“Hace un año la Facultad de Derecho vulneró a sus alumnas al coartar su libertad de expresión y derecho a la protesta”, fue el mensaje difundido a través de Twitter. Con este, las feministas llamaron a no olvidar la represión vivida el 4 de febrero de 2020 en las instalaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM).

En febrero del año pasado, sumaban alrededor de 11 escuelas y facultades de la UNAM que fueron tomadas por grupos feministas, mismos que evidenciaron los problemas de acoso y violencia de género que las estudiantes viven dentro de la institución.

El 4 de febrero un grupo de estudiantes feministas de la Facultad de Derecho buscó realizar una toma de 24 horas, pero la manifestación fue obstaculizada por la llegada de directivos y docentes que, de acuerdo con las manifestantes, terminó en agresión física y represión. 

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“El punto era solidarizarnos y sumarnos al descontento que sentimos por lo que se ha vivido en la universidad: la violencia machista, el acoso, los encubrimientos por parte de directivos y que gran parte de los acosadores forman parte del grupo de administrativos, como la mano derecha del director Bustamante”, explicó un grupo de estudiantes de derecho en entrevista para La Cadera de Eva. Las entrevistadas pidieron mantener su identidad en el anonimato, por temor a las represalias que podrían enfrentar. 

Las  estudiantes afirman que las autoridades del plantel no buscaron el diálogo como primer mecanismo, sino la violencia:

“Llegaron a jalonear; no les importó que solo era un paro de 24 horas: no les importó nada. Llegaron gritando. El director, sobre todo, se puso muy agresivo, y empezó a grabar justo cuando, obviamente, nosotras empezamos a reaccionar a esa violencia”, comentó una de las entrevistadas.

“A mi me ahorcaron [...] a otra compañera le lastimaron la muñeca al intentar cerrar las rejas de la Facultad”, contó una manifestante.

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Las jóvenes declararon que, durante el forcejeo, el personal administrativo buscaba tocarlas estratégicamente, por lo que algunos golpes fueron dirigidos a sus pechos. Por otra parte, contaron que una de las primeras acciones del personal de la facultad fue cortar las telas que habían colocado en las rejas de la facultad con navajas. A causa de ello una de las manifestantes recibió una lesión en la piel:

“A otra compañera no es como que la navajearon, pero sí le cortaron la piel con esas cuchillas, con las que estaban intentando romper las cortinas”

Confrontación entre mujeres

De acuerdo con lo narrado por las estudiantes, al buscar impedir que la toma de la facultad se realizara, un grupo de mujeres del personal administrativo inició la confrontación física y verbal. 

“La persona que me ahorcó fue una mujer [...] Por lo menos, para mí, fue un momento emocionalmente duro porque entendí que incluso ellas defienden al sistema en la facultad de derecho, que es un espacio muy inseguro para las mujeres”, dijo una estudiante. 

“En mi caso, yo estuve conteniendo a una administrativa que se me estaba yendo a los golpes; yo, en un afán de evitar la confrontación, la arrinconé, y esta señora me lastimó muchísimo: me gritaba cosas muy desafortunadas”, dijo otra de las estudiantes. 

“No hice nada para no confrontarme con ellas, que era lo que querían los directivos, porque las enviaron a ellas primero. Los vatos empezaron a quitar las cortinas, pero ellas fueron quienes se metieron primero con nuestra integridad física”, agregó. 

La respuesta de las estudiantes fue aventar pintura a los docentes y crear una cadena humana, desde la cual gritaron consignas en contra de profesores denunciados por acoso, que se encontraban en el lugar.

“Ellos subieron fotos de docentes a los que les aventaron pintura, pero nunca fueron agredidos físicamente. En cambio, a nosotras sí nos agredieron físicamente”, enfatizó una de las entrevistadas.

Agresores en el cuerpo administrativo de la Facultad de Derecho

Las estudiantes señalan que dentro del grupo de profesores que impidieron la toma de la facultad estaban algunos que habían sido señalados como acosadores. Resaltaron la presencia de Victor Manuel Garay Garzón, quien en ese momento fungía como secretario particular del director Raúl Contreras Bustamante. 

