¿Cuántas veces has visto en una película una toma enfocada en los senos o el los glúteos de una mujer? ¿Cuántas veces has visto al actor que representa al “hombre perfecto”, que es musculoso y atractivo? Todas estas imágenes que llegan a través de las serios o películas que vemos son construidas con base en la mirada masculina. 

El malegaze o la mirada masculina en el mundo del cine, la televisión e incluso en redes sociales, se ha encargado de reforzar los estereotipos de belleza tanto de hombres como de mujeres. 

Es decir, los varones heterosexuales son quienes se han encargado de construir mujeres y hombres perfectos basados en la hipersexualización de las mujeres y la erotización (y admiración) de otros hombres que creen que serán atractivos para el sexo femenino.

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La “fantasía de fortaleza”

La admiración de características como un cuerpo musculoso, voz gruesa, vello corporal, altura; en realidad cualquier aspecto físico y psicológico (como ser un conquistador) son características que se consideran atractivas en los varones. 

Por lo que, la construcción y reproducción de personajes masculinos, como los súper héroes, son el reflejo del deseo masculino de alcanzar este ideal de ser un “hombre hecho y derecho”, una representación total de la heterosexualidad, la capacidad de ser un buen proveedor y protector de las mujeres. 

Los varones que crean esta representación del hombre ideal, en realidad están creando y reforzando características que ellos admiran de otros hombres. Por lo que, la heterosexualidad también refuerza que estas características de fortaleza física es lo que buscan las mujeres en el sexo masculino, según expertas en perspectiva feminista. 

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Las mujeres como objeto 

A través de la mirada masculina, la representación de las mujeres se ha visto hipersexualizada ante la creación de personajes femeninos que encajan en los estereotipos de belleza y obedecen el rol asignado por su sexo. 

La presencia de una mujer es indispensable en la narrativa de una película, pues su figura trabaja en el desarrollo de la historia, al congelar el flujo de la acción en momentos de satisfacción erótica. Esta presencia ajena, normalmente se integra con la historia.

Comúnmente, la aparición de la mujer en la pantalla ha funcionado como un objeto sexual o erótico para los personajes masculinos de la historia y para los espectadores fuera de la película. Es decir, casi siempre se ve a la mujer desde la perspectiva del hombre.

“La mirada masculina determinante, proyecta su fantasía sobre la figura femenina. [...] Las mujeres son vistas y representadas simultáneamente, con su apariencia para tener un impacto visual fuerte y erótico, de manera que pueda decirse que connotan ser miradas”, indica Mulvey, una teórica de cine británico, quien habló por primera del malegaze, en su ensayo académico Visual Pleasure and Narrative Cinema
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¿De niños a héroes, de niñas a heroínas?

De acuerdo al término, algunas películas del cine actual, donde hay presencia de mujeres protagonistas o poderosas, se continúa resaltando el cuerpo, incluso, con el uso de cámara lenta. 

El estar acostumbrados a verlo de esa forma, afecta de manera psicológica a la mujer e impide un desarrollo libre sobre su persona, explican expertas en psicología feminista. 

Mencionan que, es un factor que influye en cómo las mujeres van construyendo su identidad desde pequeñas. Todo lo que vemos acerca de qué es ser mujer y qué se espera de una, se empieza a interiorizar y de ahí empezamos a construir un marco de referencia. 

Estos factores e ideales también afecta de manera psicológica al hombre, ya que crecen y viven con la idea de que una mujer debe lucir y actuar como la ven en el cine, en las revistas, en los anuncios, entre otros. 

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¿Qué se espera de los hombres y de las mujeres? 

La psicóloga feminista, Bárbara Sánchez explica que en la actualidad las mujeres se han encargado de visibilizar estar prácticas violentas  y patriarcales que siguen reproduciendo los roles de género. 

Sin embargo, indica que más allá de estos roles o estereotipos, la responsabilidad de los varones también recae en el análisis de las expectativas que tienen sobre las mujeres desde su perspectiva masculina. 

Por otro lado, se cree que las mujeres se ven atraídas por hombres musculosos y sumamente atractivos. Aunque estudios afirman que las mujeres prefieren hombres que no están dentro de los cánones de belleza tradicionales. 

“Nos dicen que nos gustan los hombres panzones, pero no nos dicen por qué” aclara la experta, analizar estos temas sobre las relaciones entre hombres y mujeres deben ser estudiados desde la perspectiva de género para no seguir reproduciendo discursos violentos que perpetúan los estereotipos de belleza y de género.