Has tenido una nueva conquista o iniciado una relación pero de repente te ha dejado de hablar o ya no te escribe cómo antes. Te preguntas: ¿qué está pasando?

En un principio, el galán, porque en particular son los hombres quienes hacen este juego de conquistar y luego desparecer como "don Juanes”, te dejan de hablar y tú crees que algo hiciste mal o no hiciste lo suficiente para que estuviera contigo.

Esta ausencia e indiferencia es una forma da manipulación, dice Coral Herrera, experta en amor romántico, quien a través de su podcast Disfrutar del amor, aborda este y otros temas al respecto.

¿Por qué disfrutan haciendo sufrir por amor a las mujeres?

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En particular en el episodio ¿Por qué disfrutan haciendo sufrir por amor a las mujeres? Coral Herrera explica que jugar con nuestras emociones es una forma de control por parte del sexo masculino.

Los hombres, muy encasillados en su roles de género, donde predomina el poder y el control dentro de la estructura patriarcal, controlan a la mujer jugando con sus emociones. Corral explica que en una sociedad cada vez más libre donde la mujer puede elegir su maternidad y con quién tenerla incluso ser independiente, “el enamoramiento” es el único recurso que les queda.

La luna de miel

En un principio se da la luna de miel en las relaciones que puede durar dos días, una semana, dos o tres meses, incluso hasta algunas horas. Esto porque es una estrategia para enganchar a las mujeres para tener sexo. A lo largo de la historia nos han y los han hecho creer que las mujeres sólo tenemos sexo si nos enamoramos. No es así.

Las tácticas que utilizan son hablarnos de futuro y levantarnos el ego. “Como dijo Virginia Woolf la única forma de ver al doble de tamaño un hombres es enamorándote”, dijo Herrera. Los pretendientes comienzan hablar de “cuando sean pareja”, “cuando tenga hijos”, “la casa”… Pero esto no sucede.

 También te comparan o nos compran con las demás: “es que eres diferente a todas”. ¿Las demás no son valiosas?

 No dejemos que nos separen y fomenten que somos competencia que por mucho tiempo ya lo hemos sido, y eso sólo nos debilita como mujeres. Ya que nos tienen enganchadas desaparecen o son más ausentes y nos hacen creer que estamos locas.

Cadáveres emocionales

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 Usan estos recursos para estar con otra persona o para controlar. Nos hacen creer que estamos celosas o se cubren de que han tenido mucho trabajo. Lo único que generan en nosotras es inestabilidad emocional e inseguridad, dejando cadáveres emocionales. Por esta razón, muchas mujeres temen volver a enamorarse o le guardan lealtad a un hombre.

 A veces dudamos en expresarnos. Sin embargo, “cuando no protestamos sentimos que nos estamos traicionando y no nos estamos cuidado y nos están tomando el pelo, y pasa.”, dice Herrera.

 Ella nos invita a repensar si nos estamos sintiendo bien, si estamos pasando buen rato sino lo mejor es romper esa relación. 

Como acto revolucionario, invita Herrera, deberíamos dejar solos a los hombres que disfrutan de hacer sufrir a las mujeres y que se se queden solos, hasta que se cuestionen cómo deberían relacionarse de una mejor forma. 

“Los hombres no están motivados a cambiar porque somos millones de mujeres que estamos deseosas de amor romántico. Porque sino somos nosotras, será otra”, señalo Herrera.

 Si las agendas de los hombres estuvieran vacías, es decir, que no hubiera alguna ex o una mujer siempre dispuesta, ellos pensarían cómo pueden relacionarse de una mejor manera con las mujeres, de forma horizontal y de tú a tú.

 Somos nosotras quiénes debemos saber qué relación queremos e identificar a estos hombres “sádicos” que se aprovechan de nuestro miedo a la soledad. Herrera recomienda que nos relacionemos con hombres que estén dispuestos a amar y no vean a las relaciones como un guerra.