Pareciera que la búsqueda por la igualdad, paridad, erradicación de la violencia en contra de la mujer, eliminación de los mandatos de género, el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos o la lucha por recibir el mismo sueldo puede resultar agresivo y traducirse como un “odio desmedido a todos los hombres del mundo” y el hablar de estos temas en un lugar público amerita que nos definan como ‘feminazis”. 

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“Por quererme provocar me dijo feminazi. ¿Qué se debe responder? Poco insulto puede haber, que llegue a compararse...Pero le dije: que poca, ay que poca madurez mental debes tener”, estas palabras se escuchan en la Cumbia Feminazi de Renne Goust y no podrían ser más reales. 

El origen de la palabra 

La palabra feminazi ha sido adoptada en el vocabulario popular para burlarse o criticar a las mujeres feministas, pero además de ser una palabra incorrecta, es racista y antisemita. El término corresponde a la unión de “femi”, referencia a la mujer, y “nazi” relacionada con la ideología implementada por el alemán Adolfo Hitler. 

La palabra ‘feminazi’ fue creada en 1992 por el estadounidense Rush Limbaugh, militante del Partido Republicano que comparó a las feministas que luchaban por su derecho a decidir sobre su propio cuerpo con los nazis y describiendo al aborto como un “holocausto moderno”. 

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¿Qué responder al escuchar ''feminazi''? 

Pero, “qué poca sensibilidad hay que tener, para tomar algo tan cruel, tan históricamente hiriente y pretender usarlo para imponerse”, continúa la canción, “pero un detalle detalle te falló, quien camina por la calles con miedo soy yo”. 

Porque cuando nos llaman feminazis deberíamos cuestionar si creen que las feministas tenemos cámaras de gas. Además, de que la palabra simplifica a las feministas en un concepto rígido y simplificado señalando a la mujer como un ser violento que quiere exterminar a los hombres; pero el feminismo y el nazismo no son lo mismo y el uso de la palabra fomenta una idea equivocada de una lucha que atraviesa a todas las mujeres de diferentes maneras, porque “ni la justicia es algo radical, ni la igualdad un concepto agresivo”, dijo la feminista española Nerea Pérez de las Hereas. 

“No me llames feminazi, no, sólo porque mi autoestima ya te amenazó. Ay te querías pasar de listo, pues ya no nos vamos a quedar calladas”, termina la canción.