La sexualidad y erotismo se cruzan con la naturaleza y la cultura, apunta el trabajo de Camille Paglia, escritora, profesora y crítica estadounidense, que ha hablado durante su vida y obra sobre la sexualidad y los estudios de género. La profesora afirma que no basta con reajustar la sociedad, establecer la igualdad, ni aclarar las funciones con respecto a los sexos, porque la realidad es mucho más compleja, y a pesar de los avances en la lucha feminista, la politización la ha llevado a invisibilizar aspectos del pasado.  

En 1990, Paglia publicó Sexual Personae, un libro criticado por las feministas y que fue rechazado por siete editoriales antes de ser aceptado por la Universidad de Yale. ¿Qué inspiró a Paglia, hija de una madre italiana, a escribir una obra de más de mil páginas donde resalta la importancia de la naturaleza y la cultura para hablar sobre el género de la sexualidad? 

Foto: Michael Lionstar

LAS REGLAS HACIA LAS MUJERES 

“Mi infancia fue en 1950, un periodo donde las ideas sobre sexualidad y género eran muy conservativas en Estados Unidos”, relató Camille en entrevista para La Cadera de Eva. Cuando era pequeña recibió una muñeca como regalo de Navidad, a pesar que sus intereses por cuidar a un bebé, tener citas o casarse eran nulos. Ella deseaba recibir una espada de la edad media y su armadura, “pero no había forma que una niña en los años 50 tuviera una espada, era algo inusual”, afirmó la escritora. 

Cinco años después, las muñecas, que también recibieron sus primas, estaban desbaratadas; la de Paglia, intacta. “Esa fue mi primera inspiración, ese sentimiento de alienación de lo convencional y las reglas hacia las mujeres”, compartió Camille. 

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El segundo momento que inspiró a la crítica fue cuando tuvo que elegir el instrumento musical que aprendería a tocar en la escuela. “Yo quería tocar las percusiones pero eso era imposible. Me dijeron que las niñas no tocaban las percusiones y en su lugar me dieron el clarinete”, contó Camille con una risa sutil. 

Durante años, la escritora de Sexual Personae fue terrible con su instrumento, fue la última silla, de la última sección hasta que un día, en un evento escolar importante faltó el tambor principal.  “El director me señaló y dijo: ‘Te toca tocar el tambor’. Fue un gran momento en mi vida”. Con esa experiencia desarrolló y entendió la idea separatista de los sexos que regían la norma, afirmó Paglia. 

SU SER MASCULINO Y REPRIMIDO 

“En halloween te puedes poner y ser lo que tu quieras”, compartió la escritora. Sus padres la comprendieron desde su infancia y cada 31 de octubre la dejaban sacar este “ser masculino y reprimido” que tenía dentro. “Un año fue Alicia, del país de las Maravillas; al siguiente, un personaje de la ópera Carmen; después, un soldado romano; y su mejor disfraz: Napoleón. 

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“Yo hacía estos gestos de rebelión desde antes de publicar Sexual Personae”, sostuvo la académica “y a pesar de ello, las feministas me atacaron diciendo que abusé de la idea de género cuando publiqué mi libro; sin saber mi historia de rebelión y desafío”. Camille explicó que en los 90 había un dogma sobre lo que era correcto en el análisis de género, y su obra por supuesto, no cumplía los requisitos. “Pero yo no les debía nada a las feministas, yo empecé desde antes de la ola de los 70”. 

CUANDO DESCUBRIÓ EL FEMINISMO  

La adolescencia de Camille fue cerca de Nueva York. Cuando tenía 14 años leyó un artículo en el periódico sobre Amelia Earhart, la aviadora estadounidense que desapareció tras la caída de un vuelo; investigó sobre su vida y cada semana asistía a la biblioteca para aprender más. También leyó sobre el movimiento sufragista y cómo las mujeres comenzaron a ocupar nuevos espacios dedicándose a trabajos que antes eran sólo para hombres. 

Además, descubrió las películas de Katharine Hepburn y se obsesionó con su actuación y personalidad. “Las dos mujeres me inspiraron”, expresó Camille. En 1963, la crítica envió una carta al editor de la revista Newsweek, donde escribió que cómo fue posible que los soviéticos fueran los primeros en mandar a una mujer al espacio, haciendo referencia a Valentina Tereshkova. Camille tenía 16 años y su carta fue publicada. Ese mismo año, Betty Friedan publicó La mística de la feminidad; pero no fue hasta 1966, con la Organización Nacional de Mujeres, que la ola feminista en Estado Unidos hizo ruido. 

En la misma época, una profesora de lenguas romance, colega de su padre, le regaló a Camille El segundo sexo de Simonne de Beauvoir. “Ese libro tuvo un enorme impacto en mí, fue la voz de esa intelectual francesa, una voz tremenda y poderosa, la que me hizo decir: ‘Yo quiero escribir sobre género’”, compartió la escritora, que hasta ese momento, quería escribir un libro sobre Amelia Earhart. 

LA SEXUALIDAD Y EL GÉNERO SON INTERSECCIONAL 

Cuando Camille comenzó a escribir Sexual Personae, hablar e investigar sobre sexualidad era algo que “no valía la pena estudiar”, sobre todo si lo relacionaba con la cultura popular y Hollywood y no con el psicoanálisis y Freud. “Fui pionera en el tema”, sostuvo la crítica, “Fui la capaz de combinar la idea de biología y sociedad. Desde mi primer párrafo afirmo que la sexualidad y el género es interseccional y la combinación de la cultura y la naturaleza”. 

La sexualidad se ha estudiado desde un fenómeno estructural-social, a partir de presiones sociales y juicios, pero la biología también ha sido determinante, afirmó Paglia, por esa razón su trabajo se enfocó en entender la sexualidad del género. 

“La naturaleza es una dominatrix que tiene control del cuerpo, pero por otro lado, también celebro el arte, la pintura, la escultura y las películas. Es el desarrollo de un punto de vista complejo que respeta la naturaleza y la construcción artificial social”, explicó la escritora. 

Muchos de los expertos en estudios de género no investigaron la Edad de Piedra, las culturas antiguas o la historia humana, sino, repitieron las fórmulas teóricas y académicas, afirmó Camille. 

DEJEMOS DE CULPAR A LOS HOMBRES 

“Creo que hay una confusión entre sexualidad y roles de género; estamos en un periodo de transición pero desafortunadamente todo está muy politizado”, dijo la escritora de Sexual Personae. “Yo he intentado decir: ‘debemos estudiar la historia humana, más allá de la Revolución Industrial, la Revolución Francesa y el mundo Occidental’”. El trabajo de Camille Paglia es un reflejo de su pasión por la arqueología y la historia de la humanidad. 

“Es culpa de los hombres. Los hombres deberían hacer más. Los hombres tienen que cambiar pañales”. Paglia explica que estos problemas sociales están relacionados con la naturaleza del trabajo, pero afirmó, que en el mundo siempre han habido labores de hombres y de mujeres. No niega que se deba actuar en contra de las violencias de género, pero considera que la lucha por la igualdad en cuanto a trabajo está muy politizada porque desde hace miles de años ha existido la separación laboral. 

“Hay muchos problemas que no son culpa de los hombres, hay muchos cambios sociales a los que nos tenemos que adaptar, pero yo creo que hay que parar de culpar a los hombres porque no cada problema social que afecta a las mujeres es su culpa. Las mujeres deben reconocer su propia fuerza y no culpar a los hombres, porque eso es una soga al cuello”, concluyó Camille.

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