Andrea tiene 40 semanas de embarazo y sabe que está a días de poder conocer a su hijo; sin embargo, a los nervios habituales que representa parir se suma el contexto actual: la pandemia y pertenecer al grupo de riesgo de covid-19. 

“Cuando me fui de incapacidad por mi trabajo fue justo una semana antes de que iniciara todo (la Fase 2 por covid-19) y no hubo un gran cambio ya que no salía mucho por lo adelantado que estaba mi embarazo, pero después empecé a preocuparme por el riesgo que tenía y mis médicos en la clínica privada y el hospital del IMSS donde me van a atender me dijeron que desconocían qué pasaba en embarazos y bebés pero que debía extremar cuidados”, relata.

A la voz de Andrea se suma la de Paola, una joven con más de 20 semanas de embarazo, quien asegura a La Cadera de Eva que en sus consultas, atendidas por ginecólogos particulares puesto que no está asegurada en ningún sistema público, ha vivido un proceso muy pesado por no poder salir a caminar, permanecer encerrada en medio de todo el cambio hormonal que un embarazo representa, además del miedo de pertenecer doblemente a grupos de riesgo (sobrepeso y estar embarazada) y no saber qué hacer o dónde atenderse en una emergencia, si los hospitales debieran evitarse.

Aunque el tema se ha tratado en las conferencias que da todos los días el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, dando registro de los dos fallecimientos de mujeres embarazadas (actualmente tres) así como de las recomendaciones hospitalarias y la existencia de una línea de atención, no se ha profundizado más sobre los partos seguros a pesar de la pregunta expresa de una reportera del medio Pie de Página. ¿Las mujeres no tienen otras opciones a la hora de parir en medio de la pandemia?

Partos humanizados, necesarios en la pandemia y en la vida diaria

Para Andrea, a quien la pandemia, la emergencia y el encierro la atraparon al final de su tercer trimestre, la incertidumbre es inevitable: 

“Entiendo que es algo muy nuevo (el covid-19) pero me preocupa la desinformación a nivel general que hay, mi familia está alterada por las noticias de las mujeres embarazadas que murieron; y si de por sí la atención es deficiente, con esto creo que empeoró”, relata Andrea pues aunque su parto en la Clínica 4 de la Ciudad de México ya está programado, su consulta es para dos semanas después, “me dijeron que podía esperar a la semana 41 pero yo quiero que me atiendan a tiempo”.

La mala atención, trato y desinformación son muestras de violencia obstétrica, una forma específica de la violencia de género que un gran porcentaje de las mujeres viven en alguna etapa de su embarazo y violan los derechos reproductivos como acceder a un parto humanizado que no ponga en peligro su salud y su vida ni la de su bebé.

De acuerdo con el Gobierno Federal y proyecciones del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, en la fase más alta de la pandemia de covid-19, es decir, de abril a junio de 2020, se esperan alrededor de 260 mil eventos obstétricos los cuales resulten en 235 mil partos, además de un millón 150 mil consultas de control prenatal y 200 mil durante el puerperio –periodo de entre cinco y seis semanas de recuperación tras el parto-.

Asimismo, La Silla Rota reveló recientemente que de 464 embarazadas que se han realizado la prueba de covid-19, 24 de ellas dieron positivo y 100 continúan a la espera de un resultado. Actualmente la cifra subió a 538 casos sospechosos de los cuales 39 dieron positivo (27 ambulatorios y 12 hospitalizadas), así como 3 defunciones.

La diputada federal Martha Tagle comenta con La Cadera de Eva sobre la necesidad de tener partos humanizados y comentó que aunque en este momento son urgentes las medidas, desde antes se necesitaba una visión que mejore la atención prenatal, del parto y puerperio.

Por ello, la legisladora explica que aunque ya fue promovida una reforma en materia de partería que por la contingencia no puede ser votada durante una sesión, esta experiencia establece la necesidad de hacer hincapié en los partos seguros, es decir, que se dé preferencia a los partos naturales en espacios donde no haya personas contagiadas con coronavirus.

Partos en casa, en defensa por ser visibilizados

Una opción vigente en muchos lugares de la República Mexicana son los partos asistidos por parteras y especialistas en ginecología, y pese a que miles de niños mexicanos y de todo el mundo han nacido por esta opción sin complicaciones, es omitida e invisibilizada por muchas autoridades sanitarias.

Martha López Gómez, de la organización de parteras chiapanecas Sakil Nichim Antsetik que busca promover la maternidad segura y la dignificación de los partos de mujeres indígenas, comenta que en medio del covid-19 se ha dejado a un lado a las mujeres embarazadas cuando esta podría ser una oportunidad para reconocer el trabajo de las parteras.

Desde su experiencia, Martha López narra que las parteras son quienes pueden apoyar en las comunidades, en su caso indígenas, pues para ellas es mucho más difícil tener acceso a un hospital o una clínica. Pese a esto, aunque la labor de estas mujeres es sumamente importante para evitar la mortalidad materna, no hay insumos básicos sanitarios suficientes que provean para poder atender a cualquier embarazada de forma segura.

Para Paola pensar en un parto en casa fue su primera opción, incluso desde antes de que la emergencia por el coronavirus llegara a México.

“Yo ya contemplaba un parto natural y en casa de mis papás. No cuento con seguro social y me atiendo en una clínica particular de maternidad y por todas las medidas de seguridad los partos han subido su precio y no tengo la posibilidad de pagarlo, así que esta es la mejor opción”, describe.

"Siempre ha sido un tema político invisibilizar el parto en casa y el trabajo de las parteras, el sistema médico hospitalario se beneficia de que todos los partos sean en hospitales y realizar cesáreas innecesarias, mucho más que las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud", dice Andrea Gómez, feminista y madre a favor del parto en casa.

Recomendaciones para el parto

Aunque las recomendaciones emitidas por el Gobierno mexicano contemplan nacimientos individualizados en función de indicaciones obstétricas y con apego a derechos humanos, perspectiva de género e interculturalidad, en el lineamiento de covid-19 en materia de salud materna y neonatal únicamente se refiere a la atención hospitalaria y en los casos de sospecha por covid-19 dejando de lado cualquier otro tipo de práctica como la de un parto en casa.

Martha López explica que desde la organización en la que participa, la atención adicional a las medidas que tienen las parteras ha sido el uso de guantes y cubrebocas.

“Hemos tratado de instruir a todas las parteras y usamos los manuales en lenguas indígenas y los adaptamos para que transmitan la información a las comunidades pues allá están más tranquilos”, explica.

A su vez, la legisladora Martha Tagle detalla que mientras el parto no sea de alto riesgo, no se necesita de una mayor estructura y tener unidades de emergencia en caso de cualquier complicación.

Por ello, las unidades de parteras podrían atender nacimientos domiciliarios, en Casas Maternas así como en centros de salud donde no haya atención a pacientes de covid.

Andrea Gómez asegura desde su experiencia que la opción que decida cada mujer es la mejor, pero que en los casos de mujeres con embarazos sanos es una opción ideal porque estás tranquila en un lugar que conoces, además de que "en realidad, no se necesita tanto, las mujeres podemos parir con la guía de ellas".

"La empatía que tienen las parteras, el espacio que te dan, que ponen en el centro a la mujer y respetan sus derechos reproductivos, no somos una vía para que llegue un bebé, somos seres humanos, pedir un buen trato es justo y digno, no es un privilegio", finaliza Andrea ante la situación actual y cualquier momento en que asegura, la violencia obstétrica no debería ser una opción.

fmma