Sonora se convirtió en un panteón. El pasado fin de semana colectivos de mujeres buscadoras fueron protagonistas del hallazgo de restos óseos en Hermosillo y Puerto Peñasco. La semana pasada fueron 40 cuerpos y el domingo siete más. Un escándalo sin precedentes en el noroeste del país, donde el ex gobernador Guillermo Padrés decía que era el estado más seguro de la frontera norte.

Cuando era reportero en Hermosillo, por allá del 2013, las desapariciones no eran tema recurrente en la agenda pública. Si los medios retomaban esta problemática generalmente se criminalizaba parejo por prejuicios a todos los desaparecidos, al final, si los desaparecían “por algo debía ser”.

Entonces difícilmente se abordaban las desapariciones desde un enfoque social y menos desde el dolor que deja en la familia la ausencia de un ser querido. Hoy, ante la gravedad del asunto, las madres han tomado las riendas de las investigaciones para encontrar a sus hijos y, con sus propias manos, con picos y palas, se han propuesto escarbar todo el estado para encontrarlos.

Durante este calvario, decenas de mujeres se han encontrado a través de redes sociales, de grupos en facebook y whatsapp donde las madres se han unido por el mismo motivo: un día su hijo salió de casa y nunca más lo volvieron a ver. En víspera del día de las madres en este año, una de las madres que ha encabezado la búsqueda, imploraba a los criminales a través de los medios de comunicación que si les iban a matar a sus hijos, cuando menos no los enterraran, que se los dejaran en un lugar donde pudieran verlos para poder llorarlos, y no vivir con la angustia enterrada en el corazón por el resto de sus vidas.

La semana pasada, mientras el colectivo Madres Buscadoras de Sonora realizaba labores de búsqueda, un grupo armado amenazó a las mujeres luego de que la organización notificó a la Fiscalía estatal el hallazgo de siete cadáveres en Puerto Peñasco. De acuerdo con reportes periodísticos, previamente, las buscadoras informaron que en la misma ciudad  descubrieron dos cuerpos y 40 osamentas.

En entrevista con medios locales, Cecy Patricia Flores Armenta, lideresa de Madres Buscadoras de Sonora, dijo a los reporteros que los sujetos llegaron a bordo de dos camionetas negras y exigieron a las mujeres marcharse. Los hombres armados les aseguraron que los cuerpos enterrados en esa zona no eran sus familiares. A las mujeres les dijeron que respetaban su trabajo, pero que ellas respetaran su territorio, que los cuerpos que estaban ahí no eran los de sus hijos.

Sonora es un estado que pocas veces trasciende mediáticamente, sin embargo, hoy son las mujeres que lo vuelven a poner en la palestra, exigiendo con gritos desesperados encontrar a sus hijos. Aquel estado del que presumían era el más seguro de la frontera norte, más bien era un cementerio oculto que hoy las guerreras buscadoras han desenterrado ante la opinión pública.

Hoy la gobernadora Claudia Pavlovich tiene ante sí, la oportunidad histórica de acompañar a las madres no solo en el dolor, sino en la búsqueda, reforzando las medidas de seguridad que ya ha implementado a estos colectivos, y garantizando que ellas logren hallar los restos de sus hijos para encontrar consuelo para su alma.

Al Estado corresponde realizar un trabajo íntegro, sin filtraciones y con un respeto total a la dignidad de las deudas. Una investigación que no ponga etiquetas ni genere prejuicios. Una investigación que dignifique, sobre todo, a estas mujeres que han dejado parte de su vida en los terrenos donde al hallar algunos cuerpos, recuperan parte de la vida de otras de sus colegas de lucha.

José Manuel Urquijo

Twitter: @JoseUrquijoR

Consultor y estratega en comunicación política e imagen pública. Es miembro de la Red de Jóvenes Políticos de las Américas y en 2017 recibió el Napolitan Victory Award por The Washington Academy of Political Arts & Sciences en la categoría Youth Leadership Award. Urquijo tiene estudios en marketing gubernamental, análisis político y comunicación política con perspectiva de género.