“Son varios los profesores que están en dirección y que tienen denuncias por acoso. Se sabe que tienen una amistad grande con el director, el profesor Atlaco, por ejemplo”.

Otro docente presente fue Cuenca Dardón, mismo que en uno de los videos aparece enfrentándose con las paristas.

“En sus clases, él se refiere a las mujeres de forma muy machista; tengo un recuerdo de los primeros semestres en el que nos preguntaba solo a las mujeres si nuestra mamá seguía siendo pura y casta después de haber tenido sexo para tenernos. Comentarios como ese no tenían nada que ver con la clase”, dijo sobre Cuenca Dardón una de las manifestantes.

Normalización del acoso 

Las estudiantes enfatizaron que, en la Facultad de Derecho, existe una normalización de comentarios sexistas por parte de los docentes y de miradas lascivas hacia las mujeres. 

Estas actitudes han sido evidenciadas, en diversas ocasiones, en tendederos de denuncia y a través de redes sociales, especialmente a raíz de la tendencia del uso del #MeToo en plataformas digitales. 

TENDEDERO EN LA FACULTAD DE DERECHO.

Publicado por Difusión Asamblea Interuniversitaria de Mujeres en Martes, 24 de septiembre de 2019

En el  Foro #MeTooMx, que se llevó a cabo en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México en abril de 2019, fue presentado un análisis de la cuenta @MeTooAcademicosMX, el cual mostró a la Facultad de Derecho como la cuarta escuela con más denuncias anónimas por violencia de género.

Fotografía tomada de: Entre Líneas

¿Qué pasa con las denuncias?

De acuerdo con datos publicados por El Economista , que fueron entregados a ese medio por la UNAM vía transparencia, de junio de 2018 a junio de 2019, la máxima casa de estudios registró 436 quejas por violencia de género, de las cuales 335 tuvieron procedimientos y sólamente 178 tuvieron sanciones. 

Por otra parte, de enero a diciembre de 2020 se registraron 328 quejas por violencia de género, de las cuales 294 procedimientos tuvieron procedimiento y únicamente 62 terminaron con sanciones. 

“Se sabe que las denuncias no ayudan [...] La estrategia es que te pongan a dialogar con tu agresor, pero que el docente siga ahí en todo momento, que siga dando clases. A las chicas que han denunciado, a veces, les dan la opción de cambiar de grupo, pero ya, eso es todo. Esa es la decisión más extrema que toman”, dijo una de las estudiantes de la facultad de derecho respecto al proceso de denuncia en la institución. 

CUENCA DARDÓN

Publicado por Tania Reyes en Sábado, 29 de septiembre de 2018

Una de las estudiantes afirma que pudo ver de primera mano la revictimización que la directora del Observatorio Jurídico de Género cometió contra una estudiante que llegó a denunciar a un profesor de la facultad de derecho

“Le dijo que ella tenía la culpa por cómo estaba vestida, pues ya sabía cómo era ese profesor, muchos argumentos muy lamentables. A través de las experiencias que te cuentan y de lo que tú ves y vives, ya no te quedan ganas de denunciar”, expresó. 

Criminalización de la protesta 

Las estudiantes señalan que tras la confrontación del 4 de febrero, en las aulas se vivió un ambiente de intolerancia y criminalización de la protesta. El discurso predominante entre el profesorado se inclinaba a hablar de manera negativa sobre las mujeres que habían intentado tomar la facultad. 

De acuerdo con lo narrado por las estudiantes, en clases algunos profesores y profesoras estuvieron a la defensiva al hablar sobre protestas feministas.

“En una clase donde yo estaba una profesora le gritó a una compañera porque defendió la toma, y a partir de ahí, ya no la dejaba participar en clase. Ella se tuvo que salir del grupo porque la actitud de la profesora fue muy violenta hacia ella”, contó una de las estudiantes.

“No olvidamos”, “no están solas” y “fuimos todas” fue el mensaje con el que se compartió la infografía que recordaba los hechos de violencia y represión que las estudiantes de derecho vivieron hace un año. 

Con información de Entre Líneas y El Economista