Cuando se hizo el anuncio de la prohibición de plásticos de un solo uso en la Ciudad de México, el foco central de la prohibición se centró en los desechables y bolsas de plástico. Se habló del impacto y en el cambio en los hábitos de consumo de los restauranteros y de todos los que usamos el plástico. Sin embargo, en la lista de productos por prohibir el 1 de enero de 2021 también estaba el aplicador de plástico de los tampones y a poco menos de una semana de que termine febrero, la discusión sobre un desabasto de tampones en la capital toma color.

“Estoy harta que me digan qué producto debo usar si mi cuerpo se acomoda a alguno”, “por qué no nos contemplaron”,  “no todas podemos comprar una copa menstrual”, fueron algunos de los señalamientos de mujeres en redes sociales.

Pero no todo -ni todas- están en las redes. De acuerdo con datos de Coneval de 2018, en la Ciudad de México el 30.6 por ciento de la población estaba en alguna situación de pobreza.

Asimismo, según el último censo de población y vivienda realizado por el Inegi, el 9.4 por ciento de las viviendas en la Ciudad de México no disponen de agua entubada o disponen de ella en patios o terrenos; el 7.9 de la población no dispone de equipamiento para almacenar agua y el 0.2% no tiene drenaje.

Estos datos de pobreza y desigualdad, casi no son contemplados a la hora de hablar de menstruación, un tema tabú e invisible para la sociedad y en el que las mujeres deben arreglárselas solas.

En entrevista con La Cadera de Eva, Anahí Rodríguez de Menstruación Digna México explicó que en la aplicación de la ley no se contemplaron opciones asequibles económicamente para que las mujeres puedan sustituir este producto, y que de igual forma cuenten con las condiciones estructurales para poder elegir con qué productos gestionar su menstruación.

"Es pertinente señalar que entre las situaciones culturales y sociales que nos aquejan desde que empezamos a menstruar, no hablamos de eso porque se nos enseñó que es algo privado, algo íntimo", señala.

Anahí puso como ejemplo, la copa menstrual, la cual incluso ha sido promovida por la diputada capitalina Alessandra Rojo de la Vega del Partido Verde como una alternativa al tampón.

 

“Es muy buena opción (la copa), pero hay personas que no cuentan con los servicios (agua, luz para poder hervirla y asearla todos los días) y las condiciones (un baño propio, lugares donde poder cambiarse en el día).  Hay personas que no pueden permanecer en casa y en su trabajo no pueden cambiarla y asearla. Todas esas situaciones quedaron fuera de la discusión legal. De pronto ya no encuentras el producto que tú elegías. Se coarta tu derecho a elegir, las que se sentían cómodas usando tampones ya no pueden elegir. Puede parecer irreal que haya pobreza en la Ciudad de México pero la hay y aquí no la tomaron en cuenta, todas merecemos piso parejo”, explica.

Por su parte, Andrée Lilian Guigue, directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, comentó que la producción debe avanzar de manera sustentable y responsable con el medio ambiente.

“Va a haber muchas cosas que nos acostumbramos a usar, fue como los celulares o las computadoras, antes era imposible tener una y ahora es imposible no tener una. En medida que aumente la producción, evidentemente los precios empiezan a bajar, sobre todo en una ciudad como esta, siempre va a haber personas que estén con condiciones más marginales que otras, pero de esto se trata de cómo entre todos que la producción que se hace en nuestro territorio también sea una producción comprometida”, dijo la funcionaria capitalina.

¿ES CIERTO EL DESABASTO?

La directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema negó que exista un desabasto.

“A partir de estas notas y la información, nosotros nos dimos a la tarea de revisar tienda por tienda los anaqueles, en donde pudimos verificar que no tienen, son Soriana y Farmacia Guadalajara. Pero ya hablamos con ellos. No hay desabasto, que algunas tiendas los hayan retirado por esta medida no. Nosotros como Gobierno negamos que haya un desabasto de tampones”, afirmó Guigue.

Sin embargo, durante un recorrido que La Cadera de Eva realizó en un bloque de cuadras de la alcaldía Cuauhtémoc, en 3 tiendas de conveniencia (Oxxo y Seven Eleven), 2 farmacias particulares y una farmacia de cadena (Farmacia Guadalajara) los cajeros y vendedores explicaron que no había tampones a la venta.

De igual forma, en una revisión por internet, en los sitios de Farmacias del Ahorro, Farmacia San Pablo y Soriana el producto aparecía agotado, en Amazon el producto no aparecía en catálogo; y Walmart y Chedraui muestran a la venta únicamente los que tienen aplicador de papel con la leyenda de pocas piezas.

