Liliana sabía que el proceso de adopción sería complicado porque en México se traduce como un montón de papeleo burocrático largo y pesado. “Si para una pareja cisgénero es complicado adoptar, imagínate si eres una mujer mayor de 30 años que a pesar de tener estabilidad económica y emocional, quiere ser madre soltera”, expresó en entrevista para La Cadera de Eva. 

“Las facilidades que ''supuestamente'' da el gobierno con el programa de adopción voluntaria son muy difíciles”, relató Liliana, y afirmó que su oportunidad de ser madre se hizo realidad hasta que recibió una recomendación de una colega del trabajo que también había adoptado, porque los filtros de los trabajadores sociales son muy complejos. 

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A pesar de que no existe una cifras oficiales, ni recientes de los niños, niñas y adolescentes adoptados en México; se ha registrado que nuestro país es el segundo lugar con mayor número de niños y niñas huérfanos. Entre 2012 y 2017 se realizaron mil 247 solicitudes de adopción en la Ciudad de México, de las cuales fueron únicamente concedidas 440, y de esto, 10 casos fueron adoptantes internacionales, según la Dirección de Estadística del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. 

En México existen 753 casas hogares, distribuidas en todo el país; el DIF cuenta con cuatro casas cuna en la Ciudad de México y de acuerdo con sus datos, los niños mayores de nueve años tienen menos probabilidades de ser adoptados debido al poco interés de las familias. 

Liliana logró concluir con el proceso de adopción hace tres años, y actualmente tiene un hijo varón. Durante mucho tiempo deseó ser madre, pero las circunstancias de su vida no se lo permitieron. “Quizás no soy la madre biológica de mi hijo, pero sí soy su madre. Soy su madre de corazón”, dijo Liliana.

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La persona gestante de su hijo fue una mujer lesbiana víctima de abuso sexual, que no deseaba maternar a un varón; cuando la mujer gestante se enteró que Liliana deseaba ser madre soltera se convirtió en la candidata perfecta para ser la adoptante voluntaria y desde ese momento todos los gastos médicos corrieron por su cuenta, porque sería la nueva madre de corazón. 

Para adoptar se debe iniciar un proceso administrativo, que consiste en asistir a una entrevista de Trabajo social de los Centros Nacionales Modelo de atención, Investigación y Capacitación; un proceso judicial que se traduce a través de las diligencias de Jurisdicción Voluntario de Adopción; y, un seguimiento post-adoptivo por medio de un informe semestral por un periodo de tres años hasta que el menor cumpla 16 años de edad. 

“Yo trato de ser una buena mujer y trato de criar a mi hijo para que también sea un buen hombre, porque la vida fue tan agradecida conmigo y me dio tantas cosas lindas que intentó enseñarle todo a mi hijo”, expresó Liliana. 

Para ser madre soltera tienes que ser realmente fuerte, afirmó Liliana, “entender que todo depende de tu trabajo y de ti, pero todo vale la pena, cuando sientes un abrazo, cuando escuchas decir a tu hijo ‘mamá’”, compartió. 

Por último, Liliana sostiene que existen muchas mujeres y hombres que desean adoptar, pero el sistema es tan “engorroso” que se vuelve tardado, difícil y cansado. Desea que cada vez exista una mejor regulación para que más parejas y personas puedan acceder a la adopción y más niños tengan un nuevo hogar, porque también hay muchos que lo necesitan y desean.