Desde una cultura hegemónica, heteropatriarcal, la paternidad o maternidad se fundan a partir de la posibilidad biológica de gestar, en el caso de las mujeres y en el caso los varones de su virilidad.

La idea de familia nuclear, tradicional, padre-madre e hijos (identificada como “natural” desde una moral y doctrina cristiana-católica) se funda en la creencia de que la reproducción humana es un hecho biológicamente dado en un vínculo formal de pareja heterosexual. Sin embargo, se sabe que no todas las parejas heterosexuales en edad reproductiva son aptas para la reproducción biológica. Así que ¿sólo de esta manera se puede ser padre o madre de alguien?

Con el avance de la ciencia es posible apoyarse de métodos de asistencia médica para concebir, lo cual, actualmente en México son poco accesibles para la mayoría de la población, puesto que estas situaciones difícilmente las atienden los sistemas públicos de salud. 

La posibilidad de ser padres y madres por elección, vía la adopción en México es una alternativa a realizar por medio de organismos gubernamentales, al igual que existen asociaciones de la sociedad civil organizada que tienen como propósito atender a menores desamparados de lazos familiares para encontrar un hogar en el cual ser atendidos. No obstante, es sabido que estos procesos conllevan distintas trabas burocráticas, requisitos engorrosos que no contrae fácilmente cualquier persona quiere adoptar en México.

La idea de familia de acogida o familia adoptiva, de padre y/o de madre que por decisión asumen el cuidado, la atención, la protección y la responsabilidad de acompañar en la vida a otro ser humano, se enfrenta a estigmas sociales con los que lidia. 

Consecuencia de que socialmente se premie la idea de una familia nuclear-tradicional como el modelo “adecuado”, desdibuja los derechos de las personas al relacionarse en familia con base en otros modelos que no se adecuan a la imagen hegemónica; en particular cuando las personas deciden acoger a otro ser humano que no deviene biológicamente de sus vientres, de su estirpe, ni tiene la misma carga genética de sus padres, por consiguiente se acarrean una serie de estigmas, ideas y prejuicios alrededor de ello. 

Por un lado, se puede identificar a aquella madre adoptiva en particular como una excelente persona, que algunas personas glorifican; pues a partir de su condición “desfavorable” por no haber podido ser madre biológica (mandato social hacia las mujeres), genera una compasión lastimera hacia ella y su imagen de maternidad que adquiere al ser madre adoptiva. Por otro lado, se le puede atribuir un estigma de discriminación, segregación y exclusión por tener una familia no “natural”; algunos menores adoptados tienen estigmas de rechazo, ya que se parte de la sospecha de su verdadero origen y eso acarrea temores infundados hacia ellos. Ideas como: ¿Quién sabe qué carga genética tendrán? ¿Qué tal que tienen una enfermedad mental heredada por su familia de origen? ¿Y si son malas personas y de grandes abandonan a sus padres adoptivos en busca de sus familias de origen? Entre otros mitos, que solo se basan en la discriminación y el desconocimiento.

Recientemente en el Estado de Baja California, pudo adoptar la primera pareja de mujeres a una niña . Estas noticias siguen causando “escándalo” para un sector amplio de la población que desaprueba la adopción por parte de personas homosexuales ; esto por supuesto es otra muestra de estigmas sociales, en donde la base de la discriminación es la imposibilidad que socialmente demostramos para relacionarnos con la diversidad de arreglos que las personas establecen para vincularse en pareja y en familias. Tenemos como reto la visibilización de estas realidades y la defensa de los derechos fundamentales de las personas para formar sus parentescos como así lo decidan.

Tania Lizbeth Meléndez Elizalde                                                      

Twitter: @MelendezTania20

Socióloga, Maestra y Candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente de la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: Sociología de la Familia, Sociología de la Religión, Perspectiva de Género, Cambio social y cultura.