Al notificarle a Andrée Lilian Guigue sobre la falta de tampones en tres de los establecimientos anteriormente mencionados y que incluso, en sitios como Mercado Libre, los tampones son vendidos 5 veces su precio, la funcionaria negó lo señalado.

“Personalmente revisé todos los portales de farmacias y tiendas y en todas están vendiendo. En este momento estoy viendo los sitios y puedo decirte que me aparecen todas las marcas, sí los puedes comprar”, respondió la funcionaria.

Sin embargo, la directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema comentó a La Cadera de Eva que tras el diálogo con las cadenas de tiendas de autoservicio y farmacias, se constató que como algunas tienen contratos con ciertas marcas, si esa marca tenía solo aplicadores de plástico, tal vez lo retiraron y pudo verse reducido el abasto.

Por ello, informó que además de esto se dialogó con las marcas involucradas en la venta de tampones como Saba y dijo que tras confirmar que “hay un compromiso con el medio ambiente”, se les permitirá, pese a la Ley, resurtir tampones e incluso los que cuentan con aplicador de plástico.

“Por ser un producto de higiene íntima femenina Saba tendrá el permiso de resurtir hasta los que cuenten con aplicador de plástico porque sabemos que ya está trabajando en distintos aplicadores. Están cambiando su aplicador a un plástico menos contaminante y esperan a que salgan las pruebas de laboratorio para corroborar cuánto tiempo durarán en el ambiente. No solamente lo hacen por la ley sino por un programa de sustentabilidad de la empresa y el aplicador que usen en la Ciudad de México podría ser el que ahora usen en todo el país”, y añadió que cuenta con “el acuse de recibo que Saba solicitó a Cofepris la autorización sanitaria para tener un aplicador de papel pero que por el tema de la pandemia se ha retrasado”.

“ES DISCRIMINACIÓN” 

Por ello, la activista comenta que el colectivo metió una queja ante el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) en la mañana, hablando sobre la discriminación que ocurre con esta prohibición.

En la queja presentada por Menstruación Digna México ante la Copred subrayan que aunque es responsabilidad del gobierno en sus diferentes ramas (legislativo, ejecutivo, judicial) tomar acciones en favor del medio ambiente y la ecología, esto debe ser compatible con las necesidades y posibilidades de las mujeres y personas menstruantes, asegurando la disponibilidad de opciones de tampones antes de retirar los productos disponibles del mercado.

Además, señala que aumentar la dificultad para acceder a los productos de gestión menstrual es preocupante porque podría implicar con ello un aumento en el ausentismo escolar y laboral, lo cual ensanchará aún más las brechas de género. En la encuesta mencionada en párrafos anteriores también se resaltó que el 42% de las encuestadas han faltado alguna vez a la escuela durante su menstruación.

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¿DE QUIÉN ES LA RESPONSABILIDAD ENTONCES?

Para la funcionaria de la Sedema, cada vez están ampliándose las opciones de higiene menstrual por lo que todo depende de las usuarias.

“La elección depende de las usuarias, así como está el de plástico (tampón), está el de papel. La usuaria es la que tendrá la decisión de qué tipo de producto. A sabiendas de que tardan 150 y 300 años en el ambiente hasta que se degradan, hay que hacernos responsables de estas decisiones. Es muy importante terminar con los plásticos de un solo uso”, sentencia.

Mientras que para Anahí, asegura que como parte de la colectiva de Menstruación Digna México, dejar toda la responsabilidad a quienes compran productos de higiene menstrual es dañino.

“Ahorita todo se va como la culpa y daño ambiental que hacemos nosotras. Esta sí es una ventana de oportunidad muy grande para dialogar con la industria para que ponga a la venta productos de gestión menstrual de manera asequible y también saber si hay algún daño en nuestra salud o si tienen alguna consecuencia y visibilizar los datos de qué producto más utilizamos las mujeres en México”, dijo Anahí.

Por su parte, Menstruación Digna afirmó en su queja ante Copred que “si continuamos poniendo el foco en la menstruación como daño ambiental perpetrado por las mujeres y los productos que “eligen”, perdemos la oportunidad de reconocer que la producción y venta de productos que contienen materiales dañinos y contaminantes son impulsadas por la industria y la laxa supervisión del gobierno, y esto, en gran parte, está fuera del alcance de las mujeres”.

fmma