Es común escuchar que la lactancia materna es fundamental para los recién nacidos. Existen muchos mitos y opiniones alrededor de ella.  “Si no amamantas a tu bebé va a ser muy enfermizo” dicen las abuelas. “Debes dar leche materna desde el primer día de nacido y hasta los tres años” dicen los médicos. “Te va a doler muchísimo, y se te van a caer las bubis” dicen las amigas, pero ¿qué pasa con las mujeres que por alguna u otra razón no pueden dar leche materna a sus hijos? 

Gabriela , contadora y madre primeriza, esperaba con mucha ilusión el momento de tener a su hijo con ella y llevar a cabo las actividades que conlleva la maternidad, entre ellas, la lactancia. A pesar de la información que había adquirido, no pudo dar leche materna a su bebé por el tiempo recomendado, puesto que en el camino se encontró varios obstáculos. 

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Gaby se informó previamente al nacimiento de su hijo. “Lo que leí es que es un tema natural, que el cuerpo es tan maravilloso que puede lograrlo, pero se complica un poco cuando son cesáreas, porque el cuerpo no reacciona todavía al hecho de que pariste. El nacimiento de su bebé fue por cesárea, y cuenta que, al nacer su hijo, intentó amamantarlo, pero su cuerpo no estaba produciendo leche. “Tardé como dos o tres días. Empecé a tomar tés que me recomendaban”. Incluso tomó pastillas de cebada para incentivar la producción de leche en su cuerpo. 

“El problema también creo que fue que, en cuanto nació, le empezaron a dar fórmula, porque yo no estaba generando lo suficiente para alimentarlo [...] A mi hijo le costó un poco de trabajo pegarse al pecho, hasta que por fin lo logré y empecé a producir más leche”.

Al respecto, Erika Tamayo, asesora de lactancia, en entrevista para La Cadera de Eva dijo que es inaceptable que otras mujeres juzguen a las madres por no dar leche y que es necesario apelar a la sororidad y a la empatía. Sin embargo, apunta que el problema de fondo no es de las mujeres sino de un sistema de salud que no apoya la lactancia materna. "Es normal que las madres tarden tres días en producir leche, lo primero que se produce es calostro, que es el alimento ideal para el recién nacido, porque está lleno de inmunoglobulinas, que son defensas para al bebé. Incluso al calostro se le llama la primera vacuna, dijo Tamayo.

A pesar de todo lo que Gaby había trabajado para que su cuerpo produjera leche materna, un problema de salud impidió que pudiera seguir alimentando a su hijo con su leche. “Un mes después de que nació mi hijo tuve una cirugía bastante fuerte porque se me perforó un intestino, y estuve internada quince días”. Ese suceso provocó que tuviera que alejarse de su hijo mientras estaba en el hospital. 

Aunado a eso, los medicamentos que le suministraron eran bastante fuertes, y le recomendaron que no continuara dándole leche a su bebé. “Cuando estuve internada empecé a producir mucha leche, ya me dolían mucho los pechos pero no me dejaban extraerla; lo que hacían era vendarme para que yo ya no siguiera produciendo leche”.

El no poder dar pecho a su hijo, por el distanciamiento forzado que la cirugía provocó, hizo que Gaby tuviera un sentimiento de tristeza, preocupación y hasta culpa. 

“Fue muy doloroso pasar por eso, porque dije: ‘ahora que ya lo logré, que sí sale suficiente leche para alimentar a mi hijo, ya no puedo hacerlo’”

“Vivimos en un entorno que no favorece la lactancia materna"

Al salir del hospital, los médicos le recomendaron que ya no le diera leche materna a su hijo, bajo el argumento de que el medicamento que circulaba en su cuerpo podía llegar a afectar a su bebé. A pesar de que Gaby aún tenía el deseo de amamantar a su hijo, recaía en ella la preocupación de que su leche fuera a causarle problemas a su hijo. “De repente se me pegaba buscando leche, y yo sentía muy feo al rechazarlo [...] Emocionalmente sí te pega”, cuenta Gabriela. 

Al respecto, datos de la organización e-lactancia indican que existen muy pocas situaciones que justifiquen contraindicar la lactancia., incluso, la mayor parte de los medicamentos son compatibles con la lactancia, pero la mayoría de los médicos no lo saben. Algunas mujeres han denunciado que  vivimos en un entorno que no favorece la lactancia materna; al contrario, es un sistema de salud que no tiene tiene personal que sepa de lactancia y que no brinda apoyo a las mujeres. Es toda una cultura y un sistema, y las mujeres son víctimas de eso.

Los pediatras sólo toman tres horas sobre lactancia materna, "saben muy poco sobre el tema, sí existen algunas enfermeras que tienen el conocimiento, pero son muy pocas lamentablemente", comentó Tamayo. 

El problema sobre amamantar o no al bebé no es de las mujeres ni de las que juzgan sino que es estructural, la responsabilidad es de todo un sistema que no favorece la lactancia materna, acusó la asesora de lactancia.

"A más de la mitad de las mujeres se les hace cesárea y pocas son humanizadas. Las primeras tres horas son el tiempo dorado entre la madre y el hijo, aunque el parto haya sido intervenido es de gran importancia que estén juntos, porque ese primer momento es como una bomba de oxitocina, cuando se empieza a crear el vínculo entre la mamá y el bebé", señaló la Erika.

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La lactancia no es la única forma de hacer el vínculo entre madre e hijo

Se dice que la lactancia materna fortalece el vínculo entre madre e hijo. “Al amamantar a tu bebé se estrechan lazos con él o ella; por ello, trata de que sea una experiencia agradable y tranquila para ambos” recomienda el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Existe poca difusión de qué pasa con estos lazos entre madre e hijo cuando la lactancia materna no se lleva a cabo. Las expertas afirman que la lactancia es una maravillosa opción para estrechar el vínculo, pero hay muchas otras formas de hacerlo. 

