Seamos honestas, a lo largo de nuestra vida hemos notado que muchas de las cosas que realizaban nuestras mamás, papás, abuelas o tías mientras creciamos, no eran las adecuadas para nosotras, no sólo por reforzar los roles de género, sino porque eran violentas para nosotras como niñas y niños.

Hoy te traemos algunos de los comentarios y prácticas que se consideran “normales” durante la crianza pero  en realidad son muy violentas para las infancias. Siempre es un buen momento para reflexionar sobre aquello que vivimos y sobre las acciones que replicamos y son dañinas para las personas que cuidamos. Toma nota:

1. Compararlos con sus hermanas o hermanos

“¿Por qué no eres más como tu hermana? Mírala, ella no hace esas cosas”, este es uno de los comentarios normalizados hacia las niñas y niños, pero sólo les hacemos saber que no son suficientes. Debemos recordar que todas las infancias son personas individuales y diferentes; no es necesario compararles con otras personas porque no es posible que sean como ellas.

2. No explicar las decisiones

Escudarse detrás del típico “porque soy tu madre” para justificar todas nuestras decisiones es una de las peores prácticas usadas contra los hijos. No les permites generar un razonamiento propio y normalizan que las personas en posiciones de autoridad abusen de ellos. 

Si es posible, hay que hacerlos parte de las decisiones tanto como sea posible, o bien, hablar con ellos sobre por qué tomamos una decisión.

3. Castigarlos o forzarlos a comer todo en el plato

Este tipo de tácticas donde utilizamos la culpa o las amenazas para hacerles comer todo lo que les servimos pueden afectarles a nivel físico y emocional, ya que asocian emociones negativas con la hora de comer. Esto facilita la aparición de trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia, bulimia, atracones por ansiedad, etc.

Lo ideal es controlar las porciones y las horas de comida para generar hábitos alimenticios adecuados para ellos.

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4. Hablar de su peso

De la mano de la práctica anterior, cada vez que comentamos sobre la apariencia física de las niñas y los niños afectamos la percepción que tienen sobre sí mismos. La gordofobia es un problema muy grave actualmente, ya que se asocia el sobrepeso y la obesidad con algo negativo. Este tipo de comentarios también facilitan la aparición de conductas dañinas para su autoestima y su cuerpo.

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5. Actuar como si siempre tuvieras la razón

Todas esas veces que nosotras sabíamos que nuestros padres estaban equivocados, pero ellos no lo admitían, también eran violentas. Esta clase de acciones invalidan las emociones y experiencias de las niñas y niños, no les permites generar un juicio ni un criterio propio, lo cual los pone en riesgo a futuro.