la Revolución, donde se dieron cita algunos contingentes del bloque negro.

Alrededor de las 3 de la tarde, el contingente "Verdad y Justicia Estado de México" se agrupó para dar inicio al pronunciamiento. Karen Reyes, madre de Renata, víctima de feminicidio en 2021 en Ixtapaluca, tomó el megáfono para dar eco a las voces de las mujeres organizadas del Estado de México. 

"Las voces de las mujeres que buscamos justicia han tomado fuerza, creando entre nosotras una red inquebrantable que se fortalece cuando todas nos damos cuenta, que como mujeres que habitamos uno de los Estados que encabeza la violencia feminicida en México y en América Latina" , dijo.

Mientras habla la madre de Renata, se levanta una cruz rosa en memoria de las hoy no pueden gritar porque fueron asesinadas.

MADRES DE VÍCTIMAS DE FEMINCIDIO

A lado del asta bandera, madres de víctimas de feminicidio forman un círculo para hablar de sus denuncias. Las madres reclaman que sus hijas tenían sueños, “tenían una vida”, coinciden.

“Vamos a recorrer todo el país con todos las madres pidiendo justicia”, dice Araceli Osorio, madre de Lesby, víctima de feminicidio. El agresor ya tiene una sentencia pero lamentablemente su hija no ha sido la última asesinada en el país.

A las de ciudad se suma  Adriarte Cuevas quien cuenta: “Mi esposo me pegó con un desarmador cuando llegué de trabajar, mi suegra me amenazó, él sigue libre”, dijo. 

Las madres cerraron sus denuncias con un tlalmanali, ritual prehispánico que consiste el agradecer a los rumbos cardinales. “Cerramos con esta caminata sagrada, pero nos llevamos la lucha en nuestros corazones”, dijo la madre de Lesby. 

EL ACCIONAR DEL BLOQUE NEGRO

La Silla Rota constató como en Palacio Nacional, detrás de las vallas metálicas de tres metros de altura, los policías permanecieron agrupados y amotinados bajo los escudos de plástico. 

Fue la misma estrategia que utilizaron en la marcha del 2020. También utilizaron polvos de extintores para intentar disuadir a las manifestantes que buscaron derribar alguna de las vallas a patadas y golpes, sin conseguirlo.

Distribuidas en la plancha del Zócalo, la mayor parte de las asistentes observaban la escena sin involucrarse. Ocasionalmente se escuchó la explosión de algunos petardos sin mayores consecuencias.

Desde dos ventanales de Palacio, militares se dieron a la tarea de tomar fotografías.

"¡Pinche gobierno puto! ¡Pinche gobierno puto!" gritaron ellas en respuesta.

Aunque el Bloque Negro logro derribar un semáforo y un par de luminarias en la esquina de Zócalo y Pino Suárez, personal del gobierno capitalino resguardo las luminarias para evitar que fueran usadas contra la policía.

Una de las luminarias fue utilizada para intentar derribar una de las vallas de Palacio Nacional. Una decena de manifestantes tomó el poste sin que pudiera evitarlo personal de Protección Civil. 

Tras varios intentos, y sin poder derribar la valla, decidieron lanzarla por el  aire hasta caer del otro lado. Una mujer policía tuvo lesiones por lo que fue recibió atención del personal ERUM.

El secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, dijo que las autoridades locales calcularon 75 mil asistentes a la manifestación del 8 de marzo, “la inmensa mayoría de mujeres se ha manifestado de manera pacífica en esta marcha”, dijo.

DE TAMAULIPAS A CHIAPAS, TODAS SALEN

Miles de mujeres de todos los estados del país se sumaron este 8 de marzo a las movilizaciones en contra de la violencia, la impunidad y la desigualdad.

Las manifestaciones ocurren en el marco del Día Internacional de la Mujer y en un contexto en el que se comenten, en promedio, 10 feminicidios cada día en México. 

Cifras oficiales dan cuenta de que en 2021 se registraron en el país 969 feminicidios, más que los 949 de 2020 y 947 de 2019. En enero de este año fueron contabilizados 75 feminicidios en México.

Colectivas y distintas organizaciones salieron a gritar por todo el país para visibilizar las problemáticas que enfrentan las mujeres, desde temas de inseguridad, acoso y violencia, hasta desigualdad laboral y de derechos.

En diversas entidades, autoridades locales reforzaron la protección a edificios de Gobierno con cercos policiacos o con tablas o vallas metálicas.

"De norte a sur, de este a oeste, seguiremos en la lucha cueste lo que cueste", fue el grito de mujeres en un eco interminable de las manifestantes a lo largo y ancho del país.

Las mujeres advirtieron que seguirán gritando "hasta que nuestras vidas importen más que sus paredes, hasta que las mujeres importen más que sus paredes".