Las mujeres en contra de la teoría queer apelan a que es un auténtico peligro y amenaza que conduce al asesinato de la categoría “mujer”. A su modo de ver, este es un acto de violencia machista conceptual, y afirman que esta teoría desea acabar con la existencia de esta categoría fundamental para la lucha feminista. 

En el libro Feminist Contentions, Seyla Benhabib y Judith Butler enfrentan sus pensamientos para repensar si la teoría queer y el transfeminismo desea exterminar el concepto de la mujer. 

Benhabib señaló que cualquier teoría feminista que pretenda ser enmancipatoria necesita presuponer desde el principio un sujeto, identificado como “mujeres” en la lucha feminista, y señalo: “Quiero preguntar cómo sería incluso pensable, de hecho, el proyecto mismo de la emancipación feminista sin un principio regulativo de acción, autonomía e identidad”. 

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Sin embargo, Butler no declara muerto al sujeto político del feminismo, ni desea acabar con él, sino entender cómo se construye y a qué cuerpos se dejan fuera. Puesto que la identidad se basa en la diferenciación, siempre habrá una exclusión, que puede ser entendida como contingente o puede ser naturalizada, como la teoría binaria que proponen a un sujeto identitario estable con un principio incuestionable. Asimismo, Butler señala que si siempre se habla de las mujeres puede haber una falla en la representación. 

Por otro lado, feministas como Benhabib afirman que la construcción del sujeto queer es una conspiración a las mujeres que apenas empiezan a hablar por sí mismas, tras superar una época en la que quien decidía lo que era ser mujer eran los hombres. En este aspecto es importante comprender el concepto de interseccionalidad, es decir, todo lo que atraviesa a una persona, como género, raza, etnia, clase, preferencia sexual, etc. 

Parece que el miedo de las personas en contra de la teoría queer es que a falta de un sujeto sólido e incuestionable y que eso provoque que la lucha feminista colapse; pero, si hemos criticado las estructuras que nos han oprimido, ¿por qué deberíamos reproducirlo? 

Con información de El Salto 

ASL