Ha pasado un año desde que los senadores en Argentina rechazaron la ley que despenalizaría el aborto en aquel país. Ese día fue parteaguas para que miles de mujeres de a pie en todo el mundo, acompañadas de un pañuelo verde, visibilizaran la lucha para la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

El debate de la reforma en el Congreso de Argentina duró meses antes de ser rechazada por parte de los senadores. 

El 8 de agosto, feministas vigilaban a las afueras del Palacio del Congreso, soportando lluvia, frio, sueño, esperando la resolución.

(Reuters)

Esta fue la primera vez, luego de muchos intentos, en la que las activistas a favor de la legalización del aborto lograron que el Congreso pusiera a consideración un proyecto de ley. 

No se logró. Sin embargo, lo que la prensa tomaba como una derrota para las feministas, ellas demostraban que la marea verde llegó para quedarse.

"La evocación del 8A (8 de Agosto) como suceso de trascendencia nacional no podía ser más oportuna", expresaba en Facebook la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Los sucesos de aquel día causó las manifestaciones más grandes que ha habido en el país a favor de una causa que, apenas hace una década, era considerado un tabú. Además la solidaridad de miles de mujeres en el mundo que salían a las calles portando un pañuelo verde y gritando en una sola voz: La clandestinidad no se festeja.

En ese momento, Argentina se convirtió en el epicentro en América de las marchas en favor del aborto. Mujeres de México, Chile, Ecuador, Colombia, Ecuador, Perú, Lima, Bolivia, se manifestaban en solidaridad con las mujeres argentinas.

La marea se extendió hasta las ciudades de Estocolmo, Berlín, Londres, París, Barcelona, Madrid, Londres, Boston, Nueva York, y San Francisco.

Resistencia: la lucha feminista

La lucha para la legalización del aborto en el mundo viene más atrás que aquel 8 de agosto, pero los años la han consolidado y perfeccionando para que cada vez más países pongan sobre la mesa el debate de los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Por ejemplo, en Nueva Zelanda, apenas hace unos días se mandó un proyecto de Ley al Congreso para modificar la ley que prohibía el aborto desde 1977.

A principio de este año, el tema también llegó a la Asamblea de Ecuador para su discusión y buscar una aprobación en favor de las mujeres.

En abril, El Tribunal Constitucional de Corea del Sur emitió un fallo histórico que rechazó una ley de hace siete décadas que exige la prisión para las mujeres que practican un aborto y los médicos que realizan el procedimiento.

El pasado lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en México se pronunció a favor del aborto voluntario por violación sin que la mujer necesite denunciar previamente el delito. Es decir, su palabra –bajo protesta de decir la verdad- bastará ante médicos para que se les realice un aborto legal, gratis y seguro. 

Los avances en la legislación de todo el mundo en favor de las mujeres ha sido un avance desde aquel 8 de agosto, que hoy debe recordarse no como un fracaso sino como la unión y la resistencia de una lucha para la legalización del aborto.