La crítica al matrimonio como una institución que perpetúa la opresión femenina  es parte fundamental de la teoría feminista. Alexandra Kollontai fue una feminista que nació durante 1872 en Rusia, con su pensamiento  fracturó varios estigmas de clase y de género. 

Una de sus principales aportaciones a la teoría feminista y a la teoría marxista fue la crítica al matrimonio. De acuerdo con sus reflexiones, las mujeres, bajo la completa tutela de sus padres, maridos y empleadores, habían sido relegadas a la maternidad y a las tareas del hogar como único lugar posible. 

Durante esta época las mujeres estaban lejos de ser el foco de la luchas sociales, hasta que las huelgas obreras las pusieron en el centro de atención. La misma Kollontai fue quien tomó registro de la situación que atravesaban las trabajadoras en una visita que realizó en 1895 a una fábrica de San Petersburgo. Allí, vio cómo operaban en condiciones de explotación. Tiempo después, esto la llevó a formar parte del Comité Central Bolchevique, a ser la primera comisaría (ministra) elegida después de la Revolución de Octubre de 1917 y a identificarse como una ferviente comunista.

Dentro de sus reivindicaciones, la relación entre el capitalismo y la opresión de las feminidades ocupó un lugar central: sostuvo fuertemente que la clase obrera siempre estaba más cerca de la liberación de las mujeres debido a su “compañerismo” y “solidaridad esencial”.

Imagen tomada de internet

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Contra el matrimonio 

La feminista atacó a la institución matrimonial desde una perspectiva política, económica y psicosocial. Aportó a los feminismos populares de la actualidad una mirada que ayuda a pensar que “el enigma del amor” no es una cuestión individual, sino que obliga a la mujer a renunciar de sí misma, lo que ahora nombramos amor romántico. 

Kollontai señaló que se reproducen efectos disciplinadores bajo el manto del romanticismo, no centró sus aportaciones en en promover el “amor libre”, ya que lo consideraba un discurso más asociado al anarquismo. Por el contrario, mediante su pensamiento buscó potenciar las construcciones de las relaciones sociales y los lazos vinculares.

Unas de sus frases que más marcaron el pensamiento feminista fueron:

“El Estado de los trabajadores tiene necesidad de una nueva forma de relación entre los sexos (géneros). El cariño estrecho y exclusivista de la madre por sus hijos tiene que ampliarse hasta dar cabida a todos los niños de la gran familia proletaria."

“En vez del matrimonio indisoluble, basado en la servidumbre de la mujer, veremos nacer la unión libre fortificada por el amor y el respeto mutuo de dos miembros del estado obrero, iguales en sus derechos y en sus obligaciones. En vez de la familia tipo individual y egoísta, se levantará una gran familia universal de trabajadores, en la cual todos los trabajadores, hombres y mujeres, será ante todo obreros y camaradas. Estas serán las relaciones entre hombres y mujeres en la sociedad comunista del mañana. Estas nuevas relaciones asegurarán a la humanidad todos los goces del llamado amor libre, ennoblecido por una verdadera igualdad social entre compañeros, goces que son desconocidos en la sociedad comercial del régimen capitalista. ¡Abrir paso a la existencia de una infancia robusta y sana; abrir paso a una juventud vigorosa que ame la vida con todas sus alegrías, una juventud libre en sus sentimientos y sus efectos!”