El arte siempre ha estado presente como parte de las protestas feministas, afirmó la artista mexicana y crítica de arte feminista, Mónica Mayer.  Durante la mesa de expertas “Constitutivas: maquinarias feministas desde el arte” llevada a cabo en el marco del XXVIII Coloquio Internacional de Estudios de Género GRRRRR, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, la creadora del tendedero de denuncias habó sobre la presencia del arte en el activismo feminista y la violencia presente en la lucha.

 

“Desde las primeras manifestaciones había cuestiones artísticas y desde un principio el arte ha estado presente cuestionando, desde nuestra trinchera, lo que es el feminismo y lo que es la representación”, dijo Mayer. “El arte es uno de los brazos fuertes de la cultura, una de sus raíces, y habría que tenerlo mucho más en cuenta y fomentar las maneras en las que lo llevamos de un lado al otro”, enfatizó.

Sobre la presencia de intervenciones feministas en monumentos durante las marchas, acciones que también se han denominado como “violentas”, la artista hizo énfasis sobre la respuesta violenta hacia el feminismo y habló sobre que, en muchas ocasiones, son las acciones directas o violentas las que llaman la atención de las autoridades. 

El arte, la violencia y el feminismo

“¿Han generado violencia las acciones desde el arte, desde la frustración y del enojo? Pues han generado acciones violentas desde el patriarcado”, dijo Mayer. “Llevó por lo menos 40 años en acciones tranquilas desde el arte, desde el feminismo, viendo que se cambien las leyes, que se cambie todo, ¿por qué se ha tenido que llegar a la violencia? pues no porque haya mejorado la situación de la mujer en muchos sentidos”, agregó.

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La artista dijo que aquellas acciones que llaman violentas, como pintar monumentos, son un diálogo con el arte a fin de cuentas. Además, señaló el cambio de narrativas que la protesta feminista ha generado en el arte, como las movilizaciones de 2019, donde las manifestantes lanzaron glitter, un gesto que la artista declaró como “eminentemente artístico”. 

“Las protestas y lo que sucede, las denuncias y lo que sucede desde el arte no sólo es para protestar por lo que pasa afuera, sobre lo que nos agrede, también es una forma de crear redes”, dijo Mónica Meyer.

De acuerdo con la artista piezas como el tendedero de denuncias no sirven solamente para alzar la voz, sino que también son una forma de crear redes entre mujeres. 

“Las exposiciones no son un fin, son un medio”, afirmó. “El arte tiene esa enorme capacidad de hacernos sentir acompañadas y a mi me parece fundamental para poder ir cambiando de esta manera profunda que se necesita. De esta forma, es un brazo fuerte de la cultura y del movimiento feminista”, agregó.

Tendedero, fotografía tomada de internet.

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La necesidad de un diálogo entre activismo, arte y academia

Como parte de su intervención en la mesa, Mónica Mayer habló sobre la importancia de tejer puentes entre el activismo, el arte y la academia. “Ha habido una larga y tortuosa relación entre el arte feminista y la academia”, afirmó.

Según lo expuesto por la artista, a finales de los 90 empezó a haber un auge en el interés de investigar sobre arte feministta, pero se encontraron con la dificultad de que no había archivos, materiales ni asesoras para realizar esas investigaciones. 

“A mi me dicen crítica de arte porque he escrito, pero he escrito porque no había nadie más que estuviera escribiendo de esto”, dijo.

La creadora del tendedero de denuncias compartió espacio con otras artistas como la fotógrafa feminista Cerrucha y el colectivo artístico Grupo O.R.G.I.A., el evento fue comentado por la artista y activista cultural Lorena Wolffer y transmitido a través del Facebook Live del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG)