La lactancia materna es uno de los pilares fundamentales para reducir la desnutrición infantil, señalaron la directora ejecutiva de la Unicef, Henrietta Fore y Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Proteger la leche materna es una responsabilidad compartida del estado, sistema de salud y sociedad civil ya que trae consigo impactos positivos, seguridad alimentaria, mejoras en la salud y bienestar de los bebés e infantes, así como, de las mujeres, según el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna. 

Durante la pandemia y debido a la propagación del covid-19, muchos servicios de salud han interrumpidos sus servicios de apoyo a la lactancia materna y algunas empresas se han dedicado a comercializar sus productos como una alternativa “más segura”, sin embargo el código señala a esta acción como agresiva y poco ética. 

El Código Internacional también sostiene que se debe informar al público en general sobre los beneficios de la lactancia materna, apoyarla y promoverla; colocar el tema en todas las agendas de salud pública como un eje central; fomentar el compromiso de los tomadores de decisiones para apoyar con iniciativas y programas; y por último, establecer acciones concretas para brindar el apoyo a todas las personas que lo necesiten, explicó el doctor Rafael Pérez Escamilla, catedrático de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale.  

Asimismo, el código sirve como un instrumento de protección y regulación para la lactancia materna que previenen las condiciones de riesgo de los bebés, niños, niñas y mujeres, resaltó la doctora Marina Rea de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. 

Es responsabilidad de los servicios de salud, servicios de maternidad y médicos seguir y respetar los principios del código, así como, fomentar que se apliquen las medidas e información correcta, resaltaron los expertos en la conversación Lactancia materna durante la Pandemia de la OPS.  

El código no impone a la lactancia materna, sino busca regular las prácticas comerciales para evitar el abuso de industrias que presionan e influyen en los consumidores con tipos de alimentación “más saludables” para los bebés. Es cierto que existen sustitutos para la leche materna, pero resalta que no es posible instaurar la superioridad de la leche artificial respecto a la leche materna porque sería un engaño. 

Con información del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna