La masturbación es uno de esos placeres que descubrimos, algunas veces desde edades muy tempranas para algunas, y otras más bien algo atrasadas. En cualquier caso, cuando conocemos las sensaciones que ese pequeño acto nos da, no tarda en aparecer la vergüenza y la culpa, la idea de que está mal que lo hagamos y de que es una acción que amerita castigo o burla. 

Si eres de las pocas mujeres que no siente culpa, ni pena para masturbarse o después de hacerlo: ¡felicidades! Si por el contrario, te sucede que sientes que sólo lo debe hacer tu pareja, que hacerlo sola es para mujeres insatisfechas, que no sientes tan rico cuando lo haces tú, que te recuerda a los regaños de las tías, mamás o papás que decían que era algo sucio, no te preocupes, ni te avergüences de ello: es algo normal en muchas de nosotras. Aquí te damos algunas razones para hacerte amiga de la masturbación sin culpas.

1. Autoconocimiento a solas: además de darnos mucho placer, la masturbación es un proceso paulatino de autoconocimiento: puedes descubrir tus puntos más sensibles y conocer qué otras sensaciones aumentan tu excitación: tocarte otras partes del cuerpo, la intensidad y/o rapidez con la que haces maniobras en tu clítoris, qué otras zonas cercanas a estas te dan placer y qué movimientos pueden llegar a lastimarte o hacerte sentir incómoda. Esto no sólo te ayuda a ti, sino que, si tienes buena comunicación con tu pareja, puedes guiarlo para darte más placer o simplemente conocer tú misma tu punto G.

2. Reducción de estrés: cuando nos masturbamos liberamos endorfinas, esas hormonas coquetas que promueven el bienestar. Si te masturbas antes de dormir, por ejemplo, dormirás más relajada, mientras que masturbarte al inicio del día puede hacer que comiences el día feliz. En algún otro momento del día, simplemente te ayudará a desestresarte. Todo esto gracias a la relajación que se puede experimentar después de uno o varios orgasmos, cuestión que, de hecho, puede ayudarnos para los cólicos menstruales o premenstruales.

3. La culpa ya pasó de moda: cada vez somos menos las mujeres que sentimos culpa al masturbarnos, o quienes dejan de sentirla son cada vez más jóvenes. Ahora es totalmente fuera de lugar que alguien nos diga que masturbarnos es pecado, que es algo sucio, que es infidelidad o que pone en riesgo tu salud sexual. Esos tabúes están cada vez menos presentes, pero si por alguna razón aún cargas con alguno, es hora de que te liberes y pienses que tu placer sexual y lo que haces con tu cuerpo, sólo te concierne a ti, que no hay nada de malo en darnos placer a nosotras mismas, ya que no sólo no afectamos a nadie, sino que nos beneficiamos nosotras, nuestro autoconocimiento y nuestra salud sexual.

4. Existen muchas opciones: además de nuestras manos, la masturbación se puede realizar con otras ayudaditas que nos pueden hacer experimentar otras sensaciones: lubricantes, juguetes sexuales, objetos o sustancias con las que puedas sentir rico, que puedan darte placer sin problemas de higiene o algún daño (es muy importante informarte y hacer pruebas antes de aventurarte a utilizar algo poco usual). Probar cosas distintas y cambiar de vez en cuando posturas y formas, hará que tu masturbación no se vuelva aburrida y monótona.

5. Es para disfrutarte: la masturbación es finalmente un encuentro contigo misma, con tu placer, así que no está de más tomarte el tiempo, relajarte, buscar el momento oportuno en el que nadie te moleste, tenerte paciencia para llegar al orgasmo, hacerlo sin prisa y disfrutando cada sensación. Si te gusta la idea, puedes utilizar algún tipo de porno, poner música, verte al espejo, hacerlo durante o después un rico baño… en fin. Las opciones son infinitas: realiza o tus fantasías o recréalas en el momento.

Por último, recuerda que la masturbación es totalmente natural, que muchas lo hacemos, que hacerlo no quiere decir que ames menos a tu pareja y que mientras lo hagas con amor y autocuidado, no traerá mas que beneficios. Amigas del mundo ¡masturbaos!