La pedida de mano debe ser única, maravillosa, mágica e inesperada, o al menos con esa idea crecí. Después me enteré que mi papá le preguntó a mi mamá si quería ser su esposa mientras veían televisión. Ambos sintieron cierta presión porque mi tío se casaría con su novia tan solo seis meses después de estar juntos, mientras mis papás llevaban un par de años en pareja.

Antiguamente se acostumbraba que el hombre se reunirá con el padre para pedir “formalmente” la mano de su hija, el pretendiente e interesado se presentaba para explicar que podía ofrecer económicamente y sus intenciones. 

El concepto de pedir la mano proviene del derecho romano, ya que los padres tenían el “poder judicial” sobre las mujeres (sus hijas y esposas) y una vez que se casaban se transfería este poder al esposo: el maunus. En resumen, el acto de pedir la mano era un acto para solicitar el control y la potestad. 

No inesperado, sí dialogado 

En el libro Curiosas costumbres de noviazgo y matrimonio publicado en 1965 se explicó que en la pedida de mano los intereses económicos, sociales y familiares tenían el mayor peso para desposar, es decir, casarse. Sin embargo, en la década de los 40, las mujeres comenzaron a oponerse a la idea de un matrimonio obligatorio o por convenio.  

Antes se acostumbraba preguntarle a la novia una vez que se había hablado con el padre, y me preguntó, ¿por qué no era al revés?, se le pregunta a la novia y se habla y comparte (por cortesía) a ambos padres. 

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En un encuesta realizada en México a más de 2 mil parejas, por Bodas.com.mx y Google, indicó que el 56 por ciento de las propuestas de matrimonio siguen involucrando a los padres; mientras que un 27 por ciento se discute únicamente en pareja. 

Decisión de casarse 

Existen varias páginas y blogs que te ayudan y aconsejan a preparar la propuesta de matrimonio perfecta, te sugieren preguntarte si ya es el momento, comprar un anillo de compromiso, y planear la gran sorpresa. También deberían de estar las preguntas: ¿Están listos económicamente como pareja para casarse? ¿Ambos buscan y desean el matrimonio? ¿Cuáles son las implicaciones legales? y cientos de preguntas más. 

Sin embargo, pareciera que lo más importante es saber si la propuesta será con una serenata de mariachi, un salto en paracaídas, una cena romántica, con ramos de flores, en una noche de hotel, o un vuelo en globo aerostático. 

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Presión y propuestas 

Recuerdo una vez, en mi secundaria, un chico le pidió que fuera su novia a una chica con una cartulina en el patio durante el recreo. La mayoría se reunió para ver todo el acto, pero ella dijo que no. Por varios días fue el chisme de la secundaria, muchos y muchas la señalamos de cruel y sentimos cierta lástima por él, “porque se había atrevido a ser sensible y romántico” lo que toda adolescente soñaba. 

¿Qué tiene que ver esto con las propuestas de matrimonio? Desde hace varios años, diferentes y originales videos de propuestas de matrimonio comenzaron a convertirse en vídeos virales; algunas propuestas en restaurantes con música, en parques de diversiones, estadios, avenidas importantes, cines, o cualquier espacio público. 

Pero pensé, ¿por qué una propuesta que conlleva a una decisión importante e íntima se debe hacer pública y provocar presión? Porque si tienes a tu pareja enfrente con un anillo y a personas extrañas observando y esperando tu respuesta inevitablemente las manos empezaran a sudar. 

“Las propuestas públicas pueden ser una treta por parte de los hombres”, dijo el sociólogo Glenn Wilson a la BBC y explicó que algunos pueden pensar que el incremento de presión sobre la mujer puede aumentar las posibilidades de obtener una respuesta positiva. Por ejemplo, durante un partido de la NBA una mujer contestó que no a la propuesta de matrimonio y fue abucheada por el público, mientras él fue consolado junto a su peluche gigante (el caso de mi secundaria, pero en las grandes ligas). 

En 2015, SuperBreak realizó una encuesta en Reino Unido donde una de cada cuatro mujeres había rechazado una propuesta de matrimonio; las razones más comunes del rechazo fueron que no sentían que fuera el hombre indicado, porque la relación no era la mejor o porque no se quería casar en ese momento. 

Por otro lado, el Washington Post señaló que las parejas que hablan la posibilidad de casarse y no deciden no hacerlo normalmente es por los costos altos del evento, la diferencia entre religiones o el conocimiento de las alternativas para vivir en pareja sin necesidad del matrimonio.