A medida que la COVID-19 continúa obligando al cierre de escuelas e interrumpiendo los programas que ayudan a proteger a las niñas de esta práctica nociva.

Existen alrededor de 4,1 millones de niñas que se encuentraban en riesgo de sufrir mutilación genital femenina, de acuerdo con la Fundación Africana para la Medicina y la Investigación (Amref) por sus siglas en inglés. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 propicia que en los siguientes diez años, adicionalmente a la cifras de años anteriores 2 millones de niñas más están en riesgo de sufirr mutilación genital femenina. 

La mutilación femenina es practicada por tradición, como un ritual de paso, en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Son más de 200 millones de mujeres y niñas quienes lo han padecido, podrían ser más.

Para erradicarla, la organización Amref trabaja con los y las líderes ancianos para sensibilizarlos sobre los riesgos para la salud, y éstos apoyen a las jóvenes que no quieran someterse a esta práctica. Amref reconoce que, para erradicarla, además de penarla, hace falta educación y concientización entre las comunidades.

"Ahora, los líderes ancianos conocen los peligros de la circuncisión femenina", expresa la adolescente etíope Kaiseyie Merin, de 13 años, y quien decidió no someterse a la mutilación tras conocer los riesgos para la salud que acarrea, entre ellos, sangrados o infecciones.

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"Estamos perdiendo terreno"

En el Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, y al cumplirse el segundo año de la pandemia, las organizaciones insisten en que se debe renovar el compromiso mediante una acción concertada y adecuadamente financiada para recuperar el terreno perdido y acabar con esta práctica en todos los países. 

 “Las niñas que carecen de acceso a servicios vitales, escuelas y redes comunitarias corren un riesgo considerablemente mayor de ser víctimas de la mutilación genital femenina, lo que pone en peligro su salud, su educación y su futuro", menciona la experta.

“Estamos perdiendo terreno en la lucha para poner fin a la mutilación genital femenina, y este revés tiene consecuencias devastadoras para millones de niñas en aquellas zonas donde la práctica está muy extendida”, dijo Nankali Maksud, asesora superior de UNICEF en materia de prevención de prácticas nocivas

Médicos practican la mutilación

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó este miércoles, señala la agencia Efe, que cada vez es más habitual que la mutilación la realicen profesionales médicos, lo que sucede en uno de cada cuatro casos. Por lo que, algunas de las legislaciones africanas, como la ugandesa, contienen penas agravadas si la ablación la realiza un profesional.

Amref ha evitado la circuncisión de 17.000 niñas, desde que comenzó a trabajar en proyectos de este tipo, gracias al apoyo de líderes locales y la celebración de ritos de paso a la edad adulta alternativos en los que no se produce el corte.

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"Al ser algo cultural y ancestral, para erradicarla es esencial aliarse con las comunidades que la practican", explica esta organización sanitaria de origen y gestión africanos.

La organización conserva la esperanza de erradicar esta práctica, cada vez hay más jóvenes que reniegan de la mutilación, en comparación con las generaciones de sus progenitores, quienes las aceptaban para sentirse parte de la comunidad, como señala en entrevista a Efe, Marta Diomandé, directora de la Asociación Cultural Zassa de África (ACZA), que también trabaja para erradicar la ablación de los órganos femeninos.

"Si los padres aún quieren realizar la mutilación genital a su hija, ésta puede denunciarlo a los ancianos, que hablarán con ellos y les explicarán los problemas que conlleva y que está prohibida por ley", detalla el comunicado de Amref.

Con información de Efe  y Unicef 

(DJ y SC)