María tenía apenas 13 años cuando su maestro le regaló un teléfono celular. La menor vive en una recóndita comunidad indígena de Chiapas, donde a su edad difícilmente puede darse el lujo de tener un aparato como tal, por eso lo aceptó.

El profesor, que en primera instancia parecía un hombre bondadoso, le enseñó cómo utilizar el aparato.

Sin embargo, todo cambio cuando el maestro comenzó a pedirle a María fotografías de ella totalmente desnuda. Ante la presión de haber aceptado el “regalo”, la menor lo hizo.

El docente comenzó a recibir pornografía infantil de manos de su propia alumna de 13 años de edad.

Luego, cuando María incursionó en redes sócales, una mujer de otro estado del país la contactó sólo para extorsionarla, amenazando con dar a conocer las imágenes que le mandó a su maestro si no le enviaba más “contenido”.

Ahora, bajo amenazas la menor comenzó a enviarle no solo fotos, sino también videos a la mujer desconocida, cada vez en situaciones más comprometedoras, por ejemplo masturbándose.

El siguiente paso de estos explotadores era que María invitara a más niñas a hacer lo mismo, la nueva víctima sería una menor de 10 años.

Fue entonces, cuando María se asustó tanto que le confesó todo a su madre.

Cuando en la comunidad se enteraron de lo que el profesor había hecho, algunos pobladores intentaron lincharlo, pero el padre de la menor prefirió tomar la ruta legal.

Así se dieron cuenta que María estaba siendo víctima de una relativamente nueva forma de explotación sexual.

Se trata del "etnoporno", un tipo de pornografía que usa como fetiche a mujeres y niñas indígenas, y que son por ello víctimas de abusos.

Entrevistada por la BBC, Martha Figueroa, la abogada feminista que está llevando el caso de María de manera voluntaria asegura que éste puede estar relacionado con redes de trata de personas.

La defensora detalló que en este caso había gente que argumentaba que fue un acto voluntario, ya que era la adolescente misma la que hacía llegar las fotos.

Sin embargo, explica Figueroa, “esto es un crimen del maestro. Y es agravado porque está corrompiendo a menores y abusó de su poder como maestro".

El profesor fue arrestado tras darse a conocer el caso de María, aunque hay todavía incertidumbre sobre la sentencia que cumplirá.

Según el Código Penal de México "al que fije, grabe, imprima actos de exhibicionismo corporal, lascivos o sexuales en que participen uno o más menores de dieciocho años, se le impondrá la pena 10 a 14 años de prisión y de 500 a 3 mil días multa".

El miso castigo es para quien reproduzca, venda, arriende, exponga, publicite o transmita este material.

"El etnoporno es muy lamentable. Las mujeres indígenas son las más afectadas por estos delitos y es una cuestión de desigualdad en lo económico, en la cultura, en el acceso a la tecnología", dice a la BBC la activista Olimpia Coral Melo, quien promueve la llamada “Ley Olimpia”.

Muchas indígenas, refiere Coral Melo, no saben que tienen derecho al placer, a la intimidad, al sexo, por ello, cuando les sucede algo parecido a lo que sufrió María, ni siquiera denuncian.

Además, como muchas de las víctimas indígenas no tienen acceso a internet no saben que circulan videos pornográficos de ellas.

"Incluso aunque fuera una trabajadora sexual que aceptó ser grabada por uno de sus clientes, eso no quiere decir que haya dado su permiso para que se comercie con su cuerpo infinitamente", señala Olimpia.

Tan solo en Chiapas, hay unos 30 registros y carpetas de investigación de delitos contra la intimidad sexual, según Valeria Sastré, abogada especializada en derechos de la mujer, pero ninguno se ha judicializado.

"Es necesario hacer campañas multidisciplinarias para concienciar, porque también nos topamos con una visión patriarcal en las zonas indígenas, donde las mujeres no conocen sus derechos", dice Sastré a la BBC.

Se espera que con la aprobación de la “Ley Olimpia” los casos con sentencias a favor de las víctimas aumenten.

En tanto, desde el Frente Nacional para la Sororidad, una asociación de activistas que lucha contra la violencia sexual en la red, reportan los contenidos y hacen llamados para que se quiten de internet.

 

Con información de la BBC

(Rodrigo Gutiérrez)