En las últimas semanas, revistas, periódicos y la programación de Netflix, han sido acaparados con el nombre de Lorena, la rarámuri de Chihuahua que corre maratones.

La revista estadounidense Vogue –edición México- la describió apenas el pasado 4 de octubre como “la rarámuri que está triunfando en el mundo”, dedicándole una de sus singulares portadas. 

Además, Netflix produjo un documental sobre su vida como corredora. El cortometraje se dio bajo la dirección de Juan Carlos Rulfo, llevando a la pantalla grande a la primer rarámuri que ha trascendido las fronteras corriendo ultramaratones de hasta 110 kilómetros.

En entrevista con el portal raichali.com, Rulfo destacó que el documental “Lorena, la de los pies ligeros”, es un retrato de la ultramaratonista; “una historia de dignidad y trabajo”.

 Pero “a Lorena no le importa la fama”, dijo su traductor (pues Lorena no habla español), mientras se le cuestionaba sobre la atención que le han dado los medios y la misma película.

El director de Radio y Televisión del gobierno del estado de Chihuahua, quien la acompañó y le ayuda con las traducciones, dijo en entrevista con Proceso, que la chihuahuense “está muy impresionada de verse en una revista. A Lorena le gusta mucho su película y ver sus fotos, pero no es la fama lo que le interesa” y la califica como una mujer sencilla.

El pasado martes, Lorena asistió a la presentación del documental “Lorena, la de los pies ligeros”, en el Festival de Cine de Morelia 2019, donde la rarámuri de 25 años, lloró tras verse en la pantalla grande.

El documental narra lo que siente Lorena cuando corre, qué aspira cuando va pasando los primeros 10 kilómetros, los siguientes 20 kilómetros y sus pensamientos al correr 110 kilómetros, describe el promocional del Gobierno del Estado.

María Lorena Ramírez Nahuerachi

María Lorena Ramírez Nahuerachi es originaria de la comunidad Los Hormigueros, ubicada en el municipio de Guachochi, en la Sierra Tarahumara en Chihuahua.

Lorena ha llamado la atención de la prensa mexicana e internacional por el uso en las carreras de su indumentaria tradicional y huaraches de la marca Windy’s, como lo describió Vogue; vestimenta que contrasta con la parafernalia mediática y tecnológica que viste y calza a estos atletas.

Además, la corredora llama la atención por su particular entrenamiento, pues a diferencia de los corredores tradicionales, ella sube y baja montañas. Nunca se imaginó ser corredora, nunca lo pensó, dice a la revista estadounidense. Y sin pensarlo, se convirtió en un símbolo de las carreras poniendo en alto también a su comunidad indígena Tarahumara.