La virginidad femenina es un tema que en todas las culturas y sociedades ha generado cientos de ideas falsas alimentadas principalmente por el machismo, pues generalmente, se considera a una mujer que ya no es virgen como impura o sucia. Estas concepciones erróneas tienen consecuencias físicas y emocionales en las mujeres, quienes muchas veces deben ser sometidas a diversas pruebas que demuestren su “honra” a través de un cuerpo virgen.

Para derribar esas preconcepciones equivocadas, te decimos la verdad de los mitos más comunes sobre la virginidad en la mujer y la falsa importancia que se le ha dado al himen.

La verdad de los mitos de la virginidad femenina

Desde hace tiempo, se la ha concedido a la virginidad femenina una importancia extrema, en la que incluso, una mujer no virgen se considera no apta por el matrimonio, algo que por supuesto es una forma de discriminación de género.

De hecho, “virginidad” no es un término médico ni científico, es un concepto social, cultural y religioso que refleja discriminación de género contra las mujeres y las niñas.

La importancia que se le ha dado a la virginidad femenina es tal que incluso hay lugares donde realizan pruebas de virginidad a las mujeres para comprobar que no hayan mantenido relaciones sexuales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que estas pruebas consisten en la inspección del himen para detectar rasgaduras o el tamaño de la abertura y/o en la inserción de dedos en la vagina.

Estas técnicas se practican bajo la creencia de que el aspecto de los genitales femeninos puede revelar los antecedentes de actividad sexual de la mujer, sin embargo, la OMS afirma que no hay pruebas de que alguno de esos métodos pueda comprobar si se practicaron relaciones sexuales o no.

La doctora en Filosofía y experta en Estudios de las Mujeres de la Universidad de Burgos, María Isabel Menéndez, denuncia que la honra femenina sigue ligada a la sexualidad y que incluso el lenguaje lo evidencia con frases como “perder la virginidad”, que se usan para describir cómo la primera relación sexual incide en un rol pasivo de las mujeres en el sexo y la reconstrucción del himen se considera una forma de “recuperar la dignidad perdida”.

Pero la virginidad es más un mandato general masculino que se aplica en todo el mundo y que daña los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, así como su integridad como personas, pues ellas son las únicas cuestionadas por su actividad sexual.

Informarse y evitar creer en los mitos sobre la virginidad femenina es la clave para romper con el maltrato que tienen que sufrir algunas mujeres por su vida sexual. A continuación, te decimos la verdad de algunos de los mitos más comunes:

1. El himen es la prueba de virginidad

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU., el himen es una membrana delgada que con frecuencia, cubre parte de la abertura de la vagina. Se cree que al tener la primera relación sexual el himen se rompe y entonces, se ha perdido la virginidad. Pero eso es totalmente falso.

La realidad es que el himen es muy elástico, tiene forma de media luna o aro y puede expandirse hasta dejar entrar al pene o un tampón sin que sufra daño alguno. Incluso hay niñas que nacen sin himen, así que esta parte del cuerpo no tiene nada que ver con la virginidad.

2. Debes sangrar en tu primera vez

Hay países en los que en la noche de bodas, la familia espera en la puerta de la habitación de los recién casados para que el hombre salga y dé muestras de que la mujer sangró durante las relaciones sexuales, demostrando que realmente se casó virgen.

Esto ocurre porque se cree que cuando el himen se rompe, causa sangrado vaginal y esa es la principal prueba de que la mujer no ha tenido relaciones sexuales. Falso.

Como mencionamos anteriormente, el himen es capaz de estirarse tanto, que muchas mujeres lo mantienen intacto después de la primera relación sexual y de hecho, pocas mujeres experimentan ese famoso sangrado.

3. Puedes volver a “ser virgen”

Existe un procedimiento quirúrgico llamado himenoplastía que promete reconstruir el himen para que una mujer pueda volver a ser virgen, incluso hay opciones de himen artificial.

Pero aunque lo reconstruyan o uses uno artificial, nada de eso te devolverá la “virginidad”, pues se trata de un momento en la vida de la mujer que debe practicarse con mucha responsabilidad y que no tiene nada de bueno o malo, simplemente es parte del inicio de la sexualidad.

4. El cuerpo cambia

Este es uno de los mitos de la virginidad femenina más comunes, pues se cree que después de la primera vez, el cuerpo sufre cambios, principalmente en la cadera. Pero nada de eso es verdad, generalmente los cambios que ocurren son consecuencia de otros factores como los niveles hormonales de la adolescencia o el inicio de la menstruación, que muchas veces coinciden con la primera experiencia sexual.

5. La primera vez duele

Esto depende de cada mujer, pero no se trata de una regla general. Todo depende de que tengas una correcta lubricación, una postura cómoda y que los movimientos no sean tan bruscos durante el acto.

Muchas mujeres sienten dolor porque no saben que deben preparar a su cuerpo antes de la penetración, van directo a la actividad sexual sin esperar a estar bien lubricadas, lo que causa irritación y dolor.

En tu primera vez lo mejor es usar lubricantes y hacerlo en posiciones sexuales como el misionero o la cuchara que son más sencillas para experimentar en las primeras experiencias.

La virginidad femenina no tiene ningún valor social como nos lo han hecho creer, es algo muy personal que debes hacer cuando te sientas preparada tanto física como mentalmente y que para nada define tu valor como persona.