En junio de 2012 se incorporó en el Código Penal Federal de la Constitución del país el delito de feminicidio, para así, clasificar los asesinatos de mujeres específicamente por una cuestión de género, es decir, sólo por ser mujeres, motivados por el sexismo y la misoginia.

Pero a más de siete años de esta legislación, la misma pregunta se repite en la opinión pública y en redes sociales: ¿La violencia tiene género?

En los últimos meses, periodo en que se agudizado la violencia contra las mujeres, se han replicados -principalmente en redes sociales-, imágenes y textos que hacen énfasis en la violencia que también sufren los hombres, muchas veces con el fin de deslegitimar las manifestaciones que se han visto por parte de mujeres que exigen un alto a la violencia hacia su género y de los feminicidios.

“Esto no es una lucha entre hombres y mujeres. Es una lucha entre gente buena y mala”. 

“No todos los hombres”

“También a nosotros nos matan”.

Frases como estas minimizan la violencia que se vive hacia las mujeres, justificando que los hombres pasan por lo mismo. Sin embargo, aquí te explicamos como la violencia sí tiene género y por qué no se puede ver como igual el asesinato de un hombre y de una mujer.

La violencia hacia mujeres y hombres no es igual

Es verdad que más hombres son asesinados que mujeres, en el país.

Según el reporte del Inegi, en 2018, se registraron 36 mil 685 defunciones por homicidio, de las cuales, 32 mil 765 pertenecían a hombres y 3 mil 752 a mujeres.

Pero el tipo de violencia es presentada de forma distinta. es importante señalar que los feminicidios tienen características que los homicidios en hombres no tienen. 

Características de los feminicidios

* Las mujeres víctimas de femincidio presentan signos de violencia sexual de cualquier tipo. Es decir, una mujer es agredida sexualmente o violada previamente a su muerte. Característica que no se registra en la muerte de un hombre. 

* Otro dato importante es que las mujeres que son víctimas de feminicidio, generalmente tienen algún tipo de relación con su agresor, de una manera sentimental, afectiva o de confianza. Según datos del Inegi, el 43.9 de las mujeres en el país, ha vivido agresiones de su esposo o pareja actual o la última, a lo largo de su relación.

El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fue atacada a balazos Abril Pérez. Presuntamente el autor intelectual del crimen fue su propio esposo, Juan Carlos García.

Desde enero, la mujer había denunciado violencia por parte de él, quien la golpeó con un bate mientras estaba dormida y luego la agredió con un bisturí, por lo que fue vinculado a proceso, sin embargo, posteriormente quedó libre, con el argumento de que no quería asesinarla.

Como el caso de abril, en la mayoría de los casos existen datos que establecen que hubo amenazas previas relacionadas con la muerte o algún otro tipo de agresión como acoso, o privación de la libertad contra la víctima. 

* Otro dato importante es que –en algunos casos- las mujeres que son asesinadas son descuartizadas. Fue así el trágico caso del 2013, cuando Juan Méndez asesinó y descuartizo a su novia de 17 años de edad. Sus restos los colocó en un depósito de basura en Tlatelolco, Ciudad de México. En 2017 fue sentenciado a 50 años de prisión por el delito de feminicidio. 

* Otra de las características de la muerte de mujeres, es que el cuerpo de la víctima es expuesto o exhibido en un lugar público.

Si bien, es cierto que la violencia en hombres no es mínima, y muchas veces es incluso –aparentemente- más violenta.

Ejemplo de ello son los descabezados que hemos visto en Michoacán, o los descuartizados en Nuevo León. Pero es importante identificar que ninguno de estos casos fue por una cuestión de género.

La mayoría de los casos que se presentan de esta forma, vienen acompañados de narcomensajes, donde se lanzan amenazas directas hacia una persona o hacia un grupo criminal específico.

Debemos aclarar también que no hay muchos datos sobre las muertes de hombres por violencia, visto que muchas provienen de acciones ilícitas.

Mujeres que mueren en prácticas de narcotráfico, también son víctimas de violencia de género

La violencia en un contexto de guerra entre los narcotraficantes en México, también refleja la brecha entre hombres y mujeres y la violencia que se vive dentro de ella.

La Maestra Norma Lorena Loeza, egresada de la UNAM, explica para La Silla Rota como se ejerce la violencia hacia las mujeres dentro del narcotráfico, volviéndolas más vulnerables que los hombres. 

“Uno de los papeles de las mujeres en el narcotráfico, el servir como mulas, a las quienes se controla para hacer el trabajo sucio de venta, distribución y que no en pocas ocasiones, evoluciona progresivamente hasta convertirlas en sicarias. Al igual que en el caso de los hombres, representan el eslabón de la cadena que más se expone, las personas a las que la policía atrapa y encarcela, sabiendo que hay una larga de fila de mujeres que aceptarán suplirlas en este tipo de trabajo, a falta de acceso a otras opciones”, explica.

Loeza hace énfasis en que la narcocultura, como es evidente, también es misógina y machista. “Refleja de modo expandido, las prácticas excluyentes y agresivas hacia las mujeres que provienen de la normalización de la violencia de género en diferentes estratos. Las mujeres del narco saben que sólo hay dos opciones: ser objeto de colección o de uso desechable, a cambio de las migajas que genera una industria altamente redituable”.

Sin embargo, a las mujeres del narco, ni siquiera se les concede la categoría de víctimas. Se asume que decidieron y aceptaron tener esa vida de "lujos" y de "dinero fácil", a sabiendas de los riesgos que representaba, explica la maestra de la UNAM.

Aunque no esperaríamos que dentro de los grupos criminales existiera una equidad de género, la violencia dentro de estas organizaciones, también reflejan el modelo de un sistema patriarcal, donde las mujeres vuelven a ser más vulnerables.

Los hombres también se mueren por ser hombres

Para el investigador del Colegio de México, y experto en masculinidades, Juan Guillermo Figueroa, es “estúpido” pero una verdad, que los hombres también se mueren por ser hombres.

El investigador explica que los hombres se mueren más veces por prácticas aprendidas o por una búsqueda intencionada de situaciones de riesgo por el hecho de ser hombres.

“Cuando asumes que hay que pelear físicamente cuando alguien te enoja, cuando tienes que demostrar tu hombría y ser muy macho, cuando tienes que consumir alcohol para ser hombre… te expones a un mayor número de riesgos. Hay una alta incidencia de muertes por violencia en hombres. Y la violencia no es una enfermedad, es un aprendizaje”. Explica en entrevista para El País.

Pero el investigador, asegura que no se compara las muertes de hombres con las de mujeres, pero sí cuestiona a como las víctimas reaccionan a esa violencia que nos mata día con día.

“No tengo ninguna intención de competir o compararnos con las de las mujeres. Pero yo me pregunto, si nosotros tampoco lo estamos pasando muy bien, ¿por qué no lo manifestamos y demandamos cambios sociales para cambiarlo?”