Los pulpos son algunos de los animales más hostiles y antisociales del reino animal, incluso con los de su misma especie.  Para aparearse los machos tienen que recurrir a algunos trucos de supervivencia, de lo contrario podría perder una parte de su cuerpo.  

Entre los pulpos, el riesgo de canibalismo es latente siempre, por lo que acercarse para reproducirse es una situación de grave peligro. Para reproducirse el macho debe insertar su esperma en la hembra con ayuda de uno de sus brazos, por ello, algunos machos sacrifican la totalidad de su extremidad y se retiran apresuradamente. 

Canibalismo sexual

Algunas feroces hembras pulpo se aprovechan de la necesidad de reproducción para llevar a cabo el canibalismo sexual,  mismo que ocurre en otros animales (como la mantis religiosa que es devorada por la hembra tras aparearse). 

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Sin embargo, una rareza en el canibalismo sexual de los pulpos es el estrangulamiento. La hembra puede abalanzarse sobre el macho para estrangularlo, provocar su muerte y posteriormente, hacerlo su cena. 

En animales como estos la gran misión de vida es insertar los genes del macho en la hembra para la reproducción y sobrevivencia de su especie. 

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Las hembras pueden comerse el “pene” del macho

Se le llama hectóclito al brazo del pulpo que tiene la función del pene, con éste el macho fertiliza a la hembra para la reproducción. Si la hembra tiene hambre después de copular, puede llegar a arrancarle el hectóclito al macho y devorarlo. 

Si el macho es despojado de su extremidad reproductora, aún puede escapar y sobrevivir, gracias a su capacidad de regeneración. Algunos pulpos incluso prefieren despojarse ellos mismos de su hectóclito para huir y sobrevivir. En otros términos, el macho decide despojarse de su pene para sobrevivir.

Con información de: BBC