Este lazo afectivo también le preocupaba a Gabriela durante su paso en el hospital. “Sentía horrible cada día que pasaba”, dice la madre al recordar el tiempo que estuvo lejos de su bebé. A pesar de eso, ella comprendió que el lazo entre madre e hijo no se trata solamente de la lactancia materna. “Ese lazo lo creas desde que está en tu vientre”. 

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A Gabriela le preocupaba no estarle dando a su hijo los beneficios de la leche materna, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna protege a los niños contra las enfermedades, puesto que les aporta nutrientes y anticuerpos. 

Asesorada por su pediatra, encontraron la forma de que el hijo de Gaby creciera de manera óptima. Asegura que al año y medio de edad su hijo se mantiene sano y con buenas defensas. Sin embargo, el costo de las fórmulas que pueden sustituir a la leche materna es elevado.  “Yo creo que la lactancia materna sí tiene muchos beneficios económicamente” afirmó Gaby, al contarnos que para alimentar lo mejor posible a su hijo invierte alrededor de 350 pesos por bote de fórmula. 

Tamayo asegura que la falta de información parte de los médicos sobre la lactancia materna hace que el no amamantar se normalice y son pocos los círculos donde se juzgan a las mujeres que no lo hacen. "Esto muestra una falta de sororidad y empatía hacia las madres".

Mitos y culpas en la lactancia materna

Existen muchas creencias arraigadas en la cultura mexicana sobre la lactancia materna que obstaculizan el acceso a información real, y responsabilizan a las madres por el estado de salud de los niños, por ejemplo, comentarios como “tú tienes ese color de piel porque no tomaste leche materna”, que le decían sus tías a Gabriela porque su madre también tuvo problemas para producir leche, y solo la amamantó durante dos meses.

También existen otros mitos relacionados con el estado emocional de los bebés y hasta su estado psicológico, que continúan la línea de señalamiento a las madres. Gabriela cuenta que sus amigas le decían que todo se transmite por la leche materna. Incluso llegaron a comentarle: “Si hiciste algun coraje, no le des leche ese día, mejor tirala”.

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El señalamiento social hacia las mujeres que no pueden, o no quieren, amamantar es frecuente. Los estereotipos femeninos que hacen obligatoria la maternidad y el cuidado de otros una responsabilidad exclusiva de las mujeres crean culpa en las que no pueden amamantar.

Socialmente se crea una responsabilidad sobre las madres respecto a la salud de los infantes

Gabriela fue señalada por no poder amamantar a su bebé. “Me tocó ser muy juzgada por ese tema, por no darle leche materna”, comentó Gaby, además de que esos comentarios que le hacían aunque no se conocieran las razones por las que no pudo hacerlo. Socialmente se crea una responsabilidad sobre las madres respecto a la salud de los infantes. 

El responsabilizarnos de que ‘si no le diste leche materna tu hijo, no va a crecer sano’ está mal, porque te crea mucho estrés. A veces es tu cuerpo el que no da, y eso no te hace mala madre”.

Por otra parte, la invisibilización de las mujeres que deciden no amamantar, o el juzgarlas, impide que aquellas que no logran hacerlo sepan que no está mal, que no están siendo malas madres.  “Siempre hablan de la lactancia, de los beneficios de la leche materna, pero nunca hablan de las mamás que no pudieron hacerlo. No hay mucha información para aquellas madres que no pueden hacerlo”. Además, Gaby hace énfasis en la culpa y tristeza  que se genera en mujeres que no pueden amamantar.  “Te culpas mucho por no hacerlo, pero ya en el camino te das cuenta que no está mal, que tu hijo va a crecer bien con o sin leche materna”

“Estoy segura de que como yo hay muchas mujeres que sufrieron por no poderle dar leche materna a sus hijos. La sociedad a veces presiona demasiado a las mamás, como si toda la responsabilidad fuera de las madres”.

Por otra parte, Gaby señala que la información proveniente del sector médico muchas veces sólo da dos alternativas: amamantar, y que tu hijo sea sano, o no amamantar, y que tu hijo no sea sano. 

“Están mal estos estereotipos que ponen y que te orillan a sentirte mal si no haces lo que, según ellos, es correcto. Deberían crear más conciencia en estos grupos de médicos y personal de salud que los tienen muy arraigados, y con toda esa información que te meten te llenan de culpa”.

Gabriela recomendó a las madres primerizas no dejarse llevar por las ideas que a veces nos cuentan las mamás, tías, amigas e incluso los médicos, sino buscar información más completa sobre los procesos de la maternidad y la lactancia, así como no dejarse llevar por los comentarios negativos hacia las mujeres que no amamantan. 

??La #LactanciaMaterna es una elección, NADIE?? puede presionarte para que la ejerzas La alimentación y cuidado de bebés...

Publicado por Red Nacional de Refugios A.C. en Martes, 4 de agosto de 2020

Tamayo hace hincapié que cuando las madres no pueden amamantar es un problema estructural, donde las mujeres no tienen apoyo, no tienen información, sobre el tema. Incluso existe la creencia que se debe amamantar por 10 minutos en un pecho y luego con el otro, pero no es así, no importa que sólo vacíe uno, porque tarda en salir la grasa necesaria para el bebé, recomendó la asesora.

“La culpa no sirve de nada, deben de ver que se enfrentaron a un sistema que no las apoyó. El sistema es el que debe cambiar”, expresó Erika.