El próximo domingo 8 de marzo, grupos sociales saldrán a las calles para demandar el libre goce de derechos económicos, políticos, sociales y reproductivos de las mujeres en México. Diversos grupos civiles, colectivos, plantillas laborales, así como familiares de víctimas, apuestan por su derecho humano a expresarse, en actos totalmente legítimos y, hay que remarcarlo, en su inmensa mayoría, pacíficos. Las demandas son diversas: procuración pronta de justicia para mujeres desaparecidas, fiscalías y procesos eficaces o especializados en el feminicidio (como autoridades competentes y sensibles, que no revictimicen a las mujeres), asistencia para interrumpir embarazos de forma segura, matrimonios igualitarios, mejora en las prestaciones para las trabajadoras (p.ej. estancias infantiles), erradicación del acoso en centros de trabajos y escuelas, entre muchas otras peticiones. Todas estas exigencias, tienen en común que colocan en el escenario público propuestas para mejorar las condiciones de vida de las mujeres y erradicar la violencia hacia ellas, lo cual no es algo de importancia menor. 

Por su parte, el lunes 9, redes sociales y medios de comunicación difunden también la invitación a un día de paro de actividades entre mujeres trabajadoras. Y aunque aquí no queda muy claro quiénes comprenden la totalidad de los grupos convocantes, ambas expresiones colectivas, podrían verse como dos rostros de una misma respuesta de enojo compartido -por no decir hartazgo- con una deuda histórica de políticas efectivas, en México, para alcanzar la igualdad de oportunidades sociales y económicas en las mujeres. 

A nivel individual, estas dos invitaciones pueden tener el mismo sentido para muchas mujeres, pueden ser percibidas como actividades indistintas, sin embargo, vistas como actividades colectivas, pueden tener alcances y repercusiones diferentes. Una marcha puede ser mucho más visible socialmente, por ejemplo, pero un paro, tiene mayores repercusiones económicas. Por otro lado, vistas como actividades que puedan ponernos en riesgo, fuera del precio económico que tengamos qué pagar por el descuento del día laboral (si es que la empresa decide no cubrirlo), el paro laboral no implica ningún riesgo físico, pues se trata prácticamente de un resguardo en nuestros hogares, solo que sin consumo relevante. En cambio las marchas, suponen un riesgo ligeramente mayor al salir a la calle, en momentos en donde desafortunadamente, estamos viviendo picos de intolerancia y violencia hacia todo lo que no se exprese en la forma en lo que, cada quien, considera correcto.  

(Foto: Cuartoscuro)

Si tú eres alguna de los cientos de jóvenes que este año saldrá a la calle por primera vez, te notifico que es probable que en algún momento sufras alguna agresión, por lo menos verbal, ya sea presencialmente o a través de las redes sociales, no porque lo merezcas, sino porque, expresarte públicamente, supone exponerte a la crítica por parte de grupos represores, de grupos contrarios a las demandas que realices, o simplemente, por otros civiles que transiten temporalmente por el lugar. No te asustes, no ocurre siempre, la mayoría de las marchas, ocurren de forma pacífica y segura. 

Con todo, puedes aumentar tu seguridad personal tomando algunas medidas precautorias.

A continuación, te comparto algunas recomendaciones que Artículo 19-México nos hace cuando salimos a marchar: 

1. Antes de planear tu salida, revisa la convocatoria. Habrá actividades que sean convocadas por grupos de mujeres que conozcas, pero otras seguramente están asociadas a grupos de confrontación, ¿conoces cuáles pertenecen a cada uno? De elegir documentar o quedarte en lugares donde hay conflicto entre las autoridades, ¿tienes algún plan para estar a salvo o huir en caso de enfrentamientos? Recuerda que solo conociendo bien la ruta podrías armar un plan alterno en caso de que quieras retirarte, acudir rápidamente a un hospital o reencontrarte con alguien.

2. Antes de tu salida, avisa dónde estarás. Si tu familia no aprueba que salgas a manifestarte, comparte de cualquier forma a alguna persona segura y confiable para ti a dónde vas. Para hacerlo, obviamente tendrás que conocer el trayecto, la hora de salida, las potenciales participantes y el punto de llegada de tu marcha. Herramientas como compartir la ubicación por aplicaciones resultan útiles también para esto. 

3. Prepara objetos básicos, pero fáciles de cargar. No lleves una bolsa pesada o mochila, especialmente si marcharás en un sitio caluroso o no estás acostumbrada a caminar. Guarda contigo una identificación, medicamentos que potencialmente requieras, vendas adhesivas para curarte rápidamente ampollas, agua para mantenerte hidratada y gel antibacterial (estos últimos dos, úsalos, por favor, estamos en momentos importantes de prevención de infecciones virales). Lleva contigo tu cámara y/o celular completamente cargados de energía. Adicional, objetos de tela como pañuelos o cubrebocas te pueden servir para protegerte del sol, arena o gases, pero son imprescindibles si traes gripa o tos, para proteger a otras de un contagio.  

(Foto: Cuartoscuro)

4. Al llegar a la marcha avisa a tu contingente u organizador del evento y ubica qué hay disponible para tu protección: las patrullas que cortan el paso a vehículos motorizados, ambulancias o personal de protección de Derechos Humanos. Estos regularmente se ubican en la parte posterior de la marcha y son identificables por chalecos, camisetas o gafetes especiales. 

5. Durante la marcha monitorea eventualmente lo que dicen los medios o lo que van compartiendo personas en otra sección o contingente de la misma marcha. Evita aquellas personas que veas que buscan confrontaciones abiertas o que van dañando propiedad privada. No recojas, ni toques, objetos que sean arrojados por terceros. 

Nadie puede obligarte a dejar de filmar o quitarte el material que hayas grabado o fotografiado. Si por alguna razón intentan detenerte, recuerda que quienes realizan la detención se deben de identificar explicándote de qué se te acusa. No puedes ser incomunicada y tienes derecho a llamar a un abogado o persona de confianza en privado. No puedes ser maltratada, ni física, ni psicológicamente y no debes permanecer largas horas sin comer, ni ser exhibida públicamente en los medios de comunicación. 

6. Al terminar la marcha comparte que estás bien y difunde el evento. Compartir imágenes sobre lo ocurrido, ha colaborado en muchas ocasiones a descubrir infiltrados en marchas, localizar personas desaparecidas y esclarecer casos. Además, es una herramienta útil para hacer eco de lo demandado y para que nuevas mujeres sepan qué esperar en caso de decidir salir a manifestarse en un futuro.

Deseamos y esperamos que todas nuestras actividades sean sororarias, que cuando veamos alguna chica en peligro, estemos dispuestas a apoyar. Creo que la situación en el país lo requiere como nunca. Y si salimos a las calles es porque tenemos la convicción de querernos vivas. 

Liliana Coutiño Escamilla

Twitter: @LiliCoutino

Es psicóloga y educadora, maestra en Sociología de la salud por el Colegio de Sonora y doctora en Ciencias en Epidemiología por el INSP México. Colabora en diversos proyectos institucionales, entre ellos los referentes a violencia y diversidades sexuales en el Instituto Mora.