La pintora y poetisa Carmen Mondragón, también conocida por su nombre artístico Nahui Olin, expresó sus profundos pensamientos sobre la vida, la libertad, el amor y la pasión en sus obras. Posicionó su condición de mujer como parte importante de su trabajo y de su vida, observó la desigualdad y actuó con valor y rebeldía ante una sociedad de opresión machista. Transgredió las buenas costumbres y se convirtió en un ejemplo de mujer empoderada; así ocupó un lugar particular en la historia de México.

Su biógrafo, Tomás Zurián, dijo sobre ella: “es uno de los personajes más insólitos que podemos encontrar [...] de múltiples facetas, tanto en la vida, en el comportamiento humano, en la erótica, así como en la capacidad creativa. Si quisiéramos encontrar una palabra que designara en profundidad la esencia de Nahui Olin, podríamos decir que toda ella, que toda su actividad, que todo lo que ella abordó está marcado por el signo de la intensidad”.

 

Lee: Poesía femenina, la otra mitad que nos faltó conocer: Sheila Blanco

Los orígenes y educación de Nahui Olin

María del Carmen Mondragón Valseca, también conocida como Nahui Olin, nació el 8 de julio de 1893 en Tacubaya, México. Privilegiada desde la cuna por nacer en una familia porfiriana, su padre fue el reconocido militar Manuel Mondragón, a quien suele reconocerse como parte del golpe a Madero y de la Decena Trágica.

La familia de Carmen se mudó a Francia por el trabajo de su padre. En este país estudió, de los cuatro a los ocho años, danza clásica, pintura, literatura y teatro, como parte de sus actividades escolares. Su educación le dio armas para la apreciación artística y, al mismo tiempo, le ayudó a desarrollar su talento como pintora y poeta. Su madre, Mercedes Valesca, le enseñó a tocar el piano y a escribir desde temprana edad. 

Niña precoz: en lo intelectual y artístico

Sus primeros años de vida y aprendizaje están marcados por una precocidad intelectual y artística sin igual. Elena Poniatowska, en su libro Las siete cabritas, hace un resumen de la niñez de Carmen, retoma un fragmento escrito por Marie Louise Crescence, maestra del Colegio Francés, describe lo brillante y peculiar de la personalidad de Carmen.

“Esta niña es extraordinaria, todo lo comprende, todo lo adivina. Su intuición es pasmosa. A los diez años habló el francés como yo, que soy francesa, y escribía las cosas más extrañas del mundo, algunas completamente fuera de nuestra disciplina religiosa”.

Lee: Kaneko Misuzu un símbolo de la poesía japonesa invisibilizado por el matrimonio

Carmen no sólo fue una niña educada para el arte, también fue formada bajo reglas estrictas de conducta, donde el ámbito religioso formaba una parte importantísima de las concepciones morales, una esfera social a la que más tarde escandalizaría con sus acciones y su arte.

La rebeldía y el pensamiento contracorriente la caracterizaron desde pequeña. A los diez años escribió textos señalando la nula libertad de una mujer tutelada por sus padres hasta el día de su boda:

“No soy feliz porque la vida no ha sido hecha para mí, porque soy una llama devorada por sí misma y que no se puede apagar; porque no he vencido con libertad la vida teniendo el derecho de gustar de los placeres, estando destinada a ser vendida como antiguamente los esclavos a un marido. Protesto a pesar de mi  edad por estar bajo la tutela de mis padres”, escribió Nahui Olin.

Nahui Olin y el romance

Cuando se habla de una mujer como personaje histórico, suele apelarse a la relación que tiene con los hombres que caminaron a su lado o los hombres con quienes compartió espacio: su padre, su esposo, su amante, su hijo, su maestro, etcétera. 

El caso particular de Carmen Mondragón es significativo, pues se ha hablado de ella a través de la relación con su esposo, Manuel Rodríguez Lozano, y su amante, Dr. Atl. Hablar de ella a través de esas historias es minimizar su humanidad y magnífica obra. Si bien, derrochaba pasión y sensibilidad en sus poemas, ello no implicó una relación inmediata con sus romances.

Nahui Olin y el Dr. Atl

Lee: 140 textos escritos por mujeres para leer en esta cuarentena

A pesar de ello, hubo dos eventos significativos en sus historias de amor: el fracaso de su matrimonio seis años después de casarse y la muerte de su hijo, como evento que posiblemente inició la fama de Carmen Mondragón, pues fue señalada por su propio esposo como la posible asesina de su hijo.

  

También, la relación pasional y amorosa que sostuvo con Gerardo Murillo, o Dr. Atl, quien la rebautizó como Nahui Olin, que puede traducirse del Náhuatl como “sol de movimiento”, “movimiento que renueva los ciclos del cosmos” o el eje del cual parten los cuatro rumbos del universo.

Fue una mujer valiente para enfrentarse a los dolores de un matrimonio forzado y su fracaso, a la carga de una maternidad fallida y juzgada por el pópulo, al señalamiento de la sociedad y el qué dirán de aventurarse a nuevas relaciones amorosas, donde pudiera sucumbir ante los placeres eróticos siempre negados a las mujeres de buenas costumbres, abrazar y hacer arte el abrumador sentimiento del amor intenso de una mujer fuerte que ama con el impulso de su conciencia de género, de su intención de romper cadenas.

La obra de Nahui Olin

Lee: Cantantes feministas para esta cuarentena

Fue hasta 1924 cuando se publicó el libro de título, traducido del francés, A los diez años sobre mi pupitre, en que se presentan los pensamientos profundos que escribió a esa edad, cuando era alumna del Colegio Francés. En 1922 se publicó el poemario Óptica cerebral, poemas dinámicos,  en 1923 Câlinement je suis dedans y en 1937 se publicó Energía cósmica. Su poesía está envuelta en la expresión de la pasión a través de las palabras y, con ella, destellos de libertad sexual femenina; fue revolucionario para sus tiempos. 

La pintura de esta artista suele reconocerse con sus autorretratos, identificables por la característica representación de sus ojos verdes. Participó en exposiciones con exponentes como José Clemente Orozco. Fue la musa de pintores como Dr. Atl, Diego Rivera, Roberto Montenegro, Alfredo Ramos Martínez, Rosario Cabrera y Adolfo Quiñonez.

El escándalo provocado por su poesía fue modelo de Antonio Garduño para una colección fotográfica en 1937, donde destacan una serie de desnudos que causaron polémica y críticas tanto al fotógrafo como a la obra. A pesar de las críticas provocadas por la exposición pública de su cuerpo desnudo, entre la esfera artística e intelectual se reconoció como el modelo de una nueva mujer, liberada de prejuicios y pudores, una mujer más libre, más suya.   

Decadencia, soledad y gatos: el último periodo de su vida

El final de sus días puede resumirse en pobreza, soledad y mitos urbanos, que tienen lugar en la alameda central. Murió en su vieja casa de Tacubaya a la edad de 84 años, el 23 de enero de 1978. A una vida como la suya, no se le puede reprochar un final tan trágico. Si bien, Nahui Olin nunca se pronunció como parte del feminismo de su época, su vida y acciones quedan en la memoria histórica como ejemplo de liberación sexual, de empoderamiento femenino, de transgresión de lo establecido, de valentía y revolución.

"Independiente fui, para no permitir pudrirme sin renovarme; hoy, independiente, pudriéndome me renuevo para vivir". Nahui Olin.