Cuando Sheila se enteró que un niño molestaba y le pegaba a su hija en la guardería, inmediatamente trató de resolver la situación. Habló con la maestra quien intentó tratar el asunto con la mamá del niño, sin embargo, ni Sheila ni la maestra esperaban que la respuesta de la otra mamá perpetuara un mito: "seguro que le gusta, por eso la molesta". 

"Yo creí que por los tiempos que pasamos es mejor hablarlo que propiciar más conflictos, pero cuando le dijeron a la mamá del niño lo que pasaba ella dijo que a él le gustaban muchos las niñas e insistió con esa versión a pesar de que la maestra le intentaba explicar que su hijo no acariciaba a mi hija, sino que le pegaba, la pisaba e incluso la había intentado patear, solo a ella en el grupo", recuerda con molestia Sheila.

Decir que los niños molestan o golpean a las niñas porque les gustan ha sido una enseñanza clásica para muchas mujeres de otras generaciones, por lo que, pese a ser molesto, de niñas crecíamos pensando ésto y un golpe, burlas o palabras hirientes en vez de ser lo que eran se convertían en un halago.

¿Por qué romantizamos la violencia desde niños con mitos de este tipo?

La Cadera de Eva consultó a Sorece, Asociación de Psicólogas Feministas quienes explican que debido al sistema de socialización y crianza patriarcal diferenciada, los niños aprenden conductas estereotipadas para expresar sus emociones, debido a esto, aprenden que para relacionarse es necesario hacerlo a través de acciones (actos) agresivos legitimados en entornos violentos.

Asimismo, Sorece añade que es importante mencionar y contextualizar la edad en la que ocurren estas prácticas, pues si es menor a 8 "es poco frecuente que sea consciente del porqué se vincula afectivamente con dichas conductas".

"En la experiencia, damos cuenta que son las personas adultas quiénes significan y dan sentido a dichas conductas apoyándolas o cuestionándolas, si los niños perciben aceptación por las figuras parentales lo continuarán reproduciendo", explica la asociación.

Los roles de género se aprenden en la infancia, destaca Sorece, por lo que es necesario enseñar que niñas y niños deben tener las mismas condiciones de desarrollo emocional no implica lastimar o dañar a otros en el proceso.

"La creencia que cuando alguien te agrede porque le gustas viene de una educación patriarcal donde los niños/hombres deben mostrar agresividad para ostentar poder o sobresalir del resto de otros niños/hombres", finaliza.

¿Qué hacer para evitarlo?

Recuerda que enseñar a los hijos a expresar sus sentimientos desde pequeños es necesario para que junto con otras habilidades de comunicación, resolución de conflictos y tolerancia pueden propiciar relaciones cada vez más equitativas desde temprana edad.

"Ahora que soy madre de una niña, me niego a que se normalicen en ella discursos misóginos, nuestro papel como madres y padres es evitar estas situaciones desde la primera vez y no disfrazarlo con excusas, nuestras criaturitas son el reflejo de nosotros", finaliza Sheila.

fmma