En 2019, México era una de los 10 países donde más personas se identificaban como feministas, según la encuesta, a 25 mil personas de 23 países diferentes, YouGov-Cambridge, pero ¿alguna vez has sentido que hablar de feminismo pone incómodas a las otras personas? 

Uno de los grandes retos de la marea violeta es convencer a la sociedad que la lucha por la igualdad de género no es negativa. La feminista Beatriz Quintana dijo: “El feminismo es radical porque incomoda, porque busca cambios y afecta los intereses de algunos, pero es un tema de equidad”, en entrevista para el medio digital Sentiido. ¿Por qué incómoda, o incluso molesta?

¿QUÉ PIENSAN LAS MUJERES? 

En un grupo de sólo mujeres, que se identifican con la lucha de género, pregunté si algunas vez habían sentido que estaban incomodando una conversación al hablar sobre feminismo, esto es lo que compartieron: 

El machismo, los prejuicios y las inseguridades de las personas provocan que hablar de feminismo no sea completamente cómodo, pero es importante entender que no está bajo nuestro control, sostuvo Diana. “Considero que lo más importante es evaluar los momentos para discutir ciertos temas y en cuáles es mejor no hacerlo con el fin de cuidarnos y no desgastarnos emocionalmente”.  

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El feminismo representa una confrontación en las dinámicas de poder que exige comprender los privilegios, oportunidades y beneficios que muchos hombre ganaron simplemente por nacer así. No es fácil empatizar con vivencias que a las que no se han enfrentado, ni reconocer que históricamente los hombres han oprimido a las mujeres, pero no quiere decir que hombre es igual a malo, compartió Marian.

“Mientras tu seguridad y salud mental no esté en riesgo, no te silencies por no querer incomodar a los otros”, aconsejó.

“NO TODO SON REACCIONES NEGATIVAS” 

“El hablar de un tema incómodo es una forma de generar interés, o tal vez una reflexión del tema a pesar de no admitirlo”, compartió Paola, “ese ya es un gran paso, solo se trata de estar segura con tus ideales, estar abierta a escuchar y a ser escuchada”. 

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“Hablar de un tema con alguien que no está de acuerdo con el feminismo es incómodo automáticamente”, sostuvo Karen, “ya sea por sentirse ignorantes, juzgados o amenazados”. Escuchar diferentes opiniones, sobre todo cuando un hombre no está abierto a la deconstrucción puede ser complejo, sin embargo, cuando sí existe un intercambio de ideas, a pesar de no pensar igual, es muy enriquecedor, expresó. 

“Lo único que hago es saber que no cambiaré la forma de pensar de las personas, y no queda en mí su mentalidad, pero sí tolerar las opiniones de otras personas”, concluyó.

Hablar de feminismo provoca una confrontación con nuestra identidad, valores, educación, creencias, emociones y la sociedad; sin embargo para muchas mujeres aprender, informarse y hablar sobre la lucha de género han sido la nueva puerta para cuestionar injusticias, desigualdades y violencias llevándolas a construir nuevos espacios y realidades. 

En el caso de algunos hombres, ha significado la caída de una “falsa normalidad” donde se veían sumamente beneficiados, sin embargo es un trabajo constante para que ellos también cuestionen sus privilegios, actitudes, violencias y opresiones, para construir una sociedad entre iguales. 

EL FEMINISMO TAMBIÉN INCOMODA A MUJERES 

“Si cualquiera de nosotras comparara su vida con la de su mamá, tenemos más derechos. Hasta una niña de 10 años puede decir que ya tiene más derechos que su madre. El avance es evidente pero falta mucho por hacer”, dijo la feminista colombiana Beatriz Quintero para Sentiido. 

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Así que, una de las claves es entender que la lucha por la igualdad de género no tiene un solo objetivo, sino que es una lucha con miles de aristas. Una lucha colectiva y de visibilización, que incomoda de forma constante a una sociedad que desea cambiar estructuras para seguir aprendiendo, cuestionando y creando conversación que nombre todo lo que le atraviesa a las mujeres, la comunidad de la diversidad sexual, la comunidad indígena, las personas con discapacidad y los grupos oprimidos por un sistema heteronormado patriarcal. Porque las desigualdades y violencias no son las mismas para todas las personas y por esa razón el feminismo es un camino que explorar, escuchar, conocer, empatizar, colaborar y construye.