Las mujeres de la independencia no sólo llevaron a cabo tareas fundamentales para la liberación del país del yugo español, sino que al mismo tiempo, se levantaron contra los mandatos de la época, que consignaban a las mujeres al espacio privado, lejos de la vida política del país.

Cada 15 de septiembre, cuando conmemoramos la batalla de la Independencia de México, el sexo masculino predomina en los personajes que participaron en esta heroica batalla y únicamente dos mujeres son mencionadas en esa fecha: Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. 

Existe una percepción generalizada de que, en ese entonces, las mujeres desarrollaban más labores en el ámbito privado; es decir, se dedicaban al hogar, sin embargo, no fue así.

Las mujeres de todos los sectores sociales, participaron como espías, mediadoras, guerreras, enfermeras y cocineras. Mujeres que en el anonimato, dejaron a un lado los prejuicios y el reconocimiento social para unirse a la lucha.

Las mujeres demostraron que no era necesario empuñar las armas para formar parte de un movimiento político. Se podían hacer cambios sin tener que matar a alguien; sin tener que ser un soldado. Las mujeres tenían que hacer uso de la inteligencia, de la astucia, del engaño, para poder lograr sus fines, para que las escucharan, explica la historiadora y académica de la UNAM, la maestra Alejandra Dávalos Rayo. 

“Me atrevo a decir que (su contribución) fue igual de importante que la de los hombres, sin embargo, tienen un valor agregado: ellas hicieron algo que no se esperaba de ellas, porque estaban siendo educadas para otra cosa, entonces el apoyar un movimiento político era, hasta cierto punto, una forma de rebeldía”

Mujeres sin estereotipos 

Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez, son consideradas heroínas de la lucha de la independencia por su papel. “Para su época, eran lo que nosotros diríamos: ‘bastante adelantadas’ y muy muy audaces. No entraban en el estereotipo de mujer sumisa y dócil”.

Sin embargo, ellas utilizaban estos estereotipos como una ventaja. Lo usaban para fungir como enlace y pasar desapercibidas al momento de las conspiraciones, porque nadie desconfiaba de ellas. 

Se aludía a que los hombres llevaban todo eso, entonces, para ellas era mucho más sencillo pasar mensajes, intercambiar cartas, etc.

El papel de las mujeres se pierde en la historia

A lo largo de la historia, el papel de las mujeres en la Independencia de México ha quedado en la opacidad. Únicamente se identifican en los libros, en los bustos y en las avenidas principales, a Josefa Ortiz de Domínguez y a Leona Vicario y poco a poco a “La Güera” Rodríguez.

La maestra Alejandra Dávalos explica que esta situación es “porque al principio no se creía necesario escribir historia con perspectiva de género. Además tampoco era ese el rol que se le quería compartir a la mujer, se esperaba de ella otra cosa”.

“Actualmente las cosas están cambiando bastante y entonces, hay una necesidad de otorgar voz a quienes no la tuvieron… porque hubo muchísimas mujeres, pero para esto que se está haciendo en institutos de investigación, falta mucho tiempo para que llegue a libros de texto públicos, en escuelas públicas”, dice.

En cuanto al papel de las mujeres insurgentes, con referencia a Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez, la académica de la UNAM explica que estas mujeres contaron con el apoyo para poderse desarrollar y ser independientes. “No eran típicas mujeres del Siglo XIX de ‘voy a bordar, voy a rezar, voy a educar a mis hijos, voy a buscar un marido lo más pronto posible’. No, ellas eran otro tipo de mujeres”, dice.

Incluso los contemporáneos escriben que “La Güera” Rodríguez era “demasiado inteligente para ser mujer”.

Sin embargo, Alejandra dice que no se podía hablar de machismo en ese tiempo. “La conciencia sobre el machismo y sobre el hecho de que se puede cambiar, que es una construcción social aparece hasta la época de los 60”.

Pero explica que “lo que si es cierto es que habían roles muy claramente asignados y se pedía a la mujer que fuera obediente, a veces sumisa, que prácticamente hablara cuando se lo pidieran, que se casara, que criara hijos y no se esperaba que formara opiniones políticas, eso solo era para los hombres, de ellos si se esperaba que razonamiento y de ellas únicamente pasión”.

Las Mujeres insurgentes

Josefa Ortiz de Domínguez

Conocida como “La Corregidora” por ser la esposa del Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez,  era conspiradora en Querétaro,. Prestaba su casa para llevar a cabo las reuniones donde se planeaba el movimiento de la Independencia. En su casa recibió a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama. Ella fue parte del movimiento insurgente y fue la que puso en aviso que los habían descubierto, dándoles ventaja y dar inicio a la Independencia.

Leona Vicario

Participó en una sociedad secreta conocida como “Los Guadalupes” en la que se encargaban de mantener informados a Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón sobre las estrategias de los españoles para combatirlos, pues ella pertenecía a la sociedad virreinal. 

María Ignacia Rodríguez 

Conocida como "La Güera" Rodríguez brindó su apoyo a la independencia. Mantuvo una relación amorosa con Agustín Iturbide a quien impulsó para llevar la liberación mexicana.

Gertrudis Bocanegra

Es conocida como una de las principales conspiradoras, construyó una red de comunicación que se encontraba en Pátzcuaro y Tacámbaro. Al ir a su ciudad natal a organizar las fuerzas insurgentes, fue capturada y torturada con la intención de que delatara a los responsables del movimiento, al no obtener respuesta de su parte fue sentenciada a muerte y fusilada, por tal motivo es reconocida como la heroína de Pátzcuaro